Tercer Éxodo  
 
  Libro Lumbanga. Cultura Afrochilena. 04-05-2024 14:21 (UTC)
   
 
Lumbanga; Memorias Orales de la
Cultura Afrochilena.


Nuestros propios monumentos son las tradiciones orales que
mueren junto con los ancianos,
transportados por una multitud de lenguas
que no siempre se comunican”


Nuestras autoridades tradicionales ya no poseen
responsabilidad alguna o medio de expresión alguno, nuestras
institución sufren la irrupción agresiva de la era moderna.
En el mundo somos un pueblo frágil.
Pensamiento Africano. (UNESCO).


Registro Propiedad Intelectual Inscripción N° 198006
ISBN: 978-956-345-031-6
2010, 1ª Edición 1.000 Ejemplares. Arica, Chile.
Apoyo Edición: Juan Vargas Ortiz – Samuel Pozo Alfaro.
Apoyo Transcripciones: Hugo Ara Rebolledo.



Impresión: Imprenta Herco Editores S.A.
Distribución gratuita,
Prohibida su Venta.


Rescatando la memoria oral de la cultura afro en
Chile como apuesta e instrumento de inclusión y
reconocimiento de los afrodescendientes y como un
aporte a la diversidad en Chile.

“A mis padres; Berta, una mujer blanca del sur de tierras sanfelipeñas y
Carlos un agricultor afrodescendiente hijo del valle de Azapa; a mi
abuelita Rosa Ríos, madre de mi padre y mujer negra azapeña que nunca
ha dejado esta tierra ancestral; a mis hermanos: Pepe, Pamela y Carla
que nunca han dejado de apoyarme en esta lucha de reivindicación y,
especialmente a mi esposa Seuyen, una mujer descendiente de Chinos
que ha tenido la paciencia de aguantarme en las buenas y en las malas
estando siempre a mi lado; y por ultimo a mi hija Laini Siukeng, fruto del
amor de dos culturas ancestrales como son la africana y la China”.


PROLOGO

“Las contribuciones de los africanos y sus descendientes a la vida panamericana son
tan importantes y fundamentales que no hay manera de discutir sobre las Américas
con precisión y honradez sin tenerlas en cuenta. Fueron parte de la agricultura que
permitió sobrevivir a los inmigrantes europeos voluntarios y africanos involuntarios.
Fueron parte de la tecnología que permitió que todos trabajaran y crearan. Fueron
parte de la economía que permitió que las sociedades se desarrollaran y ampliaran.
Fueron parte de la creación de los idiomas en que todos aprendieron a comunicarse.
Fueron parte de la definición de la naturaleza de lo espiritual y de la forma de acceder
a ese mundo y relacionarse con el mismo. Fueron parte de la creación de la
multiplicidad de sistemas culturales, formas y estilos en que todos los inmigrantes a
las Américas de origen africano y europeo se organizaron y expresaron su respectiva
identidad”

Sheila Walker, African Roots, American Cultures: Africa in the Creation of the Americas (Lanham, MD:Rowman &
Littlefield Publishers, Inc., 2001).


Aunque a veces ya no sea evidente en sus
rasgos, aún se manifiesta la sangre de los
africanos esclavizados en la comunidad de
afrodescendientes en Chile. Una comunidad
que ha sobrevivido la esclavitud, las
epidemias, la chilenización, la dictadura
militar, y la modernización. Hoy,
profundamente marcados por su intenso
pasado, reclaman el reconocimiento de sus
raíces africanas ante el Estado chileno.

EL reconocimiento cultural se reclama por los demoledores efectos de los
procesos de transformación cultural, como la aculturación y la
nacionalización, que se evidencian en la pérdida de la cultura afrochilena.
Esta pérdida cultural es la razón por la cual; Lumbanga, ONG Oro Negro,
Arica Negro, Colectivo de Mujeres Afrodescendientes Luanda, Club Adulto
Mayor Rinconcito Africano de Lumbanga y la Comparsa ONG Oro Negro,
organizaciones sociales, culturales y políticas de afrodescendientes, están
intentando recuperar la cultura afrochilena a través del reconocimiento a


nivel personal, social, y legal, por parte de la sociedad chilena. No
obstante, este reconocimiento es sólo el primer paso hacia la meta final
del movimiento social reivindicativo: la reetnificación, Es decir, la
recuperación de una identidad cultural y una cosmovisión ancestral.

Si bien podemos ver algunos documentos y libros que hablan de nuestra
historia afrochilena, debemos manifestar que esta historia fue escrita por
“otros” tanto colonizadores, neocolonizadores y los mismos académicos e
investigadores que con ánimos personales, profesionales, la misma
iglesia y algunos pocos desde una forma de reivindicar a un grupo social
marginado y oculto en este país.

En este contexto, José Chucho García , Antropólogo e investigador afro
venezolano dice; “Hemos visto como en las primeras construcciones
discursivas los europeos nos convirtieron en AFRICANOS
ABSTRACTOS, luego en NEGROS, posteriormente en RAZAS,
inmediatamente en ESCLAVOS, y así montaron un marco conceptual
que al paso de quinientos años continua acompañada de prácticas
reproductoras desde sus iniciales instrumentos ideológicos hasta la
reproducción trágicamente compulsiva introyectada en nosotros mismos”.

Siguiendo la misma línea de Chucho, es necesario cambiar el
pensamiento que los “otros” escriben de nosotros, que finalmente
escriben lo que quieren saber de nosotros o muchas veces solamente son
tesis de grado que tiene un fin mas profesional que social y cultural. Por
otro lado hemos visto también que muchas personas que no son
afrodescendientes han querido insertarse profundamente en los
accionares de los movimientos afrodescendientes no solamente en Chile
sino que también en el resto de America Latina.

Para saber de nosotros mismos, los afrodescendientes, de donde
venimos, para donde vamos y porque estamos acá, es necesario poder
investigar lo ya escrito, ser crítico y poder re-pensar para luego lograr
reconstruir nuestra propia historia, pero ahora de la mano con nuestra
historia viva. Para saber a donde vamos es necesario retroceder para
atrás y comprender nuestra historia.

La Historia Oral ha sido, y pretende seguir siendo, producto de un
movimiento de cambio progresista centrado en el rescate de la memoria
colectiva, social e individual. En este sentido, apuesta a contribuir a una
formación que incida en la posibilidad de construir una sociedad más
democrática, más plural y más justa.


Para esto, es fundamental la reconstrucción de la memoria oral, por
medio de investigaciones en terreno con adultos mayores de setenta años
de edad, pertenecientes a la cultura afrochilena, que en un momento de
sus vidas, especialmente en su niñez, comprenden que “negar la raza”
sería la mejor opción para ser incluidos en una sociedad que se declaraba
“blanca”, siendo la negritud una desventaja, y por ende , no era bueno
casarse entre negros, ni tampoco era bueno seguir algunas costumbres y
tradiciones que acercaban o se asimilaban a la cultura africana y a la
peruana, pero que inconcientemente han luchado internamente dentro de
sus familias para poder mantener una identidad que los conserva como
comunidades afro de esta tierra, un ejemplo claro por nombrar, la misma
cruz de mayo que une a las familias cada año.

Reconstruir la memoria para una comunidad africana es la clave del
desarrollo actual y su futuro donde, de acuerdo a su historia, las
comunidades pueden mirar el porvenir con mayor esperanza. A su vez, es
posible argumentar la gran discriminación racial en la estructura social en
este país desde que es República, lo que se evidencia en el ocultamiento
e invisibilización del pueblo afrochileno.

Investigar, rescatar y difundir una historia oculta en un país que hoy en día
se visualiza como uno de los más desarrollado en América Latina y que
su discurso y propuesta es poder llegar a la celebración de la
independencia, que significa la libertad del reino español; el Bicentenario,
como un país diverso y pluri-étnico, es uno de los grandes desafíos que el
movimiento afrochileno se ha propuesto, demostrando que la construcción
de esta república no solamente fue con las dos madres ancestrales: la
Española y la Indígena; sino que también el aporte de la madre Africana
fue fundamental en lo que hoy es Chile.

Cristian Báez Lazcano
Investigador Vivencial de la Cultura Afro en Chile.



LUMBANGA; MEMORIAS ORALES DE LA CULTURA AFROCHILENA.


INTRODUCCION


A través de este libro quiero hacer un homenaje a todos nuestros
ancestros, hombres y mujeres, que llegaron a estas tierras como africanos
esclavizados y sufrieron tantas injusticias, pero que poco a poco fueron
adquiriendo su libertad, llegando a ser los protagonistas claves de la
historia cultural, social y del desarrollo económico Ariqueño entre los años
1600 a 1950 aproximadamente, pero que por distintas causas, en especial
lo geopolítico y social, fueron perdiendo su cultura, costumbres y
tradiciones.

Esta investigación fue basada en libros y documentos históricos de la
ciudad de Arica, pero especialmente en las vivencias de nuestros abuelos
y abuelas de esta diáspora africana, porque ellos y ellas son nuestras
“bibliotecas andantes” con las que afortunadamente aún contamos, lo que
nos permite ir rescatando nuestra valiosa cultura, ya que son ellos los
únicos que nos pueden ayudar a resolver el gran puzzle de la cosmovisión
afroariqueña y por consecuencia, la afrochilena.

Nosotros, los Afrodescendientes, tenemos una historia muy hermosa que
contar, llena de alegrías, penas, triunfos y derrotas, con una vida sencilla,
viviendo siempre en contacto con la naturaleza, de manera humilde y sin
grandes ambiciones; siendo esta una de las virtudes que el negro o afro
tenía, el vivir con lo justo sin tener la necesidad de buscar otras
oportunidades que le dieran un mejor vivir. Pero estas características, que
para los ojos del occidental, significan o se traducen en que el negro es
flojo, no se supera, le gusta vivir en la pobreza, no sale de su tierra, etc, yo
me pregunto; ¿a nuestros ancestros lo trajeron a trabajar y a producir un a
un desarrollo económico que se visualizaba como exitoso?, ¿Y por que
dicen eso?. Actualmente no todos los hijos y nietos siguen esta forma de
vida, debido a la influencia accidental o más bien a La Globalización, pero
sí nos podemos dar cuenta como nuestros abuelos tratan de continuar con
esta idiosincrasia. Si recordamos o miramos la vida de un abuelo o abuela
en las zonas rurales donde muchos de ellos nacieron y se criaron, como
son los valles de Azapa, Lluta y Camarones, nos fijaremos como ellos se
sienten; rodeado de la naturaleza, con sus casas quinchas de caña con
barro, criando chivatos, gallos de pelea, chanchos, plantando y
cosechando camote, caña de azúcar, plátano, pacay, guayaba, aceituna o
algodón, preparando aceituna, etc. Es ahí donde debemos reflexionar,


reparar y lograr entender a nuestros abuelos y abuelas, ya que su forma
de vivir no se explica solamente porque así se criaron o por que no les
gustan las cosas modernas, pues la única respuesta que ellos tienen es:

“mis abuelos fueron así “, “mis padres fueron así”, “¿por qué no puedo ser
yo así?”. Estas palabras nos invitan a reflexionar y tratar de investigar más
a fondo sus vivencias.

Este libro quiere enseñar que nosotros, los Afrodescendientes, tenemos
una identidad propia que nos distingue de los otros, pero que no es
simplemente por nuestros rasgos físicos, sino que va mas allá de lo que
podemos ver; es una herencia más profunda, una historia que viene desde
afuera de este continente, cruzando el Atlántico hasta llegar aquí, donde el
sonar de los tambores y el danzar durante largas horas, no es porque
están de fiesta o porque están drogados o borrachos, o porque les gusta
tocar y bailar nada más; sino que es un agradecimiento, una petición, un
ofrecimiento, una despedida o expresiones de amor a la naturaleza, al sol ,
al aire y a la tierra que los acompañan en el pasar por este mundo, es la
“herencia desde nuestro sub-consciente” que muchas veces nos cuestacomprender. Esta es el África añorada por muchos seres humanos traídos
hasta América en condiciones miserables: azotados y encadenados como
animales; pero que dentro de todos estos abusos, amarguras y penas que
sufrieron, pudieron sobrevivir gracias a la fe a un todo poderoso, sus
dioses ancestrales, y a la esperanza en que algún día podrían regresar encuerpo o en espíritu, a su amada tierra ancestral. Así es el África olvidada
y añorada por muchas personas descendientes de esta diáspora. Si bienno pretendo que nosotros los descendientes volvamos al África ancestral,
sí podemos reivindicar y poner en valor a nuestros mayores que están y lo
que ya se han ido.

Quiero dedicar en forma especial este libro a los que han hecho que
nuestra etnia, acá en Chile, renazca mediante sus recuerdos que
realizamos en la organización Lumbanga; ellos son nuestros abuelos que
participan en “La Mesa Redonda”, instancia en que se reúnen cada cierto
tiempo, para recodar y revivir épocas hermosas, y algunas penosas de su
niñez, adolescencia, juventud y adultez. Ellos son los que han hecho de
esta organización, una institución seria, responsable con muchos logros y
éxitos en tan corto tiempo de vida, donde lo mas importante no es el
organismo jurídico al cual nos acogemos, sino es poder volver a ser una
“Comunidad” en donde niños, jóvenes, adultos y abuelos interactúen bajo
un solo objetivo, poder reivindicar a nuestro pueblo afrodescendiente en un
país que sigue negando nuestra presencia.


Muchas gracias por todo el valor histórico que nos han dado a: Inocencia
Baluarte Meléndez, Miguel Quintana Ugarte, Marcos Carrasco (Pisoro),
Pedro Cornejo Albarracín (Chañal) y Bernardo Quintana Ugarte, todos
ellos nos han dejado de este mundo y se encuentran con nuestros
ancestros y el Dios Todopoderoso. También quiero agradecer a los que
están con nosotros; Rosa Guisa Lanchipa, Rosa Ríos Sánchez, Rosa
Corvacho Amestica, Zarela Zavala Ríos, Claudina Maldonado Sánchez,
Guillermina Flores Corbacho, Esther Cornejo Cornejo, Eulogia Baluarte,
Lucía Huanca Estoraica, Segundo Quintana Ugarte, Gregorio Bravo,
Segundo Llerena, Carmelo Baluarte Meléndez, Agusto Barrios, Octavio
Butron Corvacho, Benancia Quintana Ugarte, Marina Jiménez Chamorro y
Susana Quintana, donde todos ellos y ellas conforman la suma de mas de

1.500 años de historia.
“Es la historia del tumba
que mi abuela me hablo.
Estas son mis costumbres
y así las cuento yo


Es el baile de mi ancestro
es el África olvidada
Es mi orgullo que demuestro
a mi cultura rescatada”


Cristian Báez Lazcano


ANTECEDENTES HISTORICOS GENERALES


Al igual que en el resto de América, el hombre y la mujer africano(a)
estuvieron presentes en la historia y en el territorio de lo que ahora
llamamos Chile, traídos en calidad de esclavos. En la época colonial,
fueron traídos desde las regiones de Angola, Congo y Mozambique,
destinados a la comercialización de personas, a través de las rutas del
Caribe, Panamá, Colombia y Perú, hasta que se abrió el puerto de Buenos
Aires; sin embargo, muchas piezas (como llamaban a los africanos
esclavizados) fueron traídas como contrabando por rutas no autorizadas
por la corona, incrementándose aún más la cantidad, sumado también a la
llegada de negros esclavos fugitivos y negros libres de los países vecinos.

Los negros traídos a América y a Chile, son de diversas etnias (grupos
lingüísticos) africanas, siendo la cultura Bantú de la región del Congo y
Angola la con más influencia cultural tuvo en América y Chile. Era esta una
cultura dominante frente a otras por su imperialismo militar, por su trabajo
disciplinario e innumerables cualidades, como son la fundición de metales,
la agricultura, la ganadería y la pesca, además de tener complejas
estructuras sociales de trabajo y fuerte corriente religiosa y filosófica.

Así, de una forma general, los africanos traídos a América vinieron en
cantidades hasta ahora incalculables, pero se estima una cifra de
aproximado entre trece a dieciocho millones de personas, sin contar las
que murieron en las penosas travesías en barcos de negreros o clíperes,
cruzando el atlántico a este continente, ni tampoco la cantidad de africanos
muertos en las cacerías que realizaban los imperios dominantes africanos
y los comerciantes europeos en tierras africanas.

http: //ensayo.rom.uga.edu/antologia/XIXE/Castelar/esclavitud/fotos/esclavo33.htm

Los negros africanos arribaron a
América, poco después de la llegada de
Cristóbal Colón, siendo llamados negros
ladinos: aquellos que nacieron y vivieron
en España y Portugal como esclavos,
quienes tenían los conocimientos de la
cultura hispana y la religión de sus amos
como era el catolicismo, vinieron
acompañando a sus señores como
cargadores, exploradores y también
como combatientes.


El tráfico esclavista no fue una casualidad de la vida, los europeos ya
habían estudiado previo a este genocidio a los reinos africanos siglos
antes de iniciar esta trata comercial. Fue así que como los europeos eran
conscientes que traer personas hacia las Américas, de tribus y reinos de
este continente, les resultaría un gran negocio económico. Las costas
africanas y el África subsahariana eran ricas en producciones de café,
caña de azúcar, arroz y minerales como el diamante y el oro, por lo tanto;
debemos ser conscientes que el tráfico esclavista fue un estudio “científica
y maquiavélicamente estudiado”, puesto que la razón de traer personas
esclavizadas a las América tenía un objetivo netamente económico. Si por
ejemplo en la zona de minas Yarais en Brasil existía el oro, se
comercializaba a personas de tribus que eran expertos en ese tipo de
mineral, si en Colombia se producía café, de la misma forma traían
africanos y africanas a trabajar que practicaban dicha función. Es por esto
que el tráfico de africanos esclavizados no solo fue traer seres humanos,
sino que también fue la comercialización de pensadores, filósofos,
agrónomos, médicos, mineros expertos en buscar los diversos minerales,
etc. Todo esta comercialización era avalada y garantizada por tres leyes
fundamentales de aquellos tiempos como fueron; la ley de la corona
española y portuguesa, la ley de comercio del reino Británico y por ultimo
la ley de la Iglesia Católica que declaró que los africanos y africanas eran
hijos(as) del diablo y del mono, y que por lo tanto, era necesario
convertirlos a la fe católica para luego poder comercializarlos y así
pudieran ser hijos de Dios.


http: //ensayo.rom.uga.edu/antologia/XIXE/Castelar/esclavitud/fotos/esclavo36.htm


ANTECEDENTES HISTORICOS LOCALES.


No podemos avanzar sin antes introducirnos a los archivos históricos que
hablan de nuestros ancestros, de la presencia africana y sus
descendientes, tanto a nivel local como en el resto de Chile, aunque si bien
este libro pretende conocer la historia oral de los afrodescendientes, es
necesario conocer esta historia escrita por personas que no son
afrodescendientes, para luego comprender y analizar la historia oculta en
lo más profundo de su memoria y corazones.

Según Rolando Mellafe en su libro “La introducción de la esclavitud negra
en Chile” comenta que para el descubrimiento de Chile, más de cien
negros acompañaron a Diego de Almagro. Y en 1540, Pedro de Valdivia
ingresó también con una cantidad parecida sacada del Virreinato del Perú
para emprender la conquista de Chile. El mismo Mellafe afirma que la
primera mujer negra que ingresó a este país fue la esclava llamada
Margarida de Almagro, que con extraordinaria fidelidad lo acompañó y lo
sirvió hasta su muerte. O sea, si analizamos esta situación desde el
pensamiento colonialista occidental, podemos concluir que la descubridora
de Chile fue una mujer negra.

En este mismo libro encontramos que en 1778, el presidente Jáuregui
(1711-1784) ordenó hacer un censo donde se pudo constatar que desde
Atacama al río Maule, había 21.538 negros. Luego con la abolición de la
esclavitud (“Ley de Libertad de Vientres”) en Chile, decretada el 11 de
octubre de 1811 por Manuel de Salas, pero abolida completamente en
1823 por Ramón Freire, no fueron mas de 4.000 los negros que se
registraban en este ultimo año. Las adversas condiciones climáticas los
hacían desaparecer rápidamente, lo que eso es completamente falso y que
fácilmente fue una estrategia de invisibilización de negar al otro. Hoy en
día las nuevas generaciones de historiadores confirman que esta situaciónse ha transformado en un mito. África es un continente diverso en climas al
igual que América, también existe el frío en invierno, como el calor en
verano.

En cambio en Arica, cuando pertenecía al Virreinato del Perú, la población
negra siempre fue numerosa, según el escritor Worlmad Cruz en su libro
“El mestizo en el departamento de Arica”, en el año 1555 ingresaron por
el puerto de Arica 500 africanos en condición de esclavos denominados
negros bozales, término que se le nombraba a las personas que venían


directamente de aquel continente con su idioma de origen. Su clima sub.
Tropical semejante al África, fue un factor muy importante en la
subsistencia del negro en este territorio pero no determinante.

Según cuenta el historiador
Peruano Luis Cavagnaro, en
su libro “El Corregimiento de
Arica”; “entre los negros
libres que existían allá por el
siglo XVII se destacaron dos
hombres negros en la ciudad
de Arica, uno de apellido
Anzurez y su compañero
cuyo apellido no se
especifica.


Estos fueron elegidos alcaldes ordinarios por un periodo corto en 1620.
Duraron alrededor de seis meses y luego fueron depuestos ante el Virrey
don Francisco de Borja y Aragón, donde decreta y anula la elección y
prohíbe bajo pena de 1000 pesos de oro como multa repetir tales
nombramientos. Pero igual en ese corto periodo, alcanzaría buena
posición económica y formaría cuerpos militares como, “las compañías de
mulatos libres (Capitán Lerga) y de morenos libres (Capitán Núñez), de los
cuales algunos morirían en la defensa de Arica contra (el pirata) Sharp, en
1681.

En el caso de estos alcaldes podemos deducir que aquellos hombres afro,
debieron haber tenido un cierto poder económico en la ciudad, para que la
clase aristocrática, en esos tiempos, los hubieran elegido. Al analizar esta
situación sobre los poderes económicos, que en algún momento tuvieron
nuestros ancestros, podemos dar un ejemplo de nuestros abuelos, donde
nos cuentan que muchos de ellos son herederos de tierras en el valle de
Azapa, en la cual nos dicen; “que sus abuelos ya eran dueños de esas
tierras”, o sea, podemos ver que hace cinco generaciones atrás, los afro
en Azapa tenían algún cierto poder económico, por medio de las tierras.

Por otro lado, algunos abuelos nos cuentan que ya, en esos tiempos, sus
abuelos o bisabuelos eran dueños de cuadras en la ciudad de Arica, pero
que lamentablemente, en el periodo de la chilenización, aquellas familias
vieron como se desligaban injustamente de aquellas propiedades.


De igual forma, don Luis Cavagnaro en su libro; “El Corregimiento de Arica
y Tacna” menciona que; a comienzos del siglo XIX, destacaría el cuerpo
de "Pardos" que comandó don Martín de Oviedo, un Ariqueño afro que
pasó a la historia al dejarse matar protestando su fidelidad al rey de
España y, medio siglo después (1880), en la cumbre del Morro, un niño
negro de 14 años, Alfredo Maldonado, soldado voluntario del "Fuerte del
Este", participó bajo las órdenes de Inclán en la defensa de Arica. Cuando
la improvisada fortificación, cayó en manos de las tropas chilenas,
Maldonado hizo explotar el polvorín.

Durante el siglo XVIII la población blanca en Arica se redujo
considerablemente, casi hasta desaparecer, debido a las diversas
enfermedades que azotaban la zona, especialmente la llamada
paludismo, que con intensidad azotaba la costa Ariqueña. En cambio, los
africanos y sus descendientes, nunca disminuyó, más bien fue
aumentando, siglo y medio después al año 1871, los negros puros
formaban la población mayoritaria en estas tierras.


Algunas notas que Hernán Lagos
Zuñiga destaca en su libro “Arica,
Símbolo de Gloria…” se puede
manifestar claramente el aporte
que los afrodescendientes dieron
en momentos difíciles que la
ciudad de Arica tuvo que pasar. A
continuación presento una estrofa
que menciona y demuestra el

protagonismo que nuestros
antepasados tuvieron en esta
zona;

“De esta manera se desataba la segunda gran tragedia del siglo en la tierra de
San Marcos de Arica, después de los 800 muertos y desaparecidos calculados en
el terremoto del 13 de agosto de 1868 se suman las muertes por la epidemia de
principios de 1869 que se calculan en unas 700 personas fallecidas
aproximadamente, entre el 31 de enero de 1869 al 28 de febrero de 1869 hubo
541 sepultaciones en los cementerios de Arica, se tuvo que hacer una zanja en la
parte mas alejada del Panteón cercano al río San José para que sirviera de
sepultura a los fallecidos, se abrió otra zanja algo menor en las cercanías del
Lazareto que estaba ubicado a unos 3 kilómetros al este de la ciudad, esta


lúgubre labor fue realizada en forma forzada por negros y mulatos que por
idiosincrasia tenían mucha propensión a la superstición, factor que los hacia
cumplir la humanitaria labor con muchos sacrificios, a estos forzados
panteoneros se les pagaban 2 soles diarios por su trabajo, las autoridades se
vieron obligadas a imponer este trabajo a los habitantes afroariqueños debido a
la desastrosa falta de mano de obra, la escasez o total ausencia de personal
especializado como médicos, enfermeras, farmacéuticos, constituía un cuadro
muy desalentador sobre el futuro del puerto, las familias más pudientes ofrecían
hasta diez soles diarios para que alguna mujer afro pudiese asistir a los enfermos
de su núcleo familiar, no logrando conseguirlas, la situación era tan grave que en
una información del diario “El Comercio” de Lima del 24 de febrero de 1869 se
decía: “Si esta situación no mejora, desaparecerá bien pronto Arica, pues los
muertos no bajan de 40 diarios en esta reducida población”.”

Otro antecedente importante que hay que señalar, es la existencia de un
comercio dedicado a la crianza y compraventa de negros en Arica entre
los años 1690 y 1740, situado principalmente en el valle de Lluta,
destacándose algunos personajes como; Francisco Yánez, Ambrosio
Sánchez, Pedro Sabarburu y Luis Carrasco, quienes eran propietarios de
terrenos en este valle, teniendo en aquellas tierras los llamados “criaderos
de esclavos”, en donde se ocupaba para tener en cuarentena a los
esclavos que llegaban directamente del África llamados “negros bozales”.
También servia de reproducción de esclavos, esto consistía en elegir a la
mujer esclava mas saludable y al esclavo mas fuerte, en la cual los
encerraban en un lugar para que tuvieran relaciones sexuales y así
puedan procrear, teniendo como resultado un hijo (esclavizado) fuerte para
la venta, el cual, al crecer, era despojado de los brazos de su madre. Cada
cierto tiempo, en estas haciendas, se hacían bautizar en la Iglesia de
Pocon Chile, una cierta cantidad de niños negros, todos hijos de esclavos,
recibiendo el apellido de los propietarios a titulo de dominio.

La creación de estos criaderos de esclavos tiene mucha relación con la
razón del descubrimiento del cerro rico de Potosí en el Alto Perú, ya que
este descubrimiento se transformó en una fuente de desarrollo económico
para el corregimiento de Arica. Reproducir y crear esclavos era una
oportunidad para comercializarlas en sus primeros años hacia el Potosí. Es
importante analizar esta situación, puesto que en gran parte, es la razón
de que africanos y africanas lleguen a estas costas. Sabemos que Azapa,
Lluta y las costas ariqueñas, no eran lugares que comercialmente con una
gran explotación económica, en comparación con las zonas del Caribe,
Brasil, Colombia o el mismo Potosí. Es necesario comprender que gran


parte de la razón de nuestra presencia en esta zona, se debe por el
descubrimiento del cerro rico de Potosí, ya que el puerto de Arica era la
costa más cercana que el Potosí tenia para el abastecimiento, traslado y
envío de mercancías desde y hacia el Potosí.

Los negros crecieron y se multiplicaron en Arica, favorecidos en parte por
el clima y por su propia inmunidad contra el paludismo, enfermedad que
azotaba al territorio y ante la cual, blancos e indígenas, no eran muy
resistentes. Muchos negros irían comprando su libertad. Se da el caso,
como se menciono anteriormente, de que en el siglo XVIII varios integraron
unidades de ejército. Igualmente mas adelante podemos darnos cuenta
como las familias afro del valle de Azapa, son dueñas de sus tierras desde
hace ya más de 3 generaciones atrás.


PROCEDENCIA DE NUESTROS ANCESTROS.


Si bien no podemos definir exactamente la procedencia de nuestros
ancestros directos, podemos analizar los archivos históricos y algunos
referentes que nos puedan acercar al lugar de origen de las y los africanos
que llegaron a estas costas. Una de estas puede ser por medio de ciertas
palabras y terminologías con raíces africanas como son; bemba, tumba,
comba, macumba y Lumbanga, que según estos términos con las
consonantes “mb”, en su mayoría son palabras del idioma Limbundu oa
veces nombrado kimbundu, provenientes de la región de Angola, El Congo
y Mozambique, que fueron parte de la civilización Bantú. Otra muestra
para conocer la procedencia de nuestros ancestros puede ser la palabra
Lumbanga, nombre de una zona en Luanda que es la capital de Angola.
También esta palabra es un apellido común de familias de la población
Angoleña. De igual forma podemos agregar que Lumbanga es el nombre
de familias de Somalia, según cuenta el Musicólogo y Antropólogo chileno
Roberto Fierro Bosso.

Ya habíamos mencionado anteriormente que el tráfico esclavista fue con
un fin netamente económico y por lo tanto, al darnos cuenta que a estas
costas y el alto del Virreinato del Perú se explotaba la minería, la
agricultura y la pesca, nos podemos fijar que las diversas tribus que
existían en aquellas regiones del Congo, Angola y Mozambique, eran
expertos en ese tipo de disciplinas laborales.

Pero uno de los fundamentos mas visibles para definir estas teorías, es la
de un documento histórico que data del siglo XVI en un artículo
denominado; “Compraventa de una hacienda en el valle de Azapa por
Gaspar de Oviedo, 1661. Documento inédito del Archivo General de la
Nación. Lima Perú” de los Autores: Jorge Hidalgo, María Marsilli, Calogero
Santero y Rebeca Correa, publicada en la revista DIALOGO ANDINO, Nº
9, Universidad de Tarapacá, Arica, 1990 y ofrecida para nuestra
investigación por la historiadora Patricia Arevalo, el cual dice lo siguiente
textual:

“Un segundo aspecto que nos parece interesante destacar del documento que ofrecemos lo constituye la
descripción del inventario de la hacienda, donde junto a los bienes muebles e inmuebles se listan
“Veynte piessas de Esclavos” del servicio de la propiedad. De ellos catorce eran jóvenes activos, dos
mujeres y cuatro viejos impedidos. Esta mano de obra seguramente era la encargada de hacer producir
los olivares, viñas y de manejar los lagares, molinos, trapiches y bodegas que son mencionados. No
tenemos mas datos al respecto que la breve alusión a cada uno de los esclavos, donde se indica su
nombre y su casta (Angola, Biafara, Congo, Mandinga, Matamba, Balanza y Criollo).


Textual del documento (pp 12r -14v):


“Y con Veynte piessas de Esclavos del servicio, de Ello catorce de Ellos mossos algunos Y otros de
buena Edad que todos pueden trabajar dos negras y quatro negros muy biejos empedidos Y Enfermos
que por ser de la dicha chacacra [chacra] Y estar inbentariados se ponen aquí con los demas aunque
no se apresiaren por no tener balor por las caussas dichas que los dichos Esclavos son de los nombres
Y castas siguientes Primeramente [para efectos de la lectura los he puesto en un listado]


Juan Garsia angola.
Miguel Angola.
Juan biafara.
Sevastián Angola [zapatero]
Sebastián Criollo Y
Enrique Criollo.
Pedro angola Regador.
Juan cauecitas [tal vez cabecitas] angola.
Cristóbal angola.
Domingo sordo biafara.
Phelipe nandinga [Mandinga].
Simon congo.
Luis balanta.
Juan matamba. Este es difunto y murió por quenta del dicho Gaspar de Oviedo porque le tenia Resuido
[¿?] con los demas esclavos Referidos antes del otorgamiento de esta escriptura.
Antón Yumbo
Cathallina angola
Maria Angola.
Estas dies Y seis piessas de esclavos son las buenas Y las que no pueden trabajar por estar Ympedidos
como va dicho son
Gonzalo angola.
Marcos folugo.
Lucas criollo. Este es difunto y murio por quenta del dicho Gaspar de obiedo.
Pablo Angola.”


“Los dichos esclavos se los doy por tales asi mismo Libres de Enpeño obligacion e hipoteca Y sin
declarar las edades que tienen por no saberlas Sin Los asegurar de ningun vicio tacha defecto ni
Enfermedades Publicas ni secretas que puedan tener o tengan porque con todas aquellas que en
cualquier manera pudieran tener y conforme a derecho me los pudiera bolver o [a] cualquiera de ellos
con essas(…)”.
En Diálogo Andino 9: pp 94-96.


Este documento hasta hoy es el que nos puede acercar más a la definición
de nuestra procedencia geográfica del continente africano.


TERRITORIOS ANCESTRALES
(VIDA DE LOS AFRODESCENDIENTES)


BARRIO LUMBANGA

A consecuencia del paludismo (malaria) que azotaba la costa de este
sector, se fue disminuyendo la presencia del blanco en la ciudad de Arica y
por lo contrario fue aumentando la presencia del afro. Es así como la
historiadora ariqueña; Vivian Briones en su documento:“Arica colonial:
libertos y esclavos negros entre el Lumbanga y Las Maytas”, menciona
que para el año 1871 los negros puros y sus mestizajes alcanzaban el
58% de la población, mientras que los blancos representaban solo el
23.9%. Antiguamente el corregimiento de Arica estaba dividido en tres
distritos; Azapa, Lumbanga y Arica.

Los africanos y sus descendientes se ubicaron en diversos sectores de la
ciudad, siendo unos de los más representativos en los siglos XVII hasta el
XIX, era el Barrio LUMBANGA, que según el historiador Peter Neumann,
es de origen Congoles y significa “Caserío”. La calle principal era
Atahualpa (actual Maipú) perimetrando las calles; Bidaubique (P. Lynch),
Zapata (Gral. Lagos) y La Pampa (Ohiggins). El significado de Lumbanga
para este historiador, fue por la situación geográfica en la cual estaba
ubicado este barrio, ya que si vemos hoy en día este sector céntrico y nos
imaginamos hasta donde llegaba la ciudad de Arica, nos daremos cuenta
que en realidad era un caserío, puesto que Arica, en esos tiempos, llegaba
solamente hasta los que hoy en día es “el Casco Antiguo” (7 de junio.
General Lagos, Chacabuco y Pedro Montt); entonces, con el pasar del
tiempo, la misma sociedad fue asociando caserío a Lumbanga, debido a lo
alejado que este barrio estaba ubicado, producto de la discriminación
social que en esos tiempos existía hacia los negros esclavizados y otros
que obtenían su libertad, como lo fue en toda America donde existía
población africana esclavizada. Estos sectores forzados y no forzados de
asentamientos eran parecidos a los “Palenque”, refugio en donde los
africanos esclavos se escondían cuando lograban escapar de las
haciendas, formando un pequeño imperio africano dentro de este
continente. También se les llama “Quilombos” como es el caso de Brasil.

En estos sectores se pudieron mantener y algunas ocasiones, rescatar
diversas costumbres ancestrales y a su vez nacieron otras formas y
prácticas que en esta tierra se creaban en el pasar del tiempo.


Pero en realidad Lumbanga, es el nombre a lo que anteriormente
mencionamos, de una zona ancestral que hasta hoy existe en Angola,
África. Entonces, podemos tener como teoría; que uno de los muchos
esclavos africanos que llegaron a estas costas de Arica, provenía de
aquella zona, y en honor y poder recordar la tierra de sus orígenes, le
nombró a este barrio de esa manera…Lumbanga.

En este barrio los hombres eran dueños de pequeños negocios. Las
mujeres por lo general trabajaban de empleadas domésticas, lavanderas y
costureras. Era un lugar de alegría en donde la gran mayoría de los
afrodescendientes de Arica y de los valles de Azapa y Lluta, se reunían en
los Billares y en las típicas casa de remoliendas. Lamentablemente,
producto de este racismo estructural que se daba, no solamente en estas
zonas, sino en toda la colonia y luego republica, el barrio Lumbanga fue
tomando poco a poco un carácter negativo, donde la prostitución , el
consumo de alcohol, los lugares de entretención, apuestas y la misma
pobreza que ahí existía, fueron estigmatizando este barrio.

El estigma que se le dió al barrio Lumbanga fue visto de varias formas, una
por ejemplo fue el negativo que la sociedad misma le impuso como
nombramos anteriormente, pero también existió un estigma positivo como
cuentan los abuelos de la mesa redonda de Lumbanga, en Azapa que
cuando hacían fiestas o alguna reunión familiar, en el momento cuando se
realizaban fiestas familiares y se armaba el desorden, la alegría o se
empezaba a bailar se le decía; ¡se armó la Lumbanga!


BARRIO DE LA CHIMBA

Los afrodescendientes de la zona urbana, no todos vivían en el barrio
Lumbanga, también hubieron sectores como es hoy en día “El Campus
Velásquez y el Hotel El Paso” en la ciudad de Arica, denominado; “La
Chimba”, que según cuentan los abuelos, era un lugar donde residían los
negros libres. No es casualidad que en Santiago, Valparaíso y Antofagasta
también existía y siguen existiendo sectores antiguos llamados “La
Chimba”. Muchos documentos históricos de Chile, mencionan a la Chimba
como; “lugar donde residían los esclavos libres y sus descendientes”.
Estos sectores se ubicaban frecuentemente a las afueras de la ciudad.

La Chimba fue una zona rural pequeña dentro de la ciudad de Arica. Este
lugar era muy rico en aguas subterráneas o vertientes, favoreció mucho
para el cultivo de la papa, el camote y pequeñas hortalizas. No era
casualidad que los habitantes del valle de Azapa les nombraban
“Chimberos” a las personas que plantaban en pequeñas huertas.

También este lugar, como era rico en aguas dulce, solían distribuir el agua
para el resto de la ciudad, destacándose en esos tiempos el “Negro
Aguador”, que andaba en su mula o burro entregando el agua en vasijas
de madera.

Las familias que vivían en la Chimba nunca regularizaron esos pequeños
predios agrícolas, luego una sola persona, que se desconoce el nombre,
se adueñó de casi toda la Chimba. Es así como en el tiempo de la
chilenización, este sector fue vendido y las familias tuvieron que poco a
poco buscar otros lugares para poder vivir. Fue así como nace el Barrio
Esmeralda y La Población Pacifico y todos sus alrededores. Hoy sus
descendientes viven en todo el perímetro de aquellos barrios. También
hubieron algunas familias que se ubicaron en lo que hoy en día es la
población Chinchorro, dado a la cercanía que tenían de sus fuentes
laborales como eran los llamados Chinchorreros.

La chimba era un valle pequeño dentro de la misma ciudad
específicamente en la costa. En este lugar se ejercieron muchas
actividades productivas para la ciudad como por ejemplo:


La Pesca; en la cual, los pescadores que vivían en la Chimba, practicaban
la pesca con mayas o redes llamadas chinchorros y por ende a ellos se les
denominaban chinchorreros. Cuenta Rosa Guisa que los Chinchorreros
solían pescar con explosivos para luego entrar con las mayas o redes para
poder sacar los peces.

Lavandería; en la Chimba nacía un ojo de agua clara y dulce que se la
llamaba “aguaita”, en la cual, todas las mujeres que por lo general eran
afrodescendientes, lavaban la ropa de su familia, de las estirpes
aristocráticas y hoteles que existían a fines del siglo XIX y principios del

XX. Las mujeres llegaban a este manantial por la mañana y estaban casi
todo el día lavando y a su vez esperando que se secara la ropa,
produciéndose en ese lugar un espacio social de conversaciones y
encuentros de mujeres afro del barrio, siendo un momento de alegría
debido a las risas y travesuras que hasta hoy forman parte de la
cosmovisión afro.
Trabajo en TOTORA; en este barrio se trabajaba mucho la totora que
traían del valle de Lluta y que también nacía en la Chimba, en la cual
diseñaban diversas artesanías de usos funcionales tales como; las
esteras, los canastos, las anchacas, etc. Una de las familias más
conocidas y que hasta hoy siguen heredando esta técnica artesanal de la
totora, es la familia Guisa con Rosa Guisa a la cabeza que aprendió de su
padre esta técnica ancestral.

Agricultura; en este pequeño valle se producía las verduras y hortalizas
que se vendían en el mercado central y por las calles de la ciudad. Los
camotes, el zapallo, la papa, la acelga y la misma caña de azúcar eran
parte de la producción de este enclave agrícola apegado a la costa.

Ganadería; También la Chimba fue un lugar de crianzas de burros y mulas
para la venta tanto en la ciudad, como en los valles de aquellos animales y
a su vez, la venta de leche de burra. Es importante mencionar que desde
los tiempos coloniales, la crianza de burros y mulas en la ciudad de Arica,
fue muy alta y constante ya que se comercializaba hacia el Potosí para el
traslado de los distintos cargamentos que se realizaban desde y hacia
Arica.


VALLE DE AZAPA

Este es el valle que tuvo y tiene más relación con los afrodescendientesque llegaron desde el África. Desde principio del siglo XVII, el valle de
Azapa fue una fuente importante de los ingresos para la ciudad de Arica,
ya que aquí se cultivaban en grandes cantidades el algodón y la caña de
azúcar (actividad principal que el africano esclavizado realizaba en toda
América), productos que en esos tiempos tenia gran valor de producción
para el dueño de una hacienda. Estas plantaciones se dividían en dos
sectores grandes del valle; del inicio hasta el Km. 11 se plantaban en su
mayoría algodones y mas arriba hasta el Km. 17 se cosechaba la caña de
azúcar.

Otro producto que fue traído por los españoles y que el afro lo trabajó y por
ende, aprendió su proceso, fue el Olivo(aceituna), que en su principio era
específicamente la producción del aceite de oliva o también llamado Olivo
Aceitero. Luego, a medida que pasaban los años y este valle era azotado
por sequías, fue apareciendo la aceituna comestible en reemplazo de la
variedad aceitera. En este valle existieron tres grandes Molineras de aceite
de Oliva.

Antiguamente, también Azapa era conocido por su producción de vinos,
aunque no en gran cantidad, según se cuenta Worlmad Cruz en su libro
“El mestizo en el departamento de Arica”, en los siglos XVII y XVIII
aproximadamente las autoridades que gobernaban estos sectores,
solicitaban frecuentemente el rico vino que se preparaba en el Valle de
Azapa. Una de las huellas que hasta hoy queda como afirmación de esta,
son los bailes religiosos de Morenos que actualmente bailan el “Pisa-Pisa”
que consiste en danzar y cantar en honor a la producción del vino. De igual
forma, el cultivo y producción de Ají fue un producto importante para esta
zona a principios del siglo XVII, debido a la gran demanda que existía
desde las zonas altiplánicas del Alto Perú en esos tiempos, puesto que el
clima costero de este valle era propicio para la buena producción de ajíes.

En los documentos que se pueden hallar sobre la historia del valle de
Azapa podemos encontrarnos con distintas épocas de sequías que han
afectado la constante producción de algunos frutos, lo que ha provocado,
la búsqueda de otros productos agrícolas que se puedan cultivar en este
valle, dejando de lado algunos frutos en el tiempo. Pero lo importante es
que debemos de destacar el gran aporte de nuestros ancestros hicieron en


la producción del valle de Azapa de aquellas épocas hasta hoy y por ende,
al desarrollo económico de la provincia de Arica.

El valle de Azapa se dividía en dos sectores, uno era Valle arriba y el otro
Valle abajo, como dice don Timo Bravo. En valle abajo era hasta el Km. 9
(actual corvachada) y valle arriba era desde Km. 9 hasta el Km.17. Dentro
de estos dos sectores existían sub sectores ubicados de mar a cordillera
denominados;

1. Pago de Gómez donde residían las familias Ríos, Albarracín,
Fernández, Corvacho Zavala, Henríquez, Salas, Salinas, Cuenta, Bravo,
Chambe y Quintana.
2. Pago de Albarracin; lo que es hoy el sector de “la Corvachada”; en ese
sector residían la familia Alabarracín, Flores, Llerena, Santa María y
Sánchez todos ellos del tronco familiar más grande de la cultura afro como
son los Corvacho.
3. Las Maitas; familia Cadena, Barrios, Palza, Oviedo y Corvacho.
4. Azapa Grande; familias Baluarte, Ríos y Bravo.
5. La Rivera; familia Baluarte Estoraica, Huanca y Bravo
6. Sobraya; Corvacho, Baluarte, Beyzaga, Llerena, Santa María.

Existe una incógnita de cómo el africano o su descendiente va obteniendo
su libertad, según los historiadores, fundamentan lo mas fácil, como es que
a consecuencia de las enfermedades, los blancos fueron huyendo de este
valle y así los afrodescendientes empezaron a tomarse los terrenos, esta
hipótesis fácilmente se puede demostrar que no es del todo cierto, ya que
las capacidades intelectuales, mas allá de las físicas, han sido la respuesta
de que gran parte del valle de Azapa en los siglos XIX casi el 90% de las
propiedades eran de familias afro. Debemos comprender que los
productores directos y encargados de la buena cosecha, tanto de la caña
de azúcar, el algodón, el camote, el olivo, la misma vid y otras pequeñas
hortalizas, eran los africanos esclavizados en sus orígenes y sus
descendientes, entonces, ahí podemos darnos cuenta que la capacidad
intelectual y comercial fue clave para las producciones y posterior
independencia.

Las familias afrodescendientes que residían en el valle eran personas
dueñas de grandes propiedades, que en su conjunto abarcaban casi todo
el valle, pero que lamentablemente fueron poco a poco perdiendo sus
tierras, producto del racismo estructural que en esos tiempos existían,
sobre todo desde que Chile toma la ciudad de Arica.

Finalmente podemos concluir que el valle de Azapa sigue siendo el
territorio ancestral que hasta hoy se sigue manteniendo a pesar de que
muchas familias han ido vendiendo sus propiedades o han inmigrado a la
ciudad o el resto de Chile. El valle de Azapa es uno de los territorios que
los afrodescendientes siguen manteniendo sus costumbres, tradiciones y
sus raíces ancestrales, puesto que de una forma u otra mantienen familias
en aquel territorio. El valle de Azapa y todos los otros territorios
mencionados anteriormente, “han sido nuestros espacios de resistencias
después de haber logrado la libertad”.


EL OLIVO

El olivo ha estado desde la venida de los primeros españoles que llegaron
a conquistar esta zona, siendo su aparición más notoria a fines del siglo

XVII.
Las variedades que antiguamente existían de olivo eran; el aceitero y el
comestible, siendo el aceitero el que se han ido extinguiendo debido a su
poca rentabilidad. Antiguamente la producción del aceite de olivo era el
principal derivado que se podría extraer de este fruto, llegándose a instalar
tres grandes Molineras de Aceite en el valle, una en el Km. 9 (parcela de
Aguilera), otra en el sector de cerro sombrero (ex parcela de Atoca) y la
ultima a la altura del Km. 12 lo que es hoy el museo de San Miguel donde
antiguamente estaba la hacienda San Juan de Dios.

Otro uso al que se le daba al olivo; era para la leña o algunos objetos
utilitarios del hogar como eran los derivados de la madera, usados para
bancas o asientos de los mismos troncos. También cuentan que se usaba
para reparar embarcaciones en el puerto de Arica.

El olivo comestible fue apareciendo producto de las sequías que azotaban
a principios del siglo XX, ya que su principal producto como eran; la caña
de azúcar y el algodón, demandaba más agua en comparación con el
mismo olivo.


LA CAÑA DE AZUCAR Y EL CORTADOR.

La cosecha de la caña de azúcar sin duda es una de las razones
económicas fundamentales de la razón del porque estamos acá en este
continente, puesto que la caña de azúcar, en tiempos coloniales hasta hoy,
ha sido uno de los productos que mas divisas ha traído para los europeos.
Debemos de tener claro que la planta de caña de azúcar fue traída juntocon nuestros ancestros esclavizados desde el mismo África.

En Azapa, existieron grandes cañaverales, en la cual muchos hombres
africanos y sus descendientes, trabajaban en las diversas labores de esta
cosecha, destacándose diversos personajes tales como; el cortador de
caña, que con su machete en mano cortaba la caña en los cañaverales;
luego estaba el cargador que con una carreta pasaba recogiendo las
cañas que los cortadores dejaban en el suelo y las trasladaba hacia las
moliendas; luego estaba el trapichero que se encargaba de exprimir el jugo
de la caña al pasarlo por el trapiche, maquina que se molía la caña y que
exprimía todo el jugo. Generalmente esta maquina era impulsada por
mulas, pero también se utilizaban a hombres afro para su prensa.


Luego estaba el candelero y
catador que era el encargado
de hacer el fuego para cocer
el jugo y catear su dulzor del
cocimiento a punto, para
luego transformarse en
néctar, que finalmente era
traspasado a moldes
pequeños transformándose
en melcocha.

http://www.kalipedia.com/kalipediamedia/historia/media/200807/31/hisvenezuela/20080731klphishve_33_Ies_SCO.jpg

Cuentan los abuelos que el jugo de la caña era cocido en grandes pailas
de cobre, luego al vaciarla a los moldes, lavaban las pailas echándoles
agua quedando un jugo dulce con todos los residuos del néctar que
quedaban depositados en esas grandes pailas. Este jugo lo traspasaban a
una barrica pequeña de madera, para luego dejarlo fermentar 5 a 8 días
alcanzando un grado de alcohol, mezclado con el dulzor agradable de la
caña, este trago era llamado “Guarapo”, trago que era utilizado para las
fiestas familiares en el valle de Azapa. En otros países de América, donde
existen comunidades afrodescendientes, también se halla el trago de
alcohol llamado de igual forma, lo que cambia es el tipo de fruto que se
ocupa o también se produce del mismo jugo de la caña de azúcar.


La caña de azúcar fue poco a poco desapareciendo debido a la escasez
de agua que amenazaba constantemente al valle de Azapa, pero dejó en
los afrodescendientes, un componente familiar cultural que hasta hoy las
familias afrodescendientes en Azapa siguen manteniendo esta planta para
su consumo local o simplemente como objeto decorativo, dentro de sus
pequeñas parcelas o terrenos.


EL ALGODÓN Y LA ALGODONERA.

La cosecha del algodón en el valle
de Azapa tuvo gran importancia en
términos económicos y sociales al
igual que la caña de azúcar. Esta
planta también fue traída desde elÁfrica. junto a las personas
esclavizadas hasta América. En
este tipo de cosecha, por lo
general trabajaba la mujer afro, por
ser una labor un poco mas liviana,
si bien hombres afro también
trabajaban, gran parte de la
producción se ligaba a la
responsabilidad de la mujer dentro
de los algodonales.

http://www.beyondbooks.org/slavery/images/fieldhands.jpg

Cuentan los y las abuelas afrodescendientes que antiguamente existían
varios algodonales, el cual eran cosechados y echados a sacos o canastos
para luego ser transportado hacia la ciudad de Arica, donde se enfardaban
y prensaban para finalmente ser enviados en barco hacia puerto de
Valparaíso.

En los algodonales la alegría, a pesar de la situación en que se
encontraban nuestros ancestros, era parte del día a día laboral, los cantos
responsoriales, las bromas y, en otras oportunidades, los coqueteos entre
hombres y mujeres afro solía nacer el verdadero amor que muchas veces
fue prohibido por los amos.

A la cosecha de algodón, las mujeres solían ir con sus hijos mas
pequeños, en la cual, ellos jugaban a las afueras del algodonal, cuidando a
los bebes mas pequeños y en otras veces también cosechando junto a sus
madres. A los bebes, hasta aproximadamente 2 años, algunas veces los
dejaban dentro de unos hoyos, que solían hacerse en forma de cuna o
corralera, para que así, no se escape el bebé. Cuentan los abuelos de
Azapa, una trágica historia que ocurrió en la década del cincuenta del siglo
XX en un algodonal, donde una madre dejó a su bebe en uno de esos
pequeños socavones y apareció una tortuga grande, en la cual, encontró al
bebe y empezó a comerle la piel de su cara, cuando la madre salió a ver a


su hijo, ya era demasiado tarde, la tortuga se había comido gran parte de
su cara llegando a fallecer en el mismo lugar. Esta tortuga fue capturada
por la policía y sacrificada. Esta historia real y trágica demuestra el
sacrificio de la mujer afro, al tener que ser madre y trabajadora a la vez en
condiciones desfavorables.

La mujer algodonera usaba una comba o en algunas veces, un canasto
grande, esta comba era hecha de un saco harinero, donde se le colocaba
un aro de alguna varilla de granado o membrillo, para así abrir el agujero y
poder echar el algodón a la comba. Esta comba se colocaba cruzada por
el cuerpo, desde el hombro hasta las cadera o en otras veces, se colocaba
amarrados a la altura de su vientre o también atrás, a la misma altura. Su
vestimenta por lo general era de color ocre, según el tipo de ropa que los
amos, en tiempos coloniales, designaban por razones sociales y
económicas.


COSTUMBRES Y TRADICIONES


Las costumbres y tradiciones que tenían y que actualmente, algunas se
siguen manifestando los afrodescendientes, eran bien variadas; tantas
religiosas, sociales, familiares, agrícolas, etc. Pero como en todos los
lugares de América, en donde llegó el africano, cada sector tenía su propia
identidad, sus propias expresiones y manifestaciones culturales que hacía
la diferencia con otros sectores, mezclándose con otras manifestaciones
culturales como era la indígena. En esta zona no fue la excepción, dejando
como legado distintas prácticas que han quedado en el tiempo tales como
por ejemplo;

Pascua de los Negros.

Las festividades en el año comenzaban el 6 de enero con la celebración de
la Epifania, más conocida aquí en esta zona como: la “Pascua de los
Negros”, aunque no todos la celebraban, hubo familias que se
identificaban con esta celebración.

En el barrio Esmeralda, las familias solían festejar en comunidad; cuenta
Rosa Guisa que antiguamente se bailaba para el niño Jesús. Igual cuenta
que las familias afrodescendientes diseñaban las figuras del pesebre con
greda o barro común.

En el valle de Azapa, las familias solían reunirse a tomar chocolate y
dulces durante ese día y se aprovechaba de desarmar el árbol de pascua
junto al pesebre. Aunque debemos aclarar que esta tradición también lo
hacían familias blancas, entendiendo que esta tradición tenia mas raíces
de la misma Iglesia Católica y su relación con la historia bíblica, junto con
al personaje afro Baltasar.

A mi parecer, esta tradición fue tomada por la identificación que se le daba
por relacionarse con los negros y no necesariamente originada por los
afrodescendientes. Eso si, podemos aceptar que muchas familias
afrodescendientes fueron poco a poco identificándose con dicha tradición y
que hasta hoy sigue realizando, sumándose mas personas a celebrarla.


Fiesta de Carnaval…Danza del “Tumba Carnaval”.

En el valle de Azapa:

Después continuaba con la fiesta de carnaval en los meses de febrero, en
esta festividad se hacían distintas actividades. La fiesta consistía en
diseñar un muñeco de trapo, al cual se le llama “Carnavalon”, acompañado
de la viuda, que por lo general era un hombre disfrazado de mujer. Durante
esta fiesta, se va visitando de familia en familia, jugando con harina y
agua, después, por la noche solamente se bailaba y cantaba. Aunque se
sabe que esta fiesta de carnaval no era algo netamente original de los
afrodescendientes, existía una característica que lo diferenciaba con las
otra celebraciones de carnaval de grupos indígenas, esta diferencia era el
baile propio que se llama “TUMBA CARNAVAL” que consistía en ir al son
de un bombo, un redoble , una quijada y una guitarra, bailando en una
ronda compuesta por hombres y mujeres, en la cual el hombre va bailando
detrás de la mujer coqueteándola, como tratando de conquistarla o
seducirla, mientras que la mujer se hacia la difícil, haciéndoles muchas
veces desprecios, bailando y cantando unos versos, algo así como suerte
de payas o décimas, en la cual una persona cantaba dicho verso, y los
bailarines mas los músicos, al terminar la estrofa, repetían algo así como
canto responsorial, al finalizar, uno de ellos exclamaba fuerte como una
forma de aviso; ¡“Tumba Carnavaaaal”!, donde ese grito, era un llamado
para que la mujer tumbara con sus caderas al hombre, como en señal de
que la dejara de molestar con sus seducciones. Dentro de los bailarines
que participaban en la comparsa de carnaval, iban distintos personajes
disfrazados (sacerdote, doctor, policía, abogado o escribano, etc.), como
una manera de burlarse de ellos, ya que por lo general, en esos tiempos,
estos personajes eran blancos. También hubieron personajes vestidos de
diablos, que en su gran mayoría se hacían mascaras y se colocaban capas
rojas para ir jugando en la comparsa de carnaval. La otra diferencia que
tenía, era que al lado del carnavalon, iba la viuda, que mencionamos al
principio, acompañada de su comadre, que resultaba ser la amante de
carnavalon, en la que al igual que la viuda, iba llorando consolando a su
comadre durante toda la fiesta, pero esta viuda tenia una particularidad,
puesto que el personaje disfrazado era un hombre. Este hombre siempre
resultaba ser el más alegre y dicharachero.


Algunos de los versos que se cantaban antiguamente eran por ejemplo:


Por el alto el cerro
Baja don Pascual
Con la soga al cuello
Queriéndose ahorcar (bis)


¡Tuuumbaaa Carnaval......!

Cantemos bailemos
Sobre esta granada
Hasta que reviente
Agua colorada(bis)


¡Tuuumbaaa Carnaval....!

Estos carnavales
Quien lo inventaría
Un negro borracho
Como yo seria (bis)


¡Tuuumbaaa Carnaval...!

Marido, marido
Sácalo a mear
Que animal tan feo
Vuélvelo a guardar


¡Tuuumbaaa Carnaval...!


En este último verso podemos analizar
que no solamente era el hombre que
cantaba, sino también la mujer. Por otro
lado, es importante aclarar que el
nombre de esta danza, según lo que nos
cuentan mas de treintas abuelos y
abuelas afro, es “Tumba” y no tumbe
como en sus inicios se difundió cuando
se organizaron los afrodescendientes en
Arica. Incluso. algunos abuelos hablan
de un concepto mas completo como es

“La Ronda del Tumba Carnaval”.

La fiesta de carnaval se iniciaba el primer sábado de carnaval, día cuando
salían a buscar a carnavalon que estaba enterrado en algún sector de la
parcela, en la falda de un cerro o en la rivera del río. Estas fiestas de
carnaval tenían una relación muy directa con la tierra y la cosecha, ya que
el sentido de festejar la fiesta de carnaval en Azapa, particularmente era


para la abundancia del agua, para una buena cosecha, puesto que Azapa
durante toda su historia, han existido ciclos de sequías. Es justo en esas
fechas cuando baja el río San José, en lo que llamamos invierno
altiplánico, por lo tanto, las fiestas de carnaval podrían ser mucho más
alegres, si es que en esa fecha bajaba el río. Dentro de esta tradición
existía un pensamiento, producto de las experiencias de vida del mismo
valle, que consistía en que la ultima esperanza que los pobladores del
valle de Azapa tenían, para que el río San José bajara su cauce, era hasta
el día 19 de marzo, fecha que se celebra en el calendario católico el
onomástico del mismo San José, en donde podemos ahí también darnos
cuenta sobre la influencia del catolicismo en esta comunidad. Relatan los
abuelos que en Azapa Grande, hoy el pueblo de San Miguel, los
pobladores sacaban en procesión a la imagen de San José, hasta llegar a
la rivera de río del mismo nombre.

Una de las particularidades y algo jocosas, era cuando se ponían a jugar
con agua, harina y tizne sacado del hollín de las ollas, para luego echarse
en la cara quedando mas negros. Cuentan también que luego de eso,
pescaban las sandias que se producían durante esas fechas y se las
refregaban en toda la cara, dejando una mezcla negra en el rostro de hollín
y jugo de sandias. También podemos agregar que cuando bajaba el río,
los hombres pescaban a las mujeres y las arrojaban con ropa y todo a las
acequias que pasaba frente a sus casas en las parcelas.


La fiesta de carnaval se realizaba por sector o
familias, en la cual ellos se visitaban llevando
su carnavalon jugando, bailando y cantando.
A carnavalon se le sacaba a recorrer la
parcela y sus alrededores, arriba de un burro y
al llegar de visita a las familias o comunidades
vecinas, lo subían al hombro para que baile y
en un cierto momento, a enfrentarse con el
otro carnavalon de la familia vecina que los
recibía.

El ultimo día de carnaval se iba a un lugar de la parcela y se enterraba a
carnavalon con botellas de vino pintatani, para sacarlo y tomárselo el
próximo año junto con carnavalon. Así mismo, el escribano aprovechaba
de leer el testamento que carnavalon dejaba, el cual por lo general, eran
herencias en doble sentido y burlescas. Por ultimo, el escribano


comentaba lo que carnavalon había visto en todos los días que duraba la
fiesta de carnaval, en la cual nadie se escapaba de algún chisme o pillada
que se le hacía. Por lo general, en esas fechas nacían muchos romances
entre mujeres y hombres.

En el valle de Lluta:

Prácticamente la tradición era igual que la del valle de Azapa, a excepción
de la relación entre el río San José y la bajada del mismo río. Un verso que
relacionaba entre estos dos valle decía algo así;

Carnaval de azapa

Carnaval de Lluta

¿…………………?

Jijunas gran Putaaaaaa (bis)

¡Tuuumbaaa Carnaval...!

Carnaval en la zona urbana de Arica:

En Arica, específicamente en los sectores de la Chimba, Lumbanga y sus
alrededores, las fiestas de carnaval eran muy parecidas en todas sus
formas y expresiones tanto como; personajes, cantos, ronda carnaval, etc.

Según cuentan los abuelos solían jugar con agua y hacer un muñeco
carnavalon, que lo sacaban en burro a pasear por el sector, reuniéndose
en la calle General Lagos, para luego ir bajando por la calle 21 de mayo,
tocando bombos y quijadas, bailando y jugando carnaval con agua y harina
hasta llegar a la plaza Colon. Los personajes también eran en su mayoría
los mismos que en los valles.


Fiesta Familiar…. Danza del Chavarí:

Otra danza propia de esta zona, que se bailaba en fecha de carnaval y
otras festividades más familiares, era el CHAVARI, que consistía en donde
un hombre empezaba a zapatear, al ritmo de la percusión, con el objetivo
de provocar a otra persona, que también era hombre, como una forma de
mostrarse o lucirse ante las mujeres.

Cuenta Miguel Quintana que aquellos personajes, por lo general lo hacían
cuando la fiesta estaba en su máximo esplendor de jolgorio y alegría,
puesto que muchas veces estos hombres, antes de bailar, habían tomado
bastante guarapo que los hacia dar mas valentía y personalidad para
atreverse a bailar. Luego, se tiraban al suelo y empezaban a golpear con
las palmas, llevando el mismo ritmo del sonido de la percusión y el
zapateo. Otro movimiento que realizaban las dos personas que bailaban
en el suelo, eran distintas imitaciones de algunos animales como por
ejemplo; un león, perro, culebra, etc. Según cuentan los más antiguos, que
para tirarse a bailar al suelo, había que tener valor y personalidad, es por
eso que siempre se bailaba el Chavari cuando habían bebido bastante
Guarapo (trago extraído de la caña de azúcar), para así llegar a un estado
de trance. Esta danza era acompañada de algún cajón, quijada y guitarra o
en otras oportunidades, se improvisaba utilizando cualquier instrumento
que haga percusión como los cajones de aceitunas, el barril, una olla,
cucharas, platos etc.

Si dirigimos nuestras miradas en algo mas ancestral, hacia el mismo
continente africano, nos podemos dar cuenta que esta Danza tiene todas
las características de los bailes que practican distintas Tribus Africanas, en
donde tirarse al suelo, representa distintos significados para cada tribu, ya
sea de fortaleza al transformarse en algún animal, sexualidad,
agradecimiento a la tierra o domino de territorio. Es por eso que si bien
nuestros bisabuelos no necesariamente eran conscientes sobre lo que
hacían, comprendían que esto era una manifestación familiar que se
heredaba.


Cruz de Mayo.

En el mes de mayo se celebraba y se siguen celebrando, las fiestas de las
cruces. Consiste en colocar una cruz de madera en lo alto de un cerro,
mirando hacia la parcela, para que la proteja y bendiga durante el año,
especialmente en la cosecha. La cruz es bajada al hogar a principios del
mes, para ser bendecida, ahí se le prepara un altar con una mesa y un
mantel blanco, junto a sus pies, se les adorna con diversas frutas y
verduras, que la misma parcela produce durante el año, tales como; caña
de azúcar, aceituna, pacay, ciruela, camote, etc. Luego, durante los días
que la cruz está en el hogar, se le canta y venera a la cruz, invitándose a
toda la comunidad a participar en esta fiesta durante diez días, en algunos
de los casos, antes de volver a subir la cruz. En esas noches, las familias
reciben a las visitas con chocolate y dulces para compartir.

Ya luego al décimo día, se sube la cruz al cerro por la noche y se le adorna
a los pies del arco, donde se instala la cruz con iluminarías hechas en
bolsas de papel de diversos colores, llegándose a formar una cruz, que al
prender las velas, es un espectáculo visual maravilloso que dura casi toda
la noche. Es importante aclarar, que según lo que dice la iglesia católica, la
cruz se baja el primer día de mayo y se debería subir al décimo día, ahí se
habla de la “novena”, pero la mayoría no lo hace, producto de que las
familias del valle se coordinan en las fechas, para que los otros vecinos
también puedan participar en esta fiesta. El día cuando se sube la cruz,
antes de llevarla al cerro, el dueño de casa invita a toda su familia, amigos,
vecinos y comunidad en general, para cenar lo que la familia prepara para
ese día especial, como el picante de mondongo, chancho adobado o un
chivato asado. No tiene que quedar ninguna persona sin haber comido,
puesto que esta es una forma de agradecer por la cosecha que pasó y por
la que vendrá.

Ya arriba en el cerro, las personas le cantan a la cruz y a su vez, se
comparte con distintos tragos fuertes, para bajar un poco el frío, cuentan
los abuelos que antiguamente se les daba a los invitados el ya conocido
guarapo, aguardiente o caliente y el pintatani. Cuentan igual que
antiguamente se le cantaba con bombos y zampoñas, cuando subían al
cerro a dejar la cruz. También en algunas familias las compañías de
Morenos le bailaban a la cruz.

Luego de haber dejado a la cruz en el cerro, y de haber festejado,
compartiendo unos tragos, se bajaba a la fiesta en la cual, el primer baile


que se tocaba y bailaba es la llamada cueca, como los antiguos le dicen,
pero que si escuchamos el sonido y el ritmo, nos podemos dar cuenta que
es una Marinera o bien llamada Zamacueca. Hoy en día, son pocas las
familias que mantienen esta tradición. Después de ahí viene la fiesta,
donde la alegría y los movimientos del cuerpo son parte de aquella
celebración. Al finalizar la fiesta, por la madrugada, siempre un
representante de la familia, pide un momento de silencio para agradecer a
todos por estar aquí y a su vez, con un papel y un lápiz en la mano, les
comunica a todos que para que el próximo año siga siendo igual o mejor
que este año, debemos comprometernos con la cruz, invitando a los
presentes a que se “pongan” con un aporte. Es ahí donde hombres y
mujeres, ya con sus copas demás, se anotan ante todos los que están en
la fiesta con alguna cooperación, para la celebración del próximo año, ya
sea; un cordero, chivato, trago, papas, o se comprometen con diseñar la
sabana santa que abraza a la cruz de mayo. Es importante mencionar, que
algunas familias, no realizan esta parte de la fiesta, ya que son ellos
mismos los que corren con todos los gastos, pero hoy en día, podemos ver
que la mayoría de las familias realizan este tipo de acción, donde se
demuestra el sentido colectivo y comunitario. Esta tradición define
claramente la diferencia entre otras comunidades étnicas, como puede ser
los indígenas, ya que en esta acción, el aspecto colectivo comunitario es
muy importante con respecto a la integración de la familia y la mantención
de aquella tradición.

En esta festividad se destacaban “los cantores de cruz”, hombres afro que
recorrían el valle cantándole a la cruz de Mayo, en el cual, la gran mayoría
de las familias tenían sus propios cantores en esos tiempos. Algunos
cantores destacados en esas épocas podríamos mencionar algunos como;
Manuel Siles, Agapito Estoraica, Manuel Corvacho, Pablo Palza , etc. Hoy
en día son pocos los herederos de este importante personaje. Estos
personajes son importantes en la festividad, hoy en día, lamentablemente
cada vez son pocos los cantores de cruz. Al subir la cruz al cerro, los
cantores le cantan con el saludo y al bajar, son ellos los primeros que van
bajando cantando los cantos de despedida y que tiene una particularidad,
que es que al bajar desde el cerro, se baja mirando a la cruz, o sea, no
dándole la espalda a la cruz y a su vez se la va cantando.

La cruz de mayo es uno de los sincretismos que existe hoy en día entre las
costumbres ancestrales africanas y las impuestas por la iglesia católica. La
cruz de mayo era y sigue siendo el espacio donde las familias se reúnen,


donde a su vez se le agradece por la buena cosecha y por el bien común
de toda la familia.

A esta fiesta todos pueden
asistir ya que según la
tradición; “A la cruz no se
invita”, sino que el dueño de
casa o la familia, debe tener
preparado mucha comida y
trago para los que desean
asistir, en otras palabras a la
cruz no se le puede negar a
ninguna persona que quiera
participar.

En el caso particular de algunas familias afrodescendientes en Azapa,
como son actualmente las familias Ríos y algunos Baluarte, ellos
esperaban la noche de San Juan para subir la Cruz, que es el 23 de junio

o al sábado siguiente mas cercano a esa fecha.
Si analizamos esta tradición, podemos ver que en algunas familias, esta
tradición traspasaba la fe católica, impuesta por los españoles, ya que en
el caso especifico de mi bisabuelo; Juan Ríos Albarracín, el subía y
festejaba la cruz de mayo con mucha fe hacia esta tradición, pero no creía
en Dios; cuenta mi abuela, Francisca Ríos, hija de Juan Ríos Albarracín,
que para viernes santo, su padre solía matar chanchos y no respetaba ese
día de recogimiento. A esto podemos agregar que mi bisabuelo subía y
celebraba la cruz de mayo para la fiesta de San Juan. Entonces, podemos
reflexionar que la tradición de la cruz de mayo no necesariamente se veía
como una tradición católica, es muy probable que Juan Ríos veía esta
tradición como algo mas ancestral que a lo mejor, no venia
necesariamente de esta tierra.

A continuación presento algunos fragmentos de los versos que se le canta
a la cruz de mayo, por medio de sus cantores de cruz, y que hasta hoy las
familias afrodescendientes han tratado de mantener esta tradición sin
alterar ninguna otra practica, sino que la mas original y fidedigna posible,
puesto que muchas de las familias reconocen que siempre están en riesgo


de que personas externas quieran incorporar otros elementos que no son


propios de esta tradición.

VERSOS DE SALUDO

Buenas noches cruz divina
Buenas noches cruz del cielo
Hoy te vengo a saludarte
Con mi más profundo anhelo


Coro

Alabado sea el santísimo
Sacramento de lealtad
Y la virgen concedida
Sin pecado original


Esta doy por despedida
la que dió Cristo en Belén
Distinguiendo a tres personas
Jesús, María y José.


VERSOS DE DESPEDIDA

(cuando bajan Del cerro)

Adiós santíssima cruz,
adiós madre mia adiós
Yo me voy con la esperanza
de volver sino me muero.


Coro
Gracias a Dios, gracias a Dios
Y a la madre de Dios y a la madre de Dios


Esta doy por despedida
la que dió Cristo en Belén
Distinguiendo a tres personas
Jesús, María y José.



Fiesta de San Juan.

En el mes de junio se realizaba la fiesta de San Juan, en las cuales varias
familias celebraban esta festividad. Es importante destacar que en la gran
mayoría de las familias afrodescendientes, existían personas con este
nombre, sobre todos los hijos mayores de la familia.

Un día antes, al atardecer las familias esperaban la media noche con
fogatas y cantos. Algunas esperaban esa fecha para subir la cruz de Mayo
por que el dueño de casa se llamaba Juan, es el caso de la familia Ríos
Sánchez del Km. seis, quien tenía como jefe de hogar a Juan Ríos
Albarracín.

La Raima.

Según cuentan los documentos historicos, que se han encontrado sobre
algunas haciendas de Azapa, la cosecha de aceituna a principio del siglo
XVII hasta mediados del XVIII, su nombre era simplemente “cosecha”,
donde la forma de cosechar la aceituna era a golpes y azotes en el tronco
para que caiga su fruto, a la que denominamos aceituna. Esta técnica era
simplemente de esa forma, ya que el fruto que se extraía del árbol era con
el propósito de enviarlos a las molineras para extraer su aceite, lo que no
era tan perjudicioso al caer y golpearse en el suelo.

Luego, a medida que pasaba el tiempo, fue apareciendo el olivo
comestible, ahí se hacía necesario cosechar con una escalera junto con
una “comba”, como se le domina hasta hoy al canasto donde se echa la
aceituna. Si miramos en zonas del sur del Perú donde se produce el olivo,
podemos darnos cuenta que se le llama canasto o canastillo, de la misma
forma que se le denomina en la zona del Huasco, en la tercera región de
nuestro país. Los términos “mb”, por lo general provienen de idiomas
africanos, que son de la región del antiguo reino Kongo como es el
Limbundu. Por lo tanto, podemos pensar que la palabra “comba”, puede
ser un término africano, que tiene relación con el canasto o recipiente
donde se hecha la aceituna o el algodón. Hoy en día, la comba ha
cambiado su estructura material y de forma, hoy está hecha de lata de
aluminio en forma cuadrada.


En este tipo de cosecha, según cuentan nuestros abuelos, hay toda una
tradición hereditaria cultural de los afrodescendientes, que fue formándose
poco a poco, a medida que pasaban los años. En esta actividad no
solamente se cosechaba, sino que también se vivían momentos de
alegrías, anécdotas, leyendas, etc. Desde tomar la escalera por la
mañana, equilibrándolas con sus brazos para trasladarla de un árbol a otro
árbol, ha tomar los cajones o bandejas vacías para ser llenadas y
cargarlas por las tardes hacia las bodegas de aceitunas, pasando durante
el día por un sin fin de momentos alegres, de conversaciones, burlas,
cantos y juegos.

Una de las tradiciones de La Raima, era la finalización de la cosecha
llamado; “Manteo” que el Amo o el patrón lo realizaba, como en señal de
alegría y agradecimiento, viéndose como una tradición obligatoria que
hasta hoy, los actuales agricultores, que han llegado a trabajar a estas
tierras, han tenido que adoptar y aceptar estas costumbres ancestrales.

El manteo antiguamente se realizaba debajo del último olivo que se
cosechaba. Ahí se colocaba en la poza del olivo una manta, para luego
traer el chivato, el chancho o el cordero asado, junto con la guitarra que
alguno de los raimadores, solían traer para amenizar el fin de cosecha,
acompañado de los mismos cajones, que servían como percusión, y en
algunas ocasiones, acompañados del guarapo, trago extraído del jugo de
la caña de azúcar. .

Fiesta Patronal del Valle de Azapa.

En lo religioso, podemos destacar la fiesta del Patrono del Valle, “San
Miguel”, el era y sigue siendo el protector de este valle, según cuentan los
antiguos, cuando había sequía en Azapa, la comunidad se encomendaba
a San Miguel, realizando procesiones, hasta la ladera del Río San José,
para rogarle que bajara su caudal y terminara con esta sequedad. Esta
festividad se realiza en el mes de septiembre, en tiempos pasados, según
cuentan los mas antiguos, estas fiestas eran muy alegres, servia de
integración entre todos los habitantes, la celebración duraba una semana,
eran días feriados, nadie trabajaba, finalizaba el día 29 de septiembre con
una misa, en la cual se llenaba la Iglesia del pueblo y luego se realizaba
una procesión por las calles, cantándole al Santo Patrono, en ese


momento, por lo general los mismos cantores de Cruz entonaban su
canción.

Paralelo a esta festividad, a las afueras de la iglesia del pueblo, se
instalaban diversas ramadas que ofrecían comidas para todas las
personas que iban a visitar al santo patrono. Con el tiempo esta fiesta fue
creciendo mucho mas, mezclándose, y a su vez confundiéndose, con la
tradición chilena que se quiso imponer como era y es el “18 chico”, como
una estrategia más de chilenizar y a su vez ocultar algunas tradiciones
antiguas de esta zona. Entonces, podemos concluir que lo que hoy día se
celebra en el pueblo de San Miguel, llamado “Ramadas del 18 chico”, es
producto de las ramadas que se hacían en tiempos de la festividad del
santo patrono de San Miguel.

Una de las familias mas devotas y encargadas desde mucho tiempo de la
fiesta de San Miguel, era y siguen siendo los Baluarte, familia que
geográfica e históricamente han estado ubicadas en el sector de Azapa
Grande, actual pueblo de San Miguel. Cuentan los más antiguos de esta
familia, que San Miguelito antiguamente tenía; sus alas, espada, balanza y
corona, todas ellas de plata, pero que durante y después de la
chilenización, se fueron perdiendo poco a poco.

San Miguelito ha sido uno de los personajes más importantes en la fe de
las vidas familiares de los afrodescendientes del valle de Azapa, junto con
la virgen de las Peñas y San Martín de Porres. Cuenta Domingo Baluarte,
personaje de mas de setenta años de edad y actual alférez o encargado
de la Parroquia de San Miguel, y en especial del santo patrono, que en el
tiempo cuando se inicia la época del terror, llamada chilenización, su
familia excavó un hoyo grande para ocultar a la imagen del santo patrono y
luego arrancaron ellos al Perú, producto que sus vidas estaban en peligro.
A los años después, cuando se calma toda esta persecución de familias
afrodescendientes y que en ese entonces eran peruanas, vuelven al valle y
desentierran a San Miguelito, para volverlo a colocar en la Iglesia del
pueblo. Los años exactos no lo explica don Domingo, pero podemos
calcular que fue entre los años 1900 a 1930.


Al volver la calma en el valle de
Azapa, se vuelve a instalar la
imagen del santo patrono, con
todos sus accesorios tales como;
la espada, la corona, la balanza y
sus alas. Lamentablemente, en
esos tiempos la Iglesia católica fue
intervenida por la Iglesia cástrense
en la cual, las familias del lugar no
tu vieron mucha participación,
llegándose a perder, o mas bien,
ultrajar todos aquellos accesorios
de plata.

Gallos de pelea.

Otra tradición importante que es muy representativa en el valle de Azapa y
en el resto de las América de la comunidad negra o afro, son las peleas de
Gallo, donde este animal es parte de la ancestralidad y espiritualidad
africana, dentro de las comunidades o tribus, aunque debemos especificar
que las “peleas” de gallos tiene su origen en Asia. Aquí en América, el
europeo colonialista, aprovechó la oportunidad de ocupar a los esclavos,
para que utilicen a los gallos ha practicar este tipo de costumbre, poco a
poco empiezan en apropiarse de este, como un deporte de apuestas y
comercio donde el africano esclavo y luego sus descendientes, empiezan
a encargarse de criar y entrenar a los gallos.

En Azapa, las familias
afrodescendientes son parte de
esta herencia ancestral, cada
familia tenía y tiene actualmente,
algún hombre que se
especializaba en la crianza y
preparación de gallos de peleas.
Cada familia tenía su propio
coliseo de gallos, donde llegaban
“galleros”, como se les llamaba y
siguen llamando, de todo el valle y



otros de las zonas de Tacna y sus


alrededores.

Cuentan los mas antiguos, que eran unas verdaderas fiestas, que si bien,
se competía y se compite hasta hoy por dinero a través de las apuestas,
los preparadores y criadores de gallos afrodescendientes, veían esta
práctica como el prestigio de su clan familiar, que marcaba ciertos
territorios en el valle. En conclusión, las peleas de gallos antiguamente
tenían un componente ancestral hereditario, pero que lamentablemente
hoy se ha ido perdiendo y que también cuesta mucho entenderse por el
resto de la sociedad.

Virgen de las Peñas

Uno de los fervores cristianos más antiguos que tenían y que actualmente
sus descendientes la han continuado, es la devoción a la Virgen de Las
Peñas o también conocida como “La Chinita”, en donde la gran mayoría
de las familias morenas o afrodescendientes de Arica, participaban.

Según cuenta la historia local, la imagen de la virgen fue encontrada en la
peña de un gran roquerío a orillas del río por unos pastores del sector
llamado Livilcar, el cual al descubrirla, bajaron hacia la comunidad más
cercana para avisar sobre dicha aparición. Esta comunidad mas cercana
era el valle de Azapa, que en esos tiempos más del 90% de la población
era negra y por ende, podemos definir que los primeros y más antiguos
peregrinos y devotos de la virgen de las peñas fueron y son los y las
afrodescendientes.



Hermanas Francisca y Alejandrina Ríos Sánchez junto
a la imagen de la Virgen de Las Peñas


De esa reflexión podemos fundamentar, a través de los bailes religiosos o
cofradías, que las compañías de danzas mas antiguas de esta fiesta son;
las de los “Morenos” o “Baile Pituco”. Esta danza es muy elegante que
va al ritmo de unos tambores y matracas, en la cual van creando un
sonido, parecido al de arrastrar las cadenas en tiempos de esclavitud,
junto a ellos, iba bailando un personaje vestido de Diablo, el cual tenia
como rol, poder tentar a los fieles bailarines que saludaban a la virgen y a
su vez, poder ordenar la fila del baile, claro que no entraba al templo, y si
lo hacía, se tenia que sacar la máscara para saludar a la Virgen. Cuentan
los más antiguos devotos, que este diablo pasaba bailando por el pueblo,
con su trinche robando las sopaipillas o picarones que se vendían. Hoy en
día este personaje antiguo del baile de Los Morenos ha desaparecido, por
la orden de un sacerdote hace algunas décadas, que prohibió la presencia
del Diablo en Las Peñas. El baile de Morenos es también propio de esta
cultura negra de la zona, donde podemos destacar hoy en día distintas
compañías antiguas de morenos que fueron impulsadas y a su vez,
representaba a sus familias como son ; Compañía de Moremos Hijos de
Azapa antiguamente llamada compañía Andrés Baluarte, Los Marconi,
Sacramento, entre otras. También podemos demostrar la antigüedad de
los primeros devotos, a través de las compañías de baile, puesto que
desde la primera a octava compañía mas antigua, son danzas de morenos.


Esta tradición es una demostración
de la espiritualidad unido al
catolicismo que nuestros
ancestros, que llegaron a esta
tierra, tomaron como parte de una
forma de vida y creencias locales y
ancestrales.


Personaje del Diablo junto a Marcos Butron Gallardo.

Algunos de sus cantos por ejemplo son:

Entonando el cantar
Y la armonía de mí danzar
El valle me acuno como Moreno
Soy bailarín.


Y así mis ancestros
Por largo tiempo vieron venir
Leyenda y tradición;
Como moreno y bailarín.


Partí de Azapa el peregrinar
Del paradero cruce Ausipar;
Por largos años con los abuelos
Hoy vengo solo, hoy Moreno soy...


Libro de cantos Morenos Hijos de Azapa.


Antiguamente, la danza de Morenos lo
bailaban puros hombres, su vestimenta
era de color azul marino y en algunos
casos de pantalón blanco,
específicamente cuando bailaba “El Pisa
Pisa”. El tipo de coreografía de este
baile anexo, consistía en representar y
expresar la cosecha de la uva, las
distintas acciones que se realizaba en el
momento de la cosecha, como era; el
moler la uva con sus propios pies y que
conjuntamente iban cantando versos
alusivos al vino.

Isaac Baluarte junto a sus hijos hace 40 años atrás.

Recordemos que antiguamente en el siglo XVII se producía vino en el valle
de Azapa, al igual que en el valle de Codpa, que por lo general, eran los
esclavos que pisaban la uva en tiempos de cosecha.


Algunos de los versos que se cantaban en este baile eran;

Pisen Pisen compañeros
Todos llenos de alegría
Sacaremos rico vino
De la viña de Maria


Tiendan tiendan sus pañuelos
Tiendan todos por igual
Que ya estamos muy borrachos
Y no podemos pisar.


Cristo o Señor de Locumba

Otra devoción religiosa, que antiguamente
practicaban y que hoy en día se ha ido poco a
poco desapareciendo, es el fervor al “Señor
de Locumba”, en el pueblo del mismo nombre
del valle de Sama a treinta Km. de la ciudad
de Tacna-Perú. Esta devoción al cristo, es
muy parecida a la que tienen los
afrodescendientes de Lima-Perú por “El Señor
de Los Milagros”. Solo basta con entrar a
cualquier hogar de familias afrodescendientes
y nos daremos cuenta que en algún lugar de
la casa, está la imagen del “Cristo de
Locumba”, pegada en la pared o en una
mesita preparada como altar, junto a otras
imágenes como; la virgen de la peñas, san
Martín de Porres, etc.

En esta fiesta también le bailaban Los Morenos de Arica y Tacna, ya que
no solamente existían y existen compañías de Morenos en Arica, sino que
también en Tacna también, específicamente en el valle de Sama y que si
nos fijamos, son las mismas familias de Azapa que por consecuencia de la
chilenización, tuvieron que arrancar a la zona peruana.



SAN JOSE Y EL RIO.


En la Iglesia de San Miguel, todavía podemos apreciar la imagen de San
José Obrero, nombre que lleva el mismo río que baja por el valle desde la
cordillera, hasta la costa, en donde durante casi todo el año, desde el
kilómetro cuarenta aproximadamente, permanece seco, siendo solamente
su crecida y bajada para el resto del valle, en los meses de verano, en el
llamado invierno altiplánico.

Este santo, según cuentan los abuelos, era para pedirle que pueda llover
al interior en la precordillera, para que así, pueda bajar el río san José,
pudiendo llenar las napas subterráneas del valle, puesto que la agricultura
de Azapa depende mucho de los pozos o norias y vertientes que existían
antes.

Azapa siempre se ha caracterizado por sus ciclos de sequías, que he
tenido durante su historia agrícola, no es casualidad ni tampoco solamente
estrategia comercial, el sustituto de diversos productos agrícolas a lo largo
del tiempo como fueron; la vid, la caña de azúcar, el algodón y otros. Las
sequías que han azotado el valle han sido una de las consecuencias de
que hoy en día no se producen aquellos productos.

Es por esta razón, que pedirles a los santos como; San Miguel, La Virgen
de Las peñas y especialmente a San José, era muy importante y una de
las instancias de la fe cristiana más representativa. Cuentan los abuelos
que antiguamente todos los 19 de marzo, día del onomástico de aquel
santo, solían realizar una misa y se sacaban a la imagen de San José en
procesión y cantos por el pueblo de San Miguel, antiguamente llamado
Azapa Grande. Pero cuando había años de sequías y el río no bajaba, la
procesión era hasta el mismo río que estaba distante casi un kilómetro de
la iglesia, con el objetivo de rogarle con más fe para que bajara el caudal
del San José.


San Martín de Porres.

Fue el primer santo negro de América y
es el patrón universal de la paz. Ejerció
el oficio de barbero, destacando su
abnegación por los más necesitados y
en su amor a los animales. Aunque
frecuentaba a la población negra, nunca
planteó reivindicaciones sociales ni
políticas; se dedicó únicamente a
practicar la caridad, que hizo extensiva a
otros grupos étnicos. Según los
documentos y algunos relatos orales en
el Perú, se dice que San Martín de
Porres, tenía un don ancestral
hereditario, ya que las distintas
curaciones naturales que realizaba en
las comunidades, eran en contra a las
prácticas y pensamientos de la Iglesia
en ese entonces.

Aquí en esta zona, para las familias afrodescendientes, San Martín es uno
más de las devociones que se tenía, de la misma forma que a la virgen de
las Peñas, San Miguel, San José y el Señor de Locumba.

Muchos abuelos y abuelas afrodescendientes siguen creyendo y lo tienen
hasta hoy en sus altares familiares, dentro de sus hogares, alguna foto o
imagen pequeña de aquel santo afro. Por lo general, en los altares donde
tienen la virgen de las Peñas, está la imagen de San Martín.

En el caso de la familia Baluarte, los hermanos Isaac y Domingo Baluarte,
tienen dentro de su parcela una gruta de San Martín. Cuentan los abuelos
que esta creencia fue heredada por sus padres, lamentablemente, el
proceso de chilenización no solamente fue dirigida, desde los organismos
gubernamentales; la iglesia castrense también fue clave en el proceso de
chilenizar en la cual, este santo peruano, podría ser una imagen que
mantendría algún sentimiento patriota de los ciudadanos ariqueños,
especialmente los de las misma etnia de San Martín. Lo interesante es que
hasta hoy la imagen de San Martín de Porres, todavía se mantiene en la


parroquia de San Miguel de Azapa y en los corazones de muchos
afrodescendientes.

EN EL VALLE DE LLUTA

Como ya mencionamos, antiguamente, en este valle, específicamente el
pueblo de Molino, fue lugar de comercio de esclavos principalmente.
También tuvo la misma actividad que se realizaba en el valle de Azapa,
cosechándose; algodón, caña de azúcar, hortalizas y ganado, a excepción
del olivo.

El comercio de negros siempre estuvo favorecido por leyes de
excepciones tributarias, facilitando así el tráfico permanente de negrostraídos del África. Los criaderos de esclavos en este valle adquirieron un
especial desarrollo económico para los dueños de los criaderos. Algunos
de aquellos comerciantes fueron; el Maestre de Campo don Francisco
Yánez, el Alférez don Ambrosio Sánchez, el Gobernador don Pedro
Sabarburu y don Luís Carrasco, como nos cuenta el escritor Wormald Cruz
y la historiadora Viviana Briones.

La población afro en este valle, en el año 1871, fue de 400 habitantes
aproximadamente de un total de 1230.

Los que habitaban este valle, tenían mucho contacto con el valle de Sama
en Tacna, es así que muchos de los que habitaban, transitaban
frecuentemente el valle vecino, en busca de trabajo o también de refugio
por algún tiempo, especialmente en el periodo de 1900 a 1929 época del
plebiscito.

Hoy en la actualidad, la presencia de afrodescendientes en este valle es
muy escasa, solamente se puede apreciar cuando uno va por este
estrecho valle, a la altura del Km. veinte, podemos encontrarnos con la
señora Marina, de la familia de los Jiménez Chamorro y un poco mas
arriba pasando el pueblo de Pocon Chile, nos podemos encontrar con una
familia afrodescendientes del valle de Azapa, como son los Huertas
Corvacho. Las otras familias antiguas han ido vendiendo poco a poco, para
establecerse en la ciudad, por distintos motivos; económicos, distancia,
oportunidades, etc.

Las costumbres y tradiciones que se realizaban en este Valle, eran en su
mayoría las mismas que las del Valle de Azapa; carnaval, cruz de mayo,


san Juan, etc. Agregando, o más bien, diferenciando la fiesta patronal del
pueblo de Pocon Chile que es San Jerónimo.

La iglesia de Pocon Chile es una
de las más antiguas de la región
de tiempos coloniales, en esta
iglesia se han encontrado
documentos de bautizos a
esclavos y esclavas, muestras que
evidencian la cantidad de personas
esclavizadas que ingresaron a este
valle.

EN EL VALLE DE CAMARONES, CODPA.

El valle de Codpa, también tuvo y tiene actualmente una cantidad
considerable de población afrodescendientes, si bien no hemos tenido la
posibilidad de investigar mas profundamente a este valle y pueblo,
podemos darnos cuenta, por medio de los relatos orales de nuestros
abuelos, cuando mencionan a la fiesta de la virgen de las peñas, puesto
que las mulas y burros son llevadas hasta esta quebrada del valle de
Azapa, para cargar las provisiones que se llevaban hacia el pueblo. De
igual forma, cuentan los abuelos que se esperaba con mucha expectación
la aparecida de lo alto de un cerro, a los arrieros que venían desde Codpa,
ya que traían el rico trago “Pintatani”, nombre al vino que hasta hoy se
sigue produciendo en aquel valle.

Otro elemento que podemos familiarizar con la cultura afro, es la relación
que tenían las familias de Azapa con las de Codpa y Camarones como
son el caso de; los Zavala, Ríos, Albarracín, Butron entre otros.

De igual forma, el baile de morenos “Hijos de Codpa”, también refleja la
presencia de los afrodescendientes. Esta cofradía de morenos, le baila a
actualmente a la virgen de las peñas y a su santo patrono San Martín de
Tour. En la misma línea, este baile también danzan el pisa pisa en la
fiesta de las peñas.


Por otro lado, Codpa tiene la tradición de la fiesta de la Vendimia, que es
la cosecha de la uva, donde se realiza el famoso y conocido; “pisa-pisa”,
que consiste; en pisar la uva para extraer el jugo y luego convertirla en el
vino que se le llama Pintatani. En esta acción del pisa-pisa, existe una
frase que se realiza, cuando se recrea durante esta fiesta, donde los
hombres que pisan la uva dicen; ¡walala patrón, walala! que al observar, el
patrón les debe dar algo para la sed. Si analizamos esta palabra, nos
daremos cuenta que no tiene relación con el idioma aymara o quechua,
pero si revisamos las lenguas africanas, podemos darnos cuenta que
walala significa buenos días o como está.

Por otro lado, si nos damos cuenta para las fiestas de carnaval, los
pobladores también cuentan que bailaban el “Tumba Carnaval”, donde
igualmente se pegaban de caderazos tratando de tumbarse el uno al otro.

VALLE DE SAMA

Sama esta ubicado en la provincia de Tacna – Perú, a cuarenta minutos de
la ciudad, es un valle extenso con las mismas características de nuestros
valles de Azapa y LLuta. Su fuente de ingresos es la agricultura de
hortalizas y el ganado.

En este lugar, no solo se nos puede sentir familiar por la apariencia
geográfica a nuestros valles, sino también por las personas que lo
habitan, que en su mayoría son de descendencia afro.

Como mencioné anteriormente, en el periodo del plebiscito, muchas
personas y familias enteras, llegaron a este valle, huyendo de las
persecuciones, amenazas y presiones que sufrían por parte de la policía
chilena, especialmente los que fenotipicamente demostraban sus rasgos
afro, para que se vayan de Arica, tanto de las zonas urbanas como de las
rurales, puesto que consideraban que si se quedaban para las fechas en
donde se realizaría el plebiscito, en el que se decidiría la administración de
Arica y pasar a ser definitivamente territorio chileno, ellos elegirían seguir
siendo peruanos.


Cuando uno llega a Sama, se encuentra con muchas familias
afrodescendientes con los mismos apellidos tales como; Baluarte, Ríos,
Corvacho, Cornejo, Zavala, Siles y otros mas e incluso nombres y
personajes, que aquí podemos encontrar como son; Andrés Corvacho,
Juan Corvacho, Juan Ríos ,etc..

La presencia mas marcada que existe de los afrodescendientes, es
principalmente en un pueblo llamado “LA YARA”, ubicado en la planicie de
un pequeño cerro que nace y divide, en forma paralela, al valle en dos
partes. Según antiguos habitantes, este pueblo fue fundado hace mas de
80 años, por dos familias afro de apellido Zavala y Cornejo, que llegaron
desde Arica arrancando de la policía chilena, en busca de una nueva vida
tranquila, libre de presiones y amenazas. En este pueblo encontraremos
personas mayores de 80 años que tienen una relación directa con Arica,
ya que todos ellos llegaron cuando tenían entre 4 a 8 años de edad (19231929).


Cuando uno conversa con alguno de ellos, es inevitable compararlo con
alguien familiar o conocido que vive en Arica o en los Valles, y a medida
que vas conversando, te vas dando cuenta que tenemos una relación muy
directa, por que cuando le preguntas si sabe algo de Arica, ellos te
responden: “mi abuelo (a) tenia terrenos en el valle de Azapa y los perdió
por que tuvo que arrancar o si no lo iban a matar”. Pero no todos sus
familiares vinieron con ellos, hubo algunos que se quedaron y nunca mas
supieron de ellos, no todos perdieron contacto con sus parientes, existen
algunas familias que siguen teniendo relaciones familiares con aquellos,
como por mencionar; la familia Baluarte, Alfaro, Cornejo, Corvacho y los
Zegarra.

En el pueblo de La Yara, podemos encontrarnos con una abuelita afro
llamada Rebeca Ríos Baluarte, tiene 87 años de edad, entrevistada el año
2003, la menciono por que me impresionó mucho lo que me relató, cuando
ella tenia 7 años de edad aproximadamente y vivía en Azapa. Es increíble
la capacidad de memoria que tiene cuando narra una etapa de su vida que
nunca olvidará y me gustaría transmitírselas:

“Tenia 7 años ,vivíamos en el sector de Azapa grande (actual terrenos de
la familia Baluarte) , me acuerdo que estábamos a punto de irnos de
Azapa hacia Sama, puesto que la policía chilena nos había ya advertido
de abandonar Arica, pero justo cuando nos íbamos, venían llegando la
policía a caballo. Me acuerdo que mi madre me dice; ¡escondámonos!, nos


acercamos a un platanal para refugiarnos, por miedo a que la policía
chilena nos hiciera algo malo. Mi madre me dice, ¡reza, reza, reza! para
que no los pillen, rézale a la virgen de las peñas (en ese momento
empieza a salirle lagrimas de nostalgia y tristeza), así es que nos pusimos
a rezar arrodillados en silencio, rézale a la virgen y san miguelito, me
decía mi mamita. Hasta que por fin se fueron y ahí emprendimos nuestro
viaje en burro hacia Sama y desde ese tiempo, nunca mas supe de ningún
familiar, solamente de mi tía que vive en Azapa, Agustina Bravo”.(La
Señora Rebeca falleció en el mes de mayo de 2004, Q.E.P.D).

Las tradiciones de los habitantes del valle de Sama, eran las mismas que
tenían los de Azapa y Lluta, tales como: Fiesta de Carnaval, La Virgen del
Rosario Las Peñas, Cruz de Mayo, Fiesta de San Juan, San Martín de
Porres, las peleas de Gallo y por supuesto, el Señor de Locumba.

Actualmente se celebra la fiesta de la Virgen del Rosario o Virgen de Las
Peñas, específicamente en los pueblos de La Yara, Buenavista y
Miraflores. Esta celebración es una fiel prueba de cómo el habitante
afrodescendiente del valle de Azapa, que arrancó a estos lados en tiempos
de la época plebiscitaria, no solamente vino a estas tierras con lo puesto y
algunas cosas materiales, sino que también se trajo consigo las diversas
costumbres y tradiciones, que en Azapa practicaba, ya que los habitantes
de estos pueblos, celebran dicha festividad, que es propia de la zona de
Arica. Fue en ese instante donde me formulé esta interrogante, del porqué
el nombre de Las Peñas, sabiendo que este nombre solamente lo lleva La
Virgen que está ubicada en una Roca al interior del Valle de Azapa y que
de ahí deriva su nombre (Peña).

Investigando mas a fondo, conversé con personas afro mayores de
ochenta años, en donde me comentaron que las familias que llegaron a
estos lugares, trajeron sus tradiciones y formas de vida, siendo una de
ellas, la devoción a la Virgen de Las Peñas. Según ellos explicaron, sus
familias viajaban todos los años desde Sama hasta Azapa a saludar a la
virgen, junto con su compañía de baile de Morenos. Antes de llegar a Las
Peñas, acostumbraban pasar a saludar al Santo Patrono del Valle de
Azapa, San Miguel, ubicado en el pueblo de Azapa Grande (actual pueblo
que lleva el nombre del mismo santo) y después continuaban su
peregrinación. Pero después de veinticinco años, un alcalde del Distrito del
Valle de Sama, envió a confeccionar una imagen de la Virgen, para que los
habitantes tuvieran su propia Virgen en este Valle y no hagan el viaje hasta
Las Peñas, comprendiendo que en esos tiempos, las relaciones entre


ambos países no estaban del todo sólidas. Es así, que desde hace
cincuenta años aproximadamente, La Virgen de Las Peñas, es La Santa
Patrona del valle de Sama, especialmente de los pueblos de; La Yara,
Buenavista y Miraflores. Como algo particular y familiar, podemos agregar
que estos nombres, son iguales sectores antiguos de algunas parcelas y
sectores del valle de Azapa.

Actualmente, podemos darnos cuenta los días que se celebra esta fiesta
en el valle de Sama, en la cual, llegan muchos fervientes devotos, de esta
virgen y veremos que la gran mayoría, son familias afrodescendientes
antiguas del pueblo, en especial personas mayores de sesenta años, que
siguen su tradición y fidelidad a su Santa Patrona, pero que hoy ya no
viven en el valle, sino en la ciudad de Tacna, producto de su salud, pero
igual así, no olvidan nunca ir a; saludarla, cantarle y venerarla, en las
fechas de su celebración.


ARTE CULINARIO

Debemos comprender que nuestros ancestros africanos y africanas, que
llegaron a estas tierras, tuvieron que reinventar su dieta alimenticia, de
acuerdo a lo que el Amo le imponía, siendo este tipo de dieta, según lo que
el Amo desechaban, o lo que quedaba de las sobras, en donde las
mujeres esclavizadas, mostraron sus habilidades culinarias, reinventando y
experimentando nuevos platos, que se mezclaban con el aporte culinarioancestral traído desde África.

Es importante poder aclarar, que algunas veces, nuestros ancestros eran
conscientes, que ciertas de aquellas “sobras”, que el Amo botaba,
especialmente de los animales, como son; las viseras, el hígado, la guata,
contre, las tripas y grasas, en general, las utilizaban en la tierra ancestral
africana, como parte de su dieta alimenticia, dentro de sus comunidades.

Las comidas han sido parte importante de las diversas costumbres y
tradiciones, de la identidad y cultura afrochilena. En esta expresión,
podemos relacionar muchos platos típicos de esta zona, que se
preparaban y que hoy, han ido desapareciendo o algunos, le han
cambiado de nombre. El arte culinario es una de las manifestaciones en
las cuales los, y especialmente las mujeres afro, han marcado claramente,
aspectos que describen nuestra identidad negra en esta zona.

A continuación, describo algunos platos que se han rescatado por nuestras
abuelas afrodescendientes;

Camote: existían dos tipos de camotes; el morado y el blanco, también se
le llama; “la papa azapeña”, ya que antiguamente era parte fundamental
de la dieta alimenticia de las familias, tanto al desayuno, almuerzo y la
once. Esta papa azapeña, se podía preparar; frita, cocida en agua,
acompañada con un tazón de té con yerbaluisa y un poco de aceituna. De
igual forma, se podía preparar camote guateado, al dejarlo en un hoyo
donde estaba el fogón y con el calor de la tierra, salía el famoso camote
guateado, y por ultimo, esta papa siempre se le agregaba a las comidas
como era; el cebiche, el asado de chivato, etc.


Arroz Moreno: Este plato era hecho con arroz y aceitunas picadas,
acompañada con aceite de oliva, se le decía arroz moreno puesto que el
arroz al granearse junto con la aceituna, alcanzaba un color oscuro.
Mondongo: Plato que se preparaba con la guata del vacuno o cordero,
acompañado con papas, yaita y arroz. En América, los europeos, botaban
todo lo que era las viseras; la guata, el hígado, el contre, etc. ya que lo
encontraban asqueroso. En cambio, los africanos esclavos, recogían gran
parte de este tipo de carnes y las preparaban para sus hijos y a toda la
comunidad. Según la antropóloga africanista, Sheila Walker, el mondongo
ha existido y sigue existiendo en las dietas alimenticias, de muchas
comunidades africanas, siendo la palabra “Dnongo” el nombre original.

Papa a la huancaína: Si bien este plato es reconocido por el arte culinario
peruano y a su vez, comprendiendo que Arica fue parte de la republica
peruana, podemos darnos cuenta, que este plato tiene mucha diferencia
entre el que se hace en el Perú, con el que se prepara en Arica, ya que por
ejemplo; el de Perú, se hace con; ají, queso, aceite, galleta de soda y
leche liquida, transformándose en una crema semi liquida, en cambio la de
esta zona, especialmente en Azapa, se hace preparando un pino que lleva
cebolla, ají o locoto, mas otros condimentos que le dan el sazón y en vez
de echarle galletas de soda, se le hecha maní molido, quedando así, una
pasta semi gruesa. En síntesis, las dos formas se diferencian por medio
del paladar, su preparación, ingredientes y lo visual.

Picante de Gallina: Este plato tiene la base de lo que es el picante de
mondongo, sobre todo en sus aderezos con mucha sazón. Este plato es
acompañado con arroz blanco y con mucho ajo. Hoy en día vemos que el
picante de gallina se desmenuza, pero originalmente, nuestras abuelas los
preparaban en trozos pequeños.

Picarones: Según los abuelos; “no hay
ninguna negra que no haga tan ricos los
picarones”. Los picarones son una masa de
harina con zapallo y salmuera, en la cual se
fríen y luego se le pasa un jugo de chancaca.
También se les llamaban buñuelos.
Una de las técnicas claves para sacar unos
buenos y ricos picarones, está en el momento
de preparar la masa, que tiene que ser batida
con la mano en un tiesto grande, en donde el



golpe sincronizado y rítmico del brazo y la

mano hacia la masa, es clave para que esta

pueda subir de volumen, luego de haberla

dejado reposar por unas horas bajo el sol.
Plátano frito: Este se preparaba con el plátano morado, que hoy en día
se ha ido desapareciendo de estos lugares, este plato era acompañado
con arroz y ensaladas y en otros platos típicos. De igual forma, frito y no
frito, se le preparaba con pan.

Guarapo: trago que se sacaba del jugo de la caña de azúcar y que se
dejaba fermentar 5 a 7 días, hasta obtener su grado de alcohol. Según
cuentan, este proceso lo hacían a escondida del patrón, ya que ellos
desconocían este trago. Para darle un gusto bueno, se le echaba unas
hojas de yerbaluisa y en algunas ocasiones, hoja del árbol llamado
pimiento, que también se le llama “molle”.

Caliente: trago que se tomaba para las fiestas de la cruz de mayo, este
trago estaba hecho con; agua, azúcar, canela, anís, clavo de olor, té y
cocoroco (alcohol hecho de la caña de azúcar), se hace hervir el agua con
la canela, el clavo de olor con el anís y el azúcar, luego se prepara el té
bien cargado, se vacía el té en el agua caliente y se revuelve, luego se le
hecha de a poco el cocoroco. Por lo general se toma a media noche o al
alba.

Los tamales: estaban hechos de maíz molido, acompañado de un pino
(cebolla, aderezos), envuelto con la hoja de plátano, preparados en los
hornos de barro.

Porotos con arroz: actualmente, este plato es uno de los pocos que se
mantienen hasta hoy en esta zona, que consiste en preparar porotos
cocidos solos y sus aderezos, como la lonja de chancho y acompañado
con arroz graneado, claro que hoy en día, producto de la chilenización, a
los porotos se les agregaron los tallarines (conocidos como riendas) y el
tocino o los fideos cabellos. Este plato hoy en día se le reconoce como
parte del norte, pero sus orígenes son de las familias afrodescendientes.
Los fréjoles también han sido parte de la dieta alimenticia de las culturas
africanas. De igual forma, a la lenteja y a los garbanzos, las familias
afrodescendientes les agregan el arroz graneado. Por ultimo, podemos
decir que por las tardes o al día siguiente, si quedaba del almuerzo, las
familias mezclaban el arroz junto con los porotos y los calentaban


revolviéndolos constantemente, a esto podemos decir que de ahí nace otro
plato.

Sango: Este consistía en Moler maíz en un Batan (piedra), para luego
freírlo con manteca de cerdo, mas canela, chancaca, pimienta y clavos de
olor.

La Chanfaina: Plato tipo guiso, compuesto en base de carne o res del
pulmón, hígado y corazón del chivo o el cordero, acompañado con mucho
sazón de ajo, cebolla, apio, zanahoria y condimentos. Para preparar la
chanfaina, se debe dejar sancochar con vinagre y agua para suavizar su
sabor.


El Chancho Adobado: este plato
consistía en poner al fuego una
paila grande, con un poco de
aceite y empezar a sellar las
presas del chancho, agradándole
un sin fin de adobos, dándolo
vuelta cada rato, hasta su
cocimiento completo. Este plato
por lo general se preparaba para
las fiestas de la cruz de mayo.

Es así como, la gastronomía afro ariqueña, de lo dulce y lo salado, de la
fritura a lo guateado, fueron formando la identidad de nuestras comidas,
que hoy en día se siguen manteniendo en nuestras familias. Si bien es
cierto, existen muchas mas que no se han contado aquí en este libro,
como son; el pescado frito guateado, el ají de gallina, el bofe, las humitas
al estilo negro, etc. Se hace necesario poder seguir investigando y
profundizando más de este arte ancestral, que hasta hoy nuestras negras,
siguen transmitiendo a sus descendientes.


CURACIONES NATURALES

Esta práctica también se ha ido perdiendo, ya que se les ha comparado
mucho con la magia negra y que para los afrodescendientes y sus
ancestros, es la respuesta a la mezcla de expresiones, religiosas africanas
que nuestros ante pasado han heredado hasta hoy y que no todos tienen
ese don ancestral.

Pero podemos darnos cuenta, que todavía quedan personas que mantiene
esta tradición ancestral, que tienen su herencia africana bien claras, como
es por ejemplo; la sanación con una gallina de color negro, en donde le
colocan a la persona la gallina arriba de su cabeza y les van rezando. Simiramos al África, fácilmente nos daremos cuenta que esta es una práctica
de varias tribus, de aquel continente.

Otra es la sanación del mal de ojo con el huevo de la gallina, en la cual, le
pasan el huevo por todo el cuerpo, a la persona que esta enferma del mal
de ojo, que por lo general, siempre son bebes o niños. Mientras se esta
pasando el huevo, también se le va rezando, donde según los curanderos,
el huevo va absorbiendo todo lo malo.

Otra curación, también parecida a esta práctica, es la sanación con el
Cuye (animal parecido al conejo), en donde envuelven al animal y se lo
colocan a la persona en el pecho o a también por todo el cuerpo, por lo
general, donde la persona tiene el dolor, mientras le van rezando durante
mas de tres horas, donde finalmente, el curandero abre el cuerpo del
animal, como una especie de operación quirúrgica, donde se busca lo
malo que tenía la persona, donde supuestamente el Cuye lo había
absorbido.

Todas estas practicas de sanación o trabajos y muchas mas, como se les
dice, tienen un nombre general, que se llama; “La Macumba”. Todas
estas practicas eran realizadas por las llamadas brujas o brujos
curanderos que existían en los valles y la misma ciudad.


Plantas o Yerbas Curativas.

De igual forma, para poder sanar enfermedades biológicas, los
afrodescendientes aprendieron y descubrieron una variedad de plantas y
yerbas medicinales en los valles, desde la llegada de los primeros
africanos esclavizados. Es importante valorar las capacidades que
nuestros ancestros tuvieron para investigar y experimentar cada planta,
descubriendo sus beneficios para cada enfermedad, en resumen, nuestros
ancestros fueron unos verdaderos químicos farmacéuticos, en aquellos
tiempos.

Algunas plantas o yerbas, que se reproducen naturalmente en el valle de
Azapa, por mencionar serían;

1. Paico: (chenopodium ambrosioides): sirve para el dolor de
estomago.
2. Matico: (butleya globosa): Para limpiar heridas y para el riñón.
3. Chiriri: Es una yerba que nace en el valle de Azapa y que
reemplazaba al té.
4. Molle (schinus molle): Nivelaba la menstruación de la mujer.
5. Chañal: (Geoffroea decorticans) : El fruto se utilizaba para hacer
guarapo (trago con grado de alcohol).
6. La Hoja de Olivo (olea europea): sirve para la hipertensión, se
utilizaba para nivelar la presión.
7. Greda del Rio: este barro servía para el reumatismo, se comía
cuando estaba seco.
8. Llantén:(plantago sp): Para aliviar y detener el avance de distintos
tipos de cáncer. También servia para el estomago, pero había que sacarle
la hebrita, porque sino acortaba la vista.

9. La hoja de Naranjo (citrus aurantium): para nivelar la presión y para
el corazón.
10. Altamisa: (Artemisa bulgaris) Para hacer lavado de estomago.
11. La cáscara del chololo: para el tratamiento del pelo crespo
motudo. También servia para limpiar la ropa manchada, con la espuma
que se hacia de la cáscara, servia como detergente.
12. Tiquil Tiquil: (Phyla nodiflora) Sirve para sanar las heridas de los
animales, se machaca la hoja.
13. Lechuguilla: (Taraxacum officinale) Sirve para componer la sangre.
14. Cola de Caballo: (Equisetum giganteum) Sirve para los dolores de
Riñón y la próstata.
15. La hoja del Guayabo: servía para la malaria, las picazones de esa
enfermedad, se hervía y se hacia una crema con azufre.
16. La hoja del Nogal: (Juglans regia) Sirve para curarse de las
tercianas o paludismo.
17. La penca de la Tuna: La sábila que salía de la tuna, servia para
peinar el pelo crespo y también servia para aclarar y absorber el agua
chocolate cuando bajaba el río.
A estas plantas y yerbas ancestrales, podemos agregar algunos árboles
frutales típicos, que se producían en Azapa especialmente, y que hoy
están en peligro de extinción, como son; El Pacay, Guayabo, El Chololo,
La Ciruela nortina, que es un fruto pequeño del tamaño de la aceituna, y la
misma caña de azúcar.

Las diversas plantas y yerbas, que aquí en el valle de Azapa existían y que
algunas se han ido perdiendo, son parte de la biodiversidad de nuestra
cultura ancestral. La diversidad del ecosistema, que en el valle de Azapa
existe, ha sido fundamental para la sobrevivencia de nuestros primeros
ancestros, que llegaron a estas tierras, hace más de cuatrocientos años.
En este punto, es importante poner en valor la gran capacidad de
percepción e investigación, que nuestros primeros antepasados tuvieron


que realizar, para poder descubrir las diversas plantas y yerbas, que
existían en esta tierra, sin duda, fueron unos expertos farmacéuticos, al
definir un sinfín de medicamentos biológicos de esta tierra.

LA CHILENIZACION = BLANQUEAMIENTO.


Para poder comprender, el porqué nuestra cultura afro fue poco a poco
perdiéndose u ocultándose, por medio de nuestros bisabuelos(as) y
abuelos (as), debemos retrocedernos unos 120 años aproximadamente,
donde se inicia el genocidio en contra de nuestra cultura, puesto que los
conflictos geopolíticos entre tres países como fue; Bolivia, Chile y Perú, en
la llamada Guerra del Pacifico, por la lucha por ciertos recursos naturales
de gran valor, en esos tiempos como era el salitre, junto al posicionamiento
geopolítico que cada país quería tener, hicieron que los mas perjudicados
en esta guerra, fueran los de las clases sociales mas baja y los grupos
étnicos que residían en esta zona.

Es en esta guerra, los afrodescendientes de toda la actual zona norte de
Chile, que antes de la guerra era la zona sur del Perú, sufren todas las
consecuencias y secuelas, que todo conflicto bélico tiene, como es la
migración forzada, la perdida humana de algún familiar, violaciones,
saqueos en sus propiedades, etc.

El 7 de junio de 1879 fue el Asalto y Toma del Morro de Arica, en la cual,
el ejercito chileno se posesiona de toda la ciudad de Arica y luego Tacna,
siendo ahí, el inicio de nuestro blanqueamiento que duraría mas de 80
años en esta tierra.

Al tomarse la ciudad de Arica, que en esos tiempos, su ultimo censo
arrojaba casi un 57% de población afro, solamente en la zona urbana y un
90% en el valle de Azapa, que luego de varias negociaciones entre ambos
países, decidieron firmar un tratado denominado; “El Tratado de Ancon”,
en el año 1883, un 20 de octubre en la ciudad de Lima, que tenia como
propósito realizar un plebiscito en la ciudad de Arica y Tacna, para que la
misma ciudadanía decidiera bajo que país quería seguir siendo
administrado; por el chileno o volver con el peruano.

Artículo 3° -El territorio de las provincias de Tacna y Arica que limita, por
el Norte, con el río Sama, desde su nacimiento en las cordilleras limítrofes
con Bolivia hasta su desembocadura en el mar, por el Sur, con la
quebrada y el río de Camarones, por el Oriente, con la República de
Bolivia; y por el poniente con el mar Pacífico, continuará poseído por Chile


y sujeto a la legislación y autoridades chilenas durante el término de diez
años, contados desde que se ratifique el presente tratado de paz.

Expirado este plazo, un plebiscito decidirá en votación popular, si el
territorio de las provincias referidas queda definitivamente el dominio
y soberanía de Chile o si continúa siendo parte del territorio peruano.

Aquel de los países a cuyo favor queden anexadas las provincias de
Tacna y Arica, pagará otros diez millones de pesos, moneda chilena de
plata, o soles peruanos de igual ley y peso que aquella. (Tratado de
Ancon).

Este plebiscito se realizaría entre los años 1928 y 1929, en la que
podemos llamar a ese periodo, desde la firma del tratado de Ancon hasta
dicha fecha, al “periodo plebiscitario” el cual se inicia una carrera y lucha
interna entre ambos países, para que los habitantes que residían estas
ciudades, pudieran votar por su país correspondiente, el cual Chile llevaba
una desventaja, puesto que la mayoría de su población eran peruanos.

Es a ese periodo que los habitantes les denominan como; “La Época del
Terror”, debido a las diversas violaciones a los derechos humanos que los
ciudadanos de Arica y Tacna tuvieron que sufrir, puesto que Chile
necesitaba Chilenizar a los habitantes, para así sacar el sentimiento
patriota que tenían de su república de origen, como era la peruana.
Entendiendo que no bastaba la chilenización por medio de los colegios y
ciertos decretos u ordenanzas, era necesario tener una estrategia
disfrazada y dictatorial. Es así como el gobierno de Chile, inicia una
repatriación por parte de chilenos que vivían en otras zonas, hacia estas
ciudades para que pudieran “hacer patria", y a su vez, aumentar la
cantidad de habitantes simpatizantes del gobierno de Chile. Según
cuentan los abuelos, algunas de aquellas personas que fueron repatriadas
hacia esta zona, fueron personas que tenían alguna deuda judicial con el
estado como por ejemplo; desertores por no hacer el servicio militar, por
diversos delitos comunes, deuda al fisco, etc.

Esta estrategia de traer personas, fue una de las mas horrendas y
criminales que se hicieron a ocultas entre cuatro paredes, el cual fue la de
traer a personas chilenas de mal proceder o con ciertas deudas judiciales,
tales como: robo, homicidio, retractores, etc. Traer este tipo de personas
tenia un propósito único, que era el de escarmentar, expulsar, amenazar y
muchas veces matar a los peruanos que se negaban a seguir siendo
administrado por Chile. Así fue el acuerdo entre gobierno y chilenos de mal
proceder, que tenían ciertas deudas y que podían ser absueltas y


liberadas, a cambio de venir a vivir a estos lugares, siendo muchas veces
visto como un destierro, puesto que en esos tiempos estas ciudades tenían
ciertos abandonos. A este tipo de personas se les llamó; “Ligas Patriotas”.

Chilenizar significaba; prohibir todas las manifestaciones que para los
chilenos se veían como manifestaciones peruanas, estas expresiones se
podían ver a través de las formas de vida, costumbres y tradiciones,
estructuras sociales y económicas. Es en este contexto, cuando la policía
chilena, que realmente eran personas civiles, inician una “limpieza de
personas”, buscaban a personas que les pudieran ofrecer datos de
personas ariqueñas que no querían ser chilenos, a estos se les llamaba
“sapos”. Según cuentan los abuelos, a esas personas que no aceptaban
cambiarse de nacionalidad, se les llamaba; “cholo renegado” y a los que
no aceptaban esta opción, solamente los mataban.


Estas brigadas de matones, recorrían la
ciudad y sus valles para amenazar a las
personas y así, se fueran de Arica o
sino, los iban a matar por las noches,
este aviso tenia una señal, donde se les
marcaba con una cruz negra en las
puertas de sus casas, el cual esta señal
era pintada con alquitrán.

Fue así como los pobladores ariqueños, urbanos y rurales, empezaron a
sufrir este terrible persecución, donde aquellos pobladores de las clases
sociales mas bajas, comienzan su éxodo hacia el Perú. La mayoría de
estas personas eran afrodescendientes que no los amarraba nada a esta
tierra, puesto que no tenían ningún bien raíz o algún patrimonio que los
hiciera aferrarse a este lugar, entendiendo que una de los acuerdos
firmados en el tratado de Ancon y posterior complemento. Este ultimo fue
el “TRATADO Y PROTOCOLO COMPLEMENTARIO PARA RESOLVER LA CUESTIÓN DE
TACNA Y ARICA, 3 DE JUNIO, 1929”, en este documento explica lo siguiente;

“Artículo Sétimo: Los Gobiernos del Perú y Chile respetarán los
derechos privados legalmente adquiridos en los territorios que
quedan bajo sus respectivas soberanías, entre los que figura la
concesión otorgada por el Gobierno del Perú a la empresa del Ferrocarril
de Arica a Tacna en mil ochocientos cincuenta y dos, conforme a lo cual
dicho ferrocarril, al término del Contrato, pasará a ser propiedad del Perú.


Sin perjuicio de la soberanía que le corresponde ejercer, Chile constituye
a perpetuidad en la parte que la línea atraviesa su territorio el derecho
más amplio de servidumbre a favor del Perú”.

En este articulo explica; que todo bien raíz o propiedad inscrita bajo
administración peruana, tenia y tiene hasta hoy validez. Tal fue ese
acuerdo que hizo la necesidad de que el gobierno de Chile aplicara ciertas
estrategias que hicieran, que aquellos ciudadanos que eran propietarios
de bienes raíces, no se aferraran a este lugar, ya que se consideraba un
peligro para las pretensiones futuras del estado chileno, en su entendido
que unos tratados no garantizaban plenamente la soberanía de un
territorio.

Es el caso específico de los afrodescendientes que residían en el valle de
Azapa, el cual, la mayoría de aquellos agricultores afrodescendiente, eran
dueños de la gran parte del valle de Azapa, podemos destacar familias
terratenientes de este grupo étnico como; Corvacho, Albarracin, Bravo,
Ciña, Baluarte, Estoraica, Quintana, Cadena, Llerena, Henríquez, entre
otros. Es por esto que cuando se habla de negros, hoy en día
afrodescendientes, siempre lo relacionamos con el valle de Azapa. Estas
familias fueron las que tuvieron que sufrir y soportar los ataques,
amenazas, persecuciones y en algunas veces, violaciones a sus derechos
de tierra. A esto podemos agregar que muchas familias afrodescendientes
definían sus espacios, como parte de su cultura y su territorio, basándose
en prácticas más ancestrales y no necesariamente mediante documentos
de propiedades. Estos documentos no eran determinantes para definir sus
espacios de territorio. Es por esta razón que muchas familias perdieron
sus tierras por no haber regularizado aquellas propiedades, por otro lado,
podemos agregar que no solamente afectaron a los habitantes del valle
de Azapa, sino que a los otros valles también, como fue el de Lluta y
Camarones, mas el sector de la Chimba, que también sufrieron los
despojos y desalojos del sistema que operaba en esos tiempos.

La chilenización ha sido y sigue siendo uno de los episodios mas trágicos
de este ultimo siglo que los afrodescendientes han tenido que soportar,
puesto que se enfrentan a un proceso geopolítico ajeno a ellos y que en la
cual la identidad de nuestros ancestros tuvo que ser oculta y negada por
mucho tiempo.


MUJER AFRO.


Al traer a este continente, a nuestros antepasados, no existió algún tipo
de diferencias entre hombres y mujeres, si bien en su principio fueron
hombres los que se comercializaban, poco a poco fue aumentando la
comercialización de mujeres africanas, el sacrificio y el sufrimiento fue
igual y aún mayor para ellas, existiendo una gran posibilidad de haber
dejado a sus hijos e hijas y no volverlos a ver jamás, y aún más doloroso,
cientos de madres, a las que se arrancaba a sus hijos desde el momento
de su parto, donde tampoco los volvían a ver.

Lamentablemente, la mujer negra o afrodescendiente ha sufrido a lo largo
de la historia, el flagelo de los estereotipos que se les han impuesto y se
han interiorizado. Uno de estos esteriotipos son por ejemplo; la imagen de
la mujer sumisa al hombre, la mujer negra lavandera, cocinera, amante
del amo, niña de placer y otros mas que han sido impuestos por los
grupos dominantes.

Las mujeres africanas que trajeron a las América, fueron las que
conservaron la cultura, las tradiciones, las creencias de sus pueblos de
origen y las trasmitieron a sus descendientes, sin perder nuestros valores
y cultura. Fue así, como la mujer negra fue endureciendo su carácter,
dentro de la familia y a su vez, transmitiendo una fragilidad interna hacia
su gente, como una forma de poder mantener una cultura ancestral que
hasta hoy, si analizamos esta situación, todavía persiste en nuestras
comunidades, siendo la mujer el tronco y la base de sustento de una
familia afrodescendiente.

Con su actitud la mujer facilitó las fugas, el cimarronaje, y la existencia de
palenques que ellas ayudaron o sobrevivir. De igual forma, las mujeres
africanas y sus descendientes, muchas veces cambiaron por favores o
servicios de matrimonios o sexuales, por parte de sus amos, para poder
obtener la libertad de sus hijos.


Una de las muchas matriarcas de las
familias afro por su popularidad y su
carisma que ella tenia, fue Julia
Corvacho Ugarte, muy conocida por
todos como “La Tía Julia”, mujer,
madre, esposa, campesina y
comerciante del valle de Azapa,
representativa de una de las familias
afrodescendiente mas grande de Arica.
Julia Corvacho falleció a los 104 años
aproximadamente.

En Chile, no fue la excepción, muchas mujeres como Margarida de
Almagro, la primera mujer africana que ingresó junto a Diego de Almagro

o la esclava María Antonia, del siglo XVIII en Santiago, que siendo
esclava, logra un nivel musical de algunos instrumentos como por
ejemplo; el piano.
La historia está llena de ejemplos de mujeres que fueron castigadas,
azotadas y ejecutadas por ayudar a los negros prófugos. Lo historia de
nuestros antepasados es no sólo de negros sino también de negras.

Nancy Huanca Baluarte, fue una
de las mujeres afro azapeñas de
esta generación, que fue un
ejemplo de lucha y abnegación por
rescatar, difundir y poner en valor
su identidad como mujer negra
azapeña.
Lamentablemente, Nancy nos dejó
hace un año atrás, producto de su
hipertensión, una de las tantas



enfermedades de propensión
étnica, que aquí en Chile, no se
trata de manera especifica hacia la
población afrodescendiente.

A continuación, quiero mostrar dos ejemplos de lucha social y política, que
mujeres afro de esta ciudad, demostraron para la obtención de su libertad
y las injusticias que sufrían cuando eran mujeres esclavizadas.

RELATOS EXTRAIDOS DE DOCUMENTACIÓN DE ARCHIVO.
ARCHIVO NACIONAL DE CHILE, ARCHIVO JUDICIAL DE ARICA

Toda esta documentación ha sido trabajada por la profesora e
investigadora Viviana Briones V.
Trascripción hecha por Viviana Briones V.


RELATO 1

Archivo Nacional de Chile
Archivo Judicial Arica, Legajo 38, Pieza 2, Año de 1717, Arica.


“…tengo el cuerpo atormentado y temiendo no morirme de
alguna apostema interir por lo continuo que me aporrea culla
esclavitud es mas perjudicial a la vida y con riesgo notorio de
perderla (foja 1v)…que lo sumo que yo mas puedo baler sera de
400 a 500 en que debe Vuestra majestad ampararme como
apersona miserable no permitiendo buelba a sujeción de
caustisberio de manos impias y con el rigor de su castigo yo
muera condspecho y aburrimiento con perdida de mi alma que
tanto costoa nuestro creador…(foja 1v)”

Esta samba esclava, llamada Silberia Collasos pide carta de libertad, la
que es entregada tras reconocer la corona los malos tratos que le daba
su amo, entre los que se encontraba quemaduras en el rostro con “tisones

de candela”


RELATO 2

Archivo Nacional de Chile
Archivo Judicial de Arica, Legajo 7, Pieza 3, Año de 1742, Arica

“…barbara de la Arragoitia sanva libre natural desta ciudad de
Arica […]que auiendo fallecido doña Angela de la Arragoitia de
quien fui esclava fui bendida por bienes en publico remate de
mandato de la Real Justicia en cantidad de quinientos pesos que
por mi dio y pago luego de contado el Governador Don Pedro de
Sabarburu […] el mismo dia de dicho remate Cimeona de la
Arragoitia negra libre mi madre izo oblacion* ante la real justicia
de los mismos quinientos pesasen que fui uendida pidiendo se me
diese la libertad […]los dichos quinientos pesos oblados por la
dicha mi madre quien me puso en casa del sargento mayor Don
Diego Dias Gonzales difunto y diciéndome que dicho difunto le
auia prestado los dichos quinientos pesos para mi libertad y que
sirbiese en dicha caza azta debengar con mi trauajo personal
[…]han corrido mas de quince años en los quales he estado
siruiendo como esclava cautiva…(f. 3r)”

Esta mujer además de haber vuelto a ser esclavizada, se intenta

venderla en varias ocasiones. Un hijo es vendido y llevado a Arequipa

como esclavo, aunque la mujer da testimonio que sus hijos eran libres.

El expediente esta incompleto por lo tanto no sabemos que sucedió con

ella.

*oblación: ofrenda hecha a Dios, sacrificio.

La resistencia permanente, a lo largo de
estos siglos, que ha mantenido a la
mujer negra frente a modelos sociales
discriminadores y marginadores, no
sólo ha permitido la transmisión y
preservación de la cultura, la
espiritualidad, el arte sino que ha
garantizado y fundamentado su rol en

70

las actividades sociales, productivas y


económicas.


HISTORIAS DE VIDA DE NUESTROS
ABUELAS Y ABUELOS


RELATOS ORALES (transcripciones)



Mi nombre es Bernardo Quintana
Ugarte, nací el veinte de agosto
de 1924 en el pueblo de Sama de
Tacna, me inscribieron como
peruano, pero mi familia era de
Arica, mido 1mt 88 cms, mis
padres fueron Casimiro Quintana,
el era Peruano y mi madre
Graciela Ugarte Ugarte, ella si era
chilena, pero igual zamba. Fui
criado junto con mis nueve
hermanos en la ciudad de Arica en
la calle Atahualpa (actual Maipú) a
la altura de Silvio Arraigada, pero
antes viví en Sama y Azapa en el
sector de Pago de Gómez.

Mi padre trabajaba en el valle de Sama para poder mantenerlos, se iba
caminando por la costa con mucho cuidado, para que la policía chilena no
lo pillara. Pero después, cuando todo se calmó, mi padre empezó a
arrendar tierras en Azapa para las siembras, siempre en el sector de Pago
de Gómez. Ahí estudié en la escuela pago de Gómez, hasta 3º de primaria
y después pase a la escuela de Arica, en la escuela Modelo que había en
ese tiempo, pero no estuve mucho tiempo estudiando, ya que teníamos
que bajar a pie, mas de siete kilómetros todos los días y lo otro que salía
muy caro estudiar en aquellos tiempos y como nosotros éramos muchos
hermanos, a mis padres se les hacia muy difícil enviarlos a todos. Otro
inconveniente que tenia para seguir estudiando, fue que los cupos eran
limitados para ingresar a la escuela. Uno de los pocos que siguieron
estudiando de mis hermanos, fue Miguel, pero por que el tenía un burrito,
así es que se le hacia mas fácil poder bajar a estudiar, me acuerdo que
dejaba su burrito amarrado cerca donde actualmente esta el hospital.

Mientras mi padre trabajaba en la tierra, mi madre bajaba en burro, junto
con varias mujeres a vender verduras, recorriendo toda la ciudad. Me
acuerdo que ahí yo las acompañaba a vender a veces, eran vaaarias


neeegras que bajaban en burro desde arriba, como nosotros vivíamos en
pago de Gómez, mas cerca de la ciudad, mi amita esperaba a otras
amigas o familiares que venían bajando en sus burros, era una polvadera
de tierra, acuérdate que en ese tiempo existía puro camino de tierra, y un
griterío de risas y conversaciones que llevaban las mujeres y mi amita
como no era nada de triste, armaba la fiesta. Siempre recuerdo a mi
mamita bien alegre, me acuerdo que en las fiestas familiares, mi mamá se
tomaba unos pencasos de vino y se ponía a bailar, ella sacaba a los
hombres a bailar y sino querían… ella se enojaba, era el alma de la fiesta
mi mami Chela, como le decíamos nosotros.

Yo trabaje en las moliendas de caña de azúcar, en el año 1939 más o
menos, estaba a cargo de las pailas en donde se cocía la miel, hasta
tomar el punto, de ahí salía la chancaca para la azúcar negra. Me acuerdo
que aprovechábamos de hacer melcochas para comer y también
preparábamos el “Guarapo”, que era un trago que se sacaba de lo que
quedaba del jugo de la caña de azúcar y lo dejábamos fermentar, cerca de
ocho días. Me acuerdo que ahí conocí a varios personajes, uno que mas
recuerdo fue Juan Colisa, le pusimos así porque cuando desayunábamos
en la molienda, siempre el traía su pan colisa, después en el almuerzo no
comía como todos nosotros; porotos, tallarines o cazuela, sino que comía
pan colisa con té jajaja, por eso le pusimos Juan Colisa. Antiguamente
habían hartos cañaverales en Azapa, habían como cuatro moliendas, esas
que se les llama Trapiche, eran unas maquinas grande donde se colocaba
la caña para extraer el jugo, pasaba entre medio de dos rodillos de fierro,
mientras unas mulas iban girando el taladro que tenia este trapiche, para ir
presionándolo mientras pasaba la caña. Era peligroso trabajar en eso, sino
erai vivo, te podía pescar las manos el rodillo. También a veces me las
daba de “cateador”, esos que van probando el dulzor del néctar que se
formaba.

También trabaje muchos años en la Pampa, en las oficinas salitreras de
Santa Rosa, Huara y Hamberstone ,fue ahí que conocí a mi señora, ella
era blanca sureña y a pesar de eso, igual tuve puro hijos morenos.
Cuando estuve en la pampa, me destaque mucho como futbolista, la gente
me tenia buena por que era buena persona y hábil para la pelota, por eso
jugué por cinco años en la selección de Nebraska. Yo jugaba de bat
central, siempre venían equipos profesionales a jugar a las oficinas, como
por ejemplo; Magallanes, Everton y La Chile, recuerdo que una vez
jugamos con la Chile, en donde venia una jugador delantero Español
llamado Paseiro, esto fue en la década del cincuenta, no lo dejé pasar en


todo el partido, al terminar el partido, los periodista entrevistaron al
Español y el dijo; “fue imposible pasar al negro”… jajaja, ah , y al final
ganamos 1-0.

Fue en esos tiempos que me apodaron “Culebron”, me pusieron así, por
que tenia un chute muy fuerte, cuando lanzaba tiros libres, la clavaba en el
arco, existe un animal llamado culebron creo, que se destaca por la fuerza
que tiene, por eso todos los que me conocen, mas me ubican por el
“CULEBRON QUINTANA”.

Con mis hermanos tuvimos un grupo musical llamado; “Conjunto
Quintana”. Salíamos a tocar a todas las fiestas de las cruces en Azapa y
Lluta, ramadas y otras fiestas. Generalmente tocábamos mucho en la cruz
de la Tía Julia Corvacho, uuuhh, estas llegaban a durar tres días.
Tocábamos rumba, cha-cha-cha, vals peruanos, festejos y corridos.
También en esta fiesta le tocábamos a la cruz con zampoñas, mientras
bailaban los Morenos, esos que bailan en las peñas.

Estoy orgulloso de ser negro y mis hijos también, antiguamente éramos
puros negros no se que fue pasando, se ha ido blanqueando la raza.
Siempre supe que nosotros veníamos del África, por que mi abuelo nos
hablaba mucho de eso, “ustedes tienen sangre de Kunta Kinte”, nos decía,
de eso siempre me acuerdo.

Soy uno de los fundadores de Lumbanga y después fundamos con los
abuelos el club de adulto mayor Rincón Africano de Lumbanga, ahí fui el
primer presidente. Gracias a Lumbanga, pudimos juntar a todos los negros
de Azapa y de Arica.


Me llamo Gregorio Bravo Dávila,
pero todos me dicen TIMO, nunca
supe por que me pusieron así,
solo se que desde niño me han
dicho así y nadie me conoce por
Gregorio. Nací acá en Arica en
1922, Mis padres eran Eusebio
Juan de Dios Bravo Villalba nacido
en 1875, el era peruano, mi madre
se llamaba Rosa Dávila
Albarracín, nació en 1884 también
era peruana.

Tuve quince hermanos, pero solamente conocí a la mitad, por que los
otros se fueron al Perú en el tiempo del plebiscito y nunca tuve ningún
contacto con ellos, mas aun que yo fui casi el menor de los hijos. Mi padre
fue uno de los sobrevivientes del ultimo maremoto que hubo en Arica,
según nos contaba, el estaba trabajando en el puerto de Arica cuando fue
el maremoto, se salvó porque se agarró de un palo de poste que lo
arrastró hasta la calle Maipú, que es por donde está el centro de la ciudad.

Estudié en la escuela de Pago de Gómez hasta tercero de primaria, este
curso lo hice tres veces por que como no habían mas cursos para
adelante, tuve que repetírmelo tres años, pero no fue por que yo era flojo,
al contrario, lo malo que para seguir estudiando, había que bajar para la
ciudad y mis padres no tenían los medios para enviarme, pero a mi
siempre me gustó estudiar. Hasta hoy pesco libros o diarios y me pongo a
leer, me gusta leer mucho.

Me crié en Azapa, en el sector de Pago de Gómez, siempre viví ahí ,yo era
de valle abajo, así les decían a los que vivían desde el km siete para abajo
y todos los que eran desde la Corvachada (km 8 aprox.), se llamaba valle
arriba, existía una rivalidad entre estos dos sectores, sobre todo cuando
jugaban fútbol, Yo jugaba por Pago de Gómez, en donde ahí jugaban los


Bravo, Zavala, Ríos, Henríquez, Quintana y otros mas, el clásico equipo
rival era Lautaro, eran todos los Corvacho y Llerena , en ese clásico era
como ver a la selección Peruana contra la de Brasil, ¡puros negros!,
siempre nos agarrábamos en la cancha, pero después en el día a día
éramos amigos. También jugué en Arica y Tacna, acá jugué por el Barros
Arana, Radio Estación y Alcantagua, en Tacna, me llevaron a jugar al
Bolognesi, pero cuando era Amateur, ahora es profesional el Bolo, en ese
tiempo tenia 21 años. Mi puesto era de Jac derecho.

Toda mi familia era del valle, mis padres eran agricultores, recuerdo que
mi mamá bajaba a vender en burro con otras mujeres para la ciudad. Mis
padres arrendaban una parcela en el sector de Pago de Gómez, esa
chacra era de una mujer peruana, por lo que me acuerdo, esa mujer se fue
al Perú en el tiempo del plebiscito y no volvió mas, con los años, esta
persona no aparecía, alguien se adueñó de la parcela o lo fue a comprar a
esta señora, hasta el mismo Lima donde vivía. Así es que tuvimos que
irnos de ahí, no se porque mis padres no compraron o regularizaron esas
tierras, lo que pasa es que antiguamente muchos eran analfabetos y había
gente que era mas viva. Yo igual continué trabajando en el valle ya
apatronado; raimando, aporcando, limpiando pozas de olivo, en las
mismas bodegas de aceitunas y también regando los olivos de día y
también de noche; ahí salía con un chonchón o pato, como le dicen esos
que alumbran con candela. Con quien mas trabajé muchos años hasta
jubilarme, fue con Lombardi, ahí lampeaba las sequías, las pozas de olivo
y también raimaba, tomaba la escalera y la comba y me ponía a raimar de
igual a igual que otros que eran muchos mas jóvenes que yo, esto te digo
hasta hace poco cuando dejé de trabajar a los 80 años.

La vida antiguamente era mas bonita que hoy, mucho mas familiares, me
acuerdo que yo iba a pasear al Barrio Lumbanga, solamente a pasear, ahí
vivían varios negros, era como ir hoy al paseo 21 de mayo. En este barrio
se juntaban los azapeños para tomarse alguna copa de vino, por lo
general los sábados. En esos tiempos Lumbanga estaba como afuera del
centro de la ciudad, mas arriba estaba el lazareto, ahí donde hoy hay un
internado para niños, ese era un hospital que atendía a los enfermos que
les daba tercianas. Ahí había como un paradero, donde las mujeres
azapeñas que bajaban en burro, descansaban. Según me cuentan, ahí
también hubo algo así como un control policial o de sanidad, ya que
antiguamente se decía que la malaria venia de los valles. Por lo que
recuerdo a mi cuando joven me dió esa cosa, recuerdo que daba mucho


escalofrío y terciana en todo el cuerpo, de repente se te subía la
temperatura, no recuerdo mucho pero me sané tomando harta yerba.

Tengo algunos parientes que se fueron a Tacna a vivir en el valle de
Sama, antiguamente se transitaba mucho a este valle, por distintas
razones; familiar, por trabajo o para esconderse de la policía chilena que
los perseguía en la época plebiscitaria.

Las fiestas de carnaval eran bien familiares, duraban ocho días se iba
bailando y jugando de casa en casa, tocando bombos y guitarra,
acompañado con una canción de carnaval ¡ hay carnaval que hiciste! , no
me acuerdo mucho, pero también tenían un baile que se pegaban de
cadera con cadera, en donde las mujeres tumbaban al suelo a los
hombres, estas mujeres eran tremendas negras. Como le decían…Tumba,
tumba carnaval…si así le decían, estas morenas les pegaban con su
tambembe. En esta fiesta las familias azapeñas se visitaban con sus
muñecos, que le llamaban Carnavalón, cada uno tenia uno, recuerdo que
lo subían a un burro al muñeco y salían tocando con bombos y guitarra
cantando y jugando carnaval, al llegar donde la otra familia, los dueños de
casa los recibían, se ponían a jugar y a bailar la ronda de carnaval.

Antiguamente casi todas las familias que vivían en Azapa, tenían una
relación que los ligaba familiarmente, si te pones a investigar
profundamente, te darás cuenta que algún Corvacho tiene un pariente con
un Bravo, Albarracín, Zegarra, Quintana, Ríos, Baluarte, etc, yo creo que
casi todos venimos de un solo tronco familiar o tal vez de dos o tres, pero
la mayoría antiguamente éramos familiares entre un sector y otro.

Siempre supe que tenía una descendencia de los esclavos que venían delÁfrica, por que he leído mucho sobre esto y me siento orgulloso de ser
negro. Actualmente estoy casado, mi señora se llama Juana Gómez, es de
madre aymará y taita negro, ella es hija de David Corvacho Ugarte,
Q.E.P.D, su padre no la reconoció legalmente, antiguamente así eran los
hombres, medio dejado. Llevamos más de cincuenta y cinco años de
casado, tenemos 9 hijos y más de 13 nietos, la mayoría de mis hijos son
profesionales, hay uno que es Carabinero. Hoy en día vivo en la ciudad de
Arica, pero nunca me he separado de mi tierra, que es el Valle de Azapa.
Cuando me hicieron jubilar me costó mucho acostumbrarme a no hacer
nada, ya que yo soy un hombre muy activo, ahora lo que hago es salir
todas las mañanas a caminar por la ciudad, todos los días a las 9 o 10 de
la mañana empiezo a caminar hacia la playa, bajo por Gonzalo Cerda o a


veces por Diego Portales, cada ciertos tramos me pongo a descansar y
mirar el paisaje hasta que finalmente llego a la playa y me pongo a mirar el
mar durante mucho rato.


Me llamo Francisca Ríos
Sánchez, pero todos me
conocen como Rosa, si me
preguntas, no se porque no
me inscribieron como Rosa,
creo que en el certificado de
bautizo estoy como Rosa.

Nací el 10 de octubre de 1931, en Azapa, estudié en el colegio de Pago de
Gómez hasta el sexto año, después no pude seguir estudiando mas, por
que tenia que ir a estudiar a la ciudad y mis padres no me dejaban por que
era muy caro, así es que nos dedicábamos en ayudar en la parcela
criando animales, sembrando y en las labores del hogar no má. Esto fue
también para todos mis hermanos. La escuela Pago de Gómez no es la
misma que hoy está en el km 3, sino la que está al lado de mi parcela, hoy
en día ese lugar lo tenia en sus tiempos SENDOS, estos que ven el agua
potable, como yo vivía al ladito, no me costaba nada en llegar, pero igual
llegaba atrasada jajajaja.

Mis padres eran negritos, se llamaban Juan Ríos Albarracín, medía mas
de dos metros, todos lo apodaban como; “Juan Grande”, era bien alto y
delgado y mi madre era Natalia Sánchez Balcarce, también negrita y
Masisa. Mi padre era agricultor acá en Azapa y mi madre comerciante,
todo lo que se cosechaba acá en la parcela, ella bajaba en burrito y lo
vendía en la ciudad, antes todas las comerciantes de Azapa, bajaban en
hileras en dirección a la ciudad, yo la acompañaba a vender, la ayudaba a
tirar los burritos por las calles.

Cuando ocurrió el plebiscito, yo todavía no nacía, pero mi madre nos
contaba; que varios de los hermanos de mi padre se fueron al Perú, por
miedo a que los mataran, mi padre se quedó a cargo de la parcela que


tenían, me acuerdo que mi taita le enviaba dinero de la producción cada
cierto tiempo a sus hermanos al Perú. Hasta que se perdió contacto con
ellos y nunca más supimos de ellos. Ellos tenían harto terreno, mucho más
de lo que hoy día mis padres nos dejaron a nosotros. Hoy día solo son dos
hectáreas o un poco mas, según dicen, la familia de los Ríos tenia aquí, en
el kilómetro seis y mas abajo, por el cuatro también, cerca donde hoy está
el actual colegio de pago de Gómez.

Mis padres también se tuvieron que ocultar en esos tiempos , arrancaron a
Sama, esperaron que se calmara todo esto que estaba pasando en esos
tiempos, en donde la policía chilena ,según me contaba, perseguía mucho
al peruano, obligándolo a irse de acá, marcándoles las puertas con sangre
en forma de cruz, eso significaba que si no se iba, lo matarían. Cuando
todo se calmó, mi Padre vino a tomar posesión de las tierras que le
pertenecía por muchos años, ya mi abuelo era dueño de esas tierras,
abuelos, calcula cuanto tiempo atrás. Pero cuentan mis hermanas, que
mis padres llegaron hasta el Callao, ahí vivieron un tiempo, dicen que mi
taita trabaja de calafatero, en el puerto del Callao, reparando barcos,
incluso sino mas recuerdo lo que me contaban, que una de mis hermanas
nació allá en Lima, a la que le decían “la chola”, yo no nacía todavía.

Las fiestas mas famosas que teníamos, era el cumpleaños de mi Madre,
que es el 20 de febrero, justo para época de carnaval, así es que se
hacían grandes fiestas ,venían familiares de Arica a celebrar con nosotros,
me acuerdo que en el día se jugaba con agua y harina, y en la noche
solamente con harina y mistura (algo así como la challa o papel picado).
Llas fiestas de carnaval duraban varios días, pero el último día, era la
fiesta mas grande, en ese día se enterraba a carnavalon, ahí iba la viuda
vestida de negro, otros se disfrazaban de curas, policías, un abogado…
quien leía el testamento. Salían bailando para el río, por que ahí lo
enterraban a carnavalon, a la orilla del río san José. Recuerdo que yo era
niña y solamente de día veía mas esta fiesta, porque por la noche, mis
padres nos mandaban acostar tempranito, recuerdo que los hombres
pescaban a las mujeres y las tiraban al canal o a la poza del olivo, que
estaba llena de agua del río, bien chocolate, ya que por lo general el río
bajaba en esas fechas y traía harta greda, eso era bueno porque traía
abono pá la tierra. Claro que algunos años el río no bajaba, eso pasaba
siempre cuando había sequía en el valle de Azapa, ahí uno veía que si
bien se jugaba carnaval, las fiestas no eran iguales, tan alegre que cuando
bajaba el río, este río solo baja para esas fechas, cuando llueve pá Bolivia,
eso que le dicen el invierno boliviano.


También tenían un baile que consistía en pegarse caderazos, iban
cantando y de repente gritaban Tuuumba y ahí era cuando se pegaban las
tremendas negras con los hombres, a mi me daba mucha risa, no
participaba mucho de todo eso por que era muy niña. Recuerdo que un
año para esas fiestas, mi mamá estaba bailando esa ronda de carnaval
con un tío y cuando tenia que tumbarlo, pegarle de caderazos, lo tumbó
tan fuerte que lo hizo golpearse con la mesa, yo ahí me asusté porque mi
tío era tan chico que le hizo una herida, lo tuvieron que llevar a la posta
para colocarle puntos… jajajaja…me da risa pero pena a la vez.

La otra fiesta que se celebraba era la de San Juan, mi padre en esa fecha,
alumbraba la Cruz de Mayo , el nunca dijo cuando estaba de cumpleaños,
así es que se aprovechaba de celebrar el 24 de junio que era su Santo,
ahí se hacían las tremendas fiestas, se le cantaba a la Cruz y después
subíamos a dejarla al cerro que está mirando la parcela de nosotros, al
bajar del cerro, llegábamos a la casa y seguíamos la fiesta, a la comilona ,
hasta el otro día, me acuerdo que bailaban de todo y también tocaban
guitarras, cajones y algunos instrumentos que se inventaban en ese
momento. Cuando ya la fiesta estaba en plena diversión, siempre me voy
a acordar que mi Papá gritaba; ¡se armó la lumbanga!, creo que seria por
que en Arica existía un Barrio llamado así en donde uno iba a divertirse y
a pasarla bien. Siempre recuerdo que mi papá no creía mucho en Dios,
recuerdo que una vez mató un chancho pal viernes santo, todos le decían
que pá que lo hacía si ese día no se come carne, ni mucho menos se mata
un animal, el respondía; “que tengo que ver yo con weá”. Pero era raro,
porque para la cruz de mayo era muy devoto y fiel, el le agradecía en esa
fecha, para la cruz de mayo, por la buena cosecha que había salido y para
que el otro año, sea igual de bueno.

Las comidas eran de distintas formas; con carne de chancho se hacían
chicharrones, en una paila grande y se freía con maíz tostado, también
estaba el Mondongo que era el picante de guata o de mondongo, como se
le decía antiguamente. También los porotos era un plato típico de esta
zona, pero acompañado con arroz blanco bien graneaito y con harto ajo
molido, hoy en día al poroto se le echa tallarines, antiguamente no se le
echaba eso, era solo porotos, con sus aderezos mas un zapallo. Recuerdo
que en la noche o al día siguiente que se hacían los porotos, cuando no
quedaba mucho, se juntaba el poroto con el arroz graneado en una sola
olla y se revolvía y lo calentaban un poquito…mmm rico quedaba…hasta
hoy yo lo sigo haciendo y mis hijos también lo han heredado. Otro plato


que yo aprendí de mi amita son los picarones o como antiguamente le
decían; los buñuelos, estos se hacen con harina, zapallo, levadura y sal,
se prepara una masa bien liviana, para eso uno tiene que golpear la masa,
pero con cariño tiene que golpearse, es como batir la masa pero fuerte,
hay que tener un buen brazo para golpear la masa, ya que a medida que
las vas batiendo, se va poniendo mas pesada. Luego de ahí la dejas
donde le pegue el sol, para que así pueda subir la masa, ya cuando sube
la masa, tu la pones a freír, ahí es otro cuento, porque tení que pescar la
masa que queda bien hilachenta o suelta, que cuesta tomarla y hacerle la
redondela como una argolla y hací de ahí la hechas a la paila a freírla.

También se comía el plátano frito, pero de ese chico morado, de esa mata
que es alta, ya no queda mucho de ese tipo de plátano, ese servia para
freírlo porque era durito y no se desarmaba. Otro que se comía harto era
el camote frito y cocido, el camote que algunos le decían; la papa
azapeña, me acuerdo que mi amita, nos enseñaba a colocar el camote
debajo de las cenizas del fogón, que teníamos en la cocina y se cocía al
puro calor de la tierra y la ceniza caliente, bien rico era, a ese le dicen;
“camote guateao”.

Otro que recuerdo que se cocinaba en una paila grande, era el chancho
adobado, recuerdo que lo daban vuelta y vuelta para sellarlo, después lo
tapaban para que soltara mas jugo y le echaban harto adobo, harto sazón

o como le dicen hoy en día, condimentos.
También hubo muchas sequías en este valle, fue ahí que mi padre tenia
que salir a trabajar afuera, para poder darnos de comer a nosotros, me
acuerdo que trabajaba en la caña de azúcar y el algodón. En esos tiempos
no se recibía ayuda del gobierno como es ahora, así es que era mas difícil
mantener una parcela. Era feo cuando había sequía porque la gente se
peleaba entre la misma familia por el agua.

Yo me casé jovencita, tenia 16 años, tuve once hijos, diez están vivos, mi
esposo Q.E.P.D era sureño del pueblo de Freirina, el era bien blanquito y
bajito, trabajaba de albañil, se llamaba Armando Báez, le gustaba mucho
leer y hacer poesías, era muy letrado, un hijo y un nieto heredaron la de
hacer poesía; el Marcos y el Cristian. Me costó mucho criar a mis hijos,
porque eran hartos, eran revoltosos y desordenados, sobre todos los
hombres, tuve 3 mujeres; la Azeneth, La Germania y la Helvecia, y 8
hombres; el Wilfredo que le decían Mañungo, el falleció joven; despues el
Papui, que se llama Juan Armando; Carlos, que le dicen pellayo; de ahí


viene Ángel, a él le decían; Patrulla por un personaje que salía hace años
en la tele; después viene Eduardo, ese es alto, le decían pellejo, creo que
había un hombre negro que se llamaba así; luego viene Marcos, el poeta;
después el Luchín, que se llama Luis y el Mario que es mellizo con la
Germania. Todos ellos tienen hijos, tengo como casi 40 nietos y más de 20
bisnietos, es grande mi familia. Casi todos los nombres los puso mi esposo
Armando, no ve que el era bien bueno pá leer, le gustaba harto las letras.

Antiguamente en Azapa se criaba chivato y cordero, pero mas chivatos,
aquí se le dice chivato al cabrito…jajaja…recuerdo que años atrás, una
señora boliviana vino a comprarme chivatos y me pagó anticipado, pero
me dijo que al día siguiente iba a venir con el cuchillo y el saco para
matarlos y carnearlos…jajaja…a la mañana siguiente aparece esta señora
y se acerca y me dice; “buenos días señora Rosa, aquí vine con el cuchillo
para matar a los cabritos…donde están para matarlos”, por ahí cerca
estaban mis hijos jugando y escucharon la conversación y el Marcos con
el Luchín corrieron a mis faldas llorando y me pescaban de las piernas y
me suplicaban que no dejara que esta señora los matara a ellos…jajaja…
ellos creían que iban a matarlos a ellos…jajaja, resulta que aquí en Azapa
antiguamente a los chivos nos se les conocía como cabro o cabritos sino
que chivo o chivato.

La vida era mas linda y no tan dura como hoy, vivíamos de todo lo que se
plantaba (Papa, zanahoria, zapallo, acelga, etc.), mi madre traía el harina
de Arica y preparábamos pan amasado. Aquí en Azapa, antiguamente
había pura gente morena, en el colegio casi todos éramos morenitos, yo
pensaba cuando niña que todos éramos así, después con el tiempo
empezó a llegar gente chilena de piel clarita blanquita. En la actualidad
soy una de las pocas mujeres antigua, que seguimos viviendo en el valle,
la mayoría se las han llevado a la ciudad a vivir.

Yo supe hace poco tiempo atrás de que descendía de esclavos africanos,
supe por que una persona me hacia rabiar diciéndome; que yo tenia los
tobillos flacos, por que ahí se les ponían los grilletes a los esclavos, pero
yo nunca me la creí. Nosotros los negros somos alegres, buenos para
bailar y tocar, también tenemos algo en especial, que nos gusta reírnos de
los demás y hasta de nosotros mismos los negros. Yo por mi parte me
siento orgullosa de ser afro por que como todos saben… es el único color
que no destiñe.


Mi nombre es Rosa Corvacho
Amestica, nací y me crié en el
valle de Azapa, mi papá se
llamaba David Corvacho Ugarte
hermano de mi Tía Julia Corvacho,
somos 16 hermanos; David
,Andrés, Eugenia, Santos, Ángel,
Francisco, Georgina, Jorge,
Armando, Teresa, Zulema, María
Elena y Alcardio, todos nacimos y
nos criamos en Azapa.

Mi papá no se para donde arrancó, parece que pal Perú, cuando nosotros
éramos niños, no sabíamos mucho que pasaba, lo único que
escuchábamos de los adultos, que se habían ido porque le avisaron que lo
iban a matar, así es que mi taita se fue con puros familiares, caminando
por los cerros y nos dejó un buen tiempo solas con mi madre y mis
hermanos, esto fue para los años del plebiscito, partió con Juan de Dios
Bravo, por que circulaban unos hombres blancos como policías a caballo
asustando a la gente del valle. Nosotros nos íbamos a dormir en una
bodega donde guardaban cebollas, ahí nos acomodábamos por mucho
tiempo en las noches, por que estas personas venían a escarmentar,
sobre todo cuando veían que no estaba el hombre de la casa. Esta policía
chilena solo asustaba a la gente de noche, muchas veces tuvimos que ir a
pasar la noche en un cuartel de policía peruana, que existía en esos
tiempos cerca del sector de Alto Ramírez, allá en Azapa. . Después que se
calmó la cosa, mi padre volvió a reunirse con nosotros.

Mi madre era comerciante, bajaba con otras señoras a vender verduras a
la ciudad en burrito, recorriendo las calles de la ciudad, ofreciendo todos


los productos que cosechaba mi padre en la parcela. Devuelta, después
de haber vendido toda la cosecha, mi amita aprovechaba de comprar
todas las cosas que se necesitaban para la casa; azúcar, harina,
detergente, de todo, hasta clavos o alambres que se ocupaban en la
chacra. Me acuerdo una talla bien chistosa; cuando mi papá le encargó a
mi tía Celestina Corvacho, que también bajaba en burro a vender
verduras, le encargó tachuelas, me acuerdo que le dijo; “oye celestina tu
que bajas a Arica, porque no me compras tachuelas por favor”, al volver
mi tía celestina no le trajo nada y mi papá le preguntó porque no le trajo
las tachuelas, ella le respondió; “ah yo no pude nunca decirle cachuela,
cazuela , no pude nunca decirlo, así que no compré ná” …jajajajajaja.

Yo soy devota de la virgen de las Peñas, actualmente tengo un baile
religioso llamado San Jerónimo de Lluta, vamos todos los años a bailarle a
la virgen para el 8 de diciembre, este baile lo cree porque tengo parcela en
el valle de Lluta, cerca del pueblo de Pocon Chile, de ahí es patrono san
Jerónimo. En esta compañía bailan mis hijas y mis nietos, incluso hasta
bisnietos me están bailando. También le tengo mucha fe al Cristo de
Locumba que está en ese pueblo en Perú, todos los años voy, ahí hay
harta gente morena, parece que media pariente de la gente de acá. De
igual forma mi mamita me inculcó la fe en San Martín de Porres, el santito
peruano.

En las fiestas de carnaval no participaba mucho por que mi padre era muy
estricto y no me dejaba ir a ninguna fiesta, con suerte me dejaba ir a la
escuela, ya que mi madre bajaba a vender todos los días y yo tenia que
quedarme cocinando y cuidando a mis hermanos menores. Solamente me
llevaban a la fiesta de San Miguel, participábamos en la misa y en la
Procesión nada más.

Los hombres negros son buenas personas, alegres, buenos para las
fiestas, no tienen ningún vicio por lo general, claro que el único vicio es
que son un poco mujeriegos y por culpa de eso los padres no dejaban salir
a sus hijas. Me acuerdo que mi hermano, el David, le gustaba ir a
molestarla a la Maximina, ella se enojaba y le iba a acusar a mi papá, mii
padre le decía; “amarren las yeguas por que los potros están sueltos”. En
carnaval era donde mas los hombres se aprovechaban de las mujeres
queriéndolas conquistar.

Me acuerdo que cuando niña, estudiaba en la escuela Pago de Gómez,
éramos pura gente morena, pero había una niña blancona que le gustaba


molestarme siempre, me molestaba por mi color, yo era bien sumisa, no
me gustaba andar peleando, incluso esta niña, casi siempre me pegaba,
un día mi hermano Andrés, supo que esta niña me pegaba o me
molestaba y me dijo; “si tu no te defiendes y no le pegas, cuando llegues a
la casa, yo mismo te voy a pegar por tonta”, ¡pucha!, con eso que me dijo,
tuve que obligadamente aprender a defenderme, así es que ese día esta
chiquilla como todos los días fue a molestarme, cuando íbamos saliendo
del colegio, la pesqué y la revolqué en el suelo, le dí una sunda, que
desde ese día nunca mas me molestó.

Yo soy heredera de un terreno de la familia Corvacho, pucha , el problema
que eso, ha sido lo que mas ha dividido a la familia grande, que son los
corvacho, el tema es que el terreno, es como una o dos hectáreas y
supuestamente le corresponde como ha mas de 20 personas, mucho mas
creo. Lamentablemente, eso ha hecho que algunos parientes se
enemisten con uno y con otros, claro, y como en toda familia, no falta el
que se quiere aprovechar.

Yo por mi parte, tengo terrenos en Azapa y Lluta… pucha, que será
cuando yo me vaya, ojala no pase lo que pasó con mi familia corvacho.


Mi nombre es Rosa Elcira Guiza
Lanchipa, nací un 30 de agosto
del año 1922, para santa Rosa de
Lima, me crié en la Chimba, por la
calle Velásquez donde están esos
monumentos que están ahí en
Chacabuco, donde hay una
rotonda, en esa esquina estaba
el rancho de totora donde mi
mamita me tuvo.

Chimba se le llamaba por que había un sembrío, o sea, era sembrerios
éramos la gente que trabajábamos la tierra, los pusieron Chimberos. Mis
padres y todos los que estaban ahí, eran Chimberos, mis padres hacían
sembríos, traían la totora del valle de Lluta y yo vine aprender la totora a
la edad de 5 años. En la chimba habían pastizales, ramitas, siempre se
iba a buscar la totora a Lluta, se iba a buscar en burro. Con la totora se
fabricaba los techos y esteras y también para los cierres. También
hacíamos angarilla, eso que se los colocaba a los burros, se les llamaban
anchacas también y lo usaban más los azapeños, ahí echaban las
verduras.

Mi papá también era pescador con red, era redero, se juntaban a pescar
de cuatro a cinco personas. Mi padre se llamaba Daniel Guiza, era el
tercero descendiente de afro, era negro, el trabajaba con los mismos
amigos que tenia él, uno era el Zegarra, no recuerdo el nombre, se
nombraban por el apellido no má, el era moreno, de repente aparecía uno
rubiecito por ahí, pero la mayoría que trabajaban eran negros.


En la Chimba había un ojo de agua que le decían; “El Aguaíta”, que era
como una vertiente, donde iban a lavar ropas las señoras, en general la
gente que iba a lavar ahí, era gente morena, eran muy poca la gente
blanca. La mayoría de las mujeres de la chimba eran lavanderas, ellas lo
que hacían, era ir a buscar las ropas a las casas y a los hoteles. Se
juntaban todas en la aguaita, habían unas piedras grandes como un
planchón y ahí lavaban, tiraban escobillas lo refregaban y los azotaban en
las piedras, y los que éramos más chicos jugábamos, nos bañábamos
en esa vertiente.

Así pasaba el día, mientras esperaban que se secara la ropa, se juntaban
para conversar haciendo hora al lado del río, hacíamos fuego, ponían
agua en unos tachos de crema, hervían el agua y tomaban tecito.
También preparaban sándwich de pescado frito, trataban de echarle algo
a la guata. Una de las lavanderas era mi mamá Agripina Lanchipa, habían
otras señoras que la acompañaban cómo mi tía Josefina y después había
otra señora que era de apellido Guiza, también había mujeres boliviana y
también gente del sur que venían en Barco.

Me acuerdo que se conversaba mucho cuando lavaban, sobre lo que
pasaba en esa época; la enfermedad de la terciana, se hablaba mucho de
eso en esos años, sobre como le salían como granitos en la cara y al que
se moría, lo llevaban al hogar del niño, al Lazareto, ahí los quemaban por
que ya estaba muerto, le echaban azufre molido en el cuerpo, se hablaba
mucho en la Aguaíta de esos temas, la gente cantaba mientras se lavaba,
cantaban lindo las mujeres.

Los Chimberos vendíamos; verduras acelga, lechuga, tomate, arvejitas
algunos compraban y otros recogían para entregar al mercado, se
abastecía también al mercado Chimbero, mi papá se iba a Chacalluta y
se traía tarros de camarones, entonces mi taita lo dividía en grandes y
chicos entonces yo con mi hermano, el negro Rufo, juntaba demás para el
chico, íbamos cargado en el burro en cantidades y la otra gente,
entregaba verduras y otros productos, aunque la verdura era a parte, se
iba en burro para el mercado teníamos que ir hasta el almacén grande de
Yanulaque, ahí había una pileta y ahí amarrábamos a los animales. En la
esquina del mercado eran puros pedregales no más, andábamos a pies
pelao y estábamos con pachuchos saltando.

En la chimba habían muchos pescadores que con una red y una bolsita
que se ponía en la caña, se sacaba hartos camarones y después se iban


a Chacalluta y en el mar, se sacaba harto pescado, a mi me gustaba la
corvina, se sacaba mucho tomoyo, se metía las manos y se sacaba así
unos tomoyos grande. Ellos pescaban en balsas que ellos mismos lo
hacían.

Pero por lo general no se metían mar adentro, solo pescaban
principalmente en la orilla de la playa, como era bajita, se sacaban los
tomoyos y los pulpos, la corvina y esas cosas, como la sacaban con red,
pescaban la red y luego la sacábamos y salían los pescados, a las
corvinas principalmente se tiraban bombas, principalmente eso se hacía,
se les tiraba una bomba, que era una piedra, a toda la mancha de
pescado, se les tiraba y buum y los pescados salían a flote, la mancha
era bien notorio de pescados, por que era una sombra que se veía, se
daban vuelta y vuelta y esa era una pista, estábamos pendiente. La
bomba nos la conseguíamos comprándolas, todo el pescado que
sacábamos, lo íbamos a dejar al mercado y se charqueaban y de ahí, se
ponía a secar a las brasa, estando charqueado, se tomaba con té o café,
aunque antes se tomaba más té que café, claro que eran bueno para el
café los negros, al terminar la cosecha, lo que hacían una Nutria, que era
una ceniza que se hacía con camote cocido, era una especie de maza,
eso lo masticábamos un poquito y el camote con la ceniza se hacia como
una masa, es como una piedra de ceniza que se come, hay que mascarla
con la hoja de coca y la preparaban como papa, queda como una piedra
pome, las mascan junto con la coca.

Después de la cosecha se preparaba picante de mondongo, de gallina, de
pato de pescado, pero por lo general, se preparaba en ese tiempo un
pescado guateado de reineta, también se preparaba igual pescado
ahumado, se vendía principalmente al mercado, todo lo que se hacia, era
para comercio, aunque igual era para comer, el pescado guateado se
hacia en un fogón en lata, se mojaba primero la lata, después al pescado
se le sacaban las tripas y la parte de arriba del pescado, se les sacaba el
cuero y lo tapaban con leñita picada o con astilla y se echaba el pescado
guateado, se le echaba la basurilla, se le echaba para ayudarla a cocer.
Después se comía todo y empezaba el guitarreo y se echaba el pisco, el
café y la coca… es rico, se le echaba un poco de pisco al café, por que
antes se echaba el jarro.

Los barcos que estaban a la orilla, no eran de totora, eran de madera, los
pescadores no tenían balsas muchos y se metían calatos para adentro e
iban haciendo cola con la red e iban rodeando la mancha de pescado,


para encerrarlos entre cinco y seis personas, se buscaba acorralar el
pescado, todos eran personas morenas y bien maceteados con
camisetas, esas de sacos de Harina. Antiguamente trabajaban pelados,
antes andabai de parche y parche, antes la ropa se rompía y se le ponían
parches y parche y a pata pelá muchas veces, y ahora no, si uno va al
centro no se puede hacer eso.

Para la fiesta de San Pedro y San Pablo se iba la gente principalmente al
muelle y los pescadores andaban en lancha y las familias que querían
pasear, se subían. En la chimba también se hacían fiestas, San Pedro y
San Pablo eran nuestros patrones del mar, se hacían procesiones en la
calle, cantando con velitas, dentro de la chimba, también se preparaba
para esa fiesta los picantes y los chumbes, se hacia caldillo de pescado y
camarones, ah y se hacían guateaos los camotes asados.

Otra fiesta famosa que había, era el carnaval, esa fue la más importante
para nosotros en la chimba, era pura gente mayor la que jugaba era, que
ponían tina afuera de la calle y todo se sacaba con agua, se armaba un
barrial. Se organizaba en la calle Velásquez. En esa fiesta de carnaval,
todos hacían una ronda, bailaban y cantaban de acá para allá, los
músicos se ponían afuera de la ronda, no se hacia trajes especiales, era
como lo pillaban. Habían bombos y cajas de redobles, había guitarra y
acordeón, había peineta con papel, que hasta yo tocaba o sea, al son de
los que estaban cantando, en esta misma fiesta de carnaval teníamos
nuestro carnavalón, al cerro lo iban a enterrar y en el cerro se leía el
testamento, era un tremendo testamento, en ese testamento habían tallas
picantes.

Acá la viudas le ponían cualquier color y eran repesadas, eran hombre de
por si, recuerdo que un hombre se vestía de mujer, un tal Zegarra, el era
peruano, estaba radicado aquí en Arica y hacia unos escándalos y se
ponía unos calzones que usaba la señora con encaje y salía donde los
compadres a consolarlos y después, los de más abajito, eran los hijitos
también que los llamaba y lloraban junto a él y esos eran los más
escandalosos, parecía de verdad la cuestión, a la viuda le tocaba un
montón de cosas, le tocaban con guitarras, tambores, de todo. Después
también tocaban zampoña y le metían guitarra también, la zampoña
estaba hecha de caña de acá, mi taita hacía la música que tocaba con la
guitarra, zampoña y bombo, y el vals y la música era lo que cantábamos,
era rellorona y le ponían color a la cuestión.


Yo llevo trabajando con la totora, más menos desde los 5 años, mi papá
me enseñó a trabajar a punta de chicote, era cosa sería, ahora los papás
se chacotean con los cabros, después con el tiempo empecé a ser figuras
para artesanías, igual me papá me enseñó de todo, pero me hacia llorar,
mi papá era chiquitito, pero era fregado, más dolían los gritos que los
chicote, nosotros parecíamos ensaladas de membrillo, era cosa sería él.

Bueno en la chimba vivían bastante personas de origen afro e igual vivían
bastantes personas que eran bolivianas y ellos celebraban mucho lo que
eran las cruces, si había una señora boliviana que tenia una cruz y había
que llevarla siempre para el cerro, en la chimba no había cruces siempre
nos íbamos para el cerro, esa cruz se la llevaron y hasta hoy nadie la ha
pescado, no se si seguirá todavía ahí, a veces la queremos pescar, pero
hay que tener plata, a mi también me gusta cantarle a la cruz.

Mi abuela se llamaba Gregoria, es descendiente afro y también Diaguita,
mi mamá era bien alta y maciza, pelo bien crespo y labios bien gruesos,
orejas grandes y mi abuela, la mamá de mi mamá, era negrita, mi mamá
era la que cantaba, era cantante, siempre recuerdo que para hacernos
dormir nos cantaba algo así como;

“ay suerte maldita, llevar cadenas y ser esclavos y ser esclavos de un
ruin señor…como mi madre una negrea esclava…lava que lava”

Hasta ahí no mas me recuerdo, era linda esa canción, nunca entendí
porque le gustaba tanto esa canción. Por eso yo no salgo de esa estrofa,
esa canción me la cantaba en cualquier momento, cómo cuando me iba a
sacar los piojos, me pasaba el peine, me limpiaba y ahí ella me
empezaba a cantar, pero mi mamá lloraba cuando cantaba, por que decía
que igual así cantaba la mamá de ella, mi abuela, estaba cantando, pero
llorando y yo le pesqué a mi mamá una sola estrofa no más, claro que yo
no le preguntaba por que lloraba, no se le podía preguntar, bueno igual
me conmovía mucho cuando la cantaba.

Mi madre nació en Tacna en el tiempo de Chile, es plebiscitaria y mi taita
conversaba de su papá en la cuestión del plebiscito, yo me acuerdo la
cuestión del plebiscito, tendría como 4 años, cuando se metían en las
casas los chilenos que le decían; la policía, recuerdo que estábamos en la
Chimba y andaban marcando las casas con una cruz con alquitrán, la
casa de nosotros estaba marcada, entonces mi mamá tenia en la casa un
baúl grande, donde guardaba toda la ropa que ella lavaba de los hoteles,


entonces mi mamá sintió ruidos, mientras estábamos durmiendo, pero mi
mamá y mi taita ya estaban prevenidos, como estaba la marca en la
puerta, entonces llegaron, yo estaba chiquita, tocaron la puerta bien
fuerte, más que la puerta era de calamina, y mi mamá le hizo una seña a
mi papá y mi papá me dió un beso en la frente y se metió al baúl grande y
yo le pesqué las piernas a mi mamá, nunca le solté las piernas, estaba
muy asustada. Como no les abrieron la puerta, echaron la puerta abajo,
entraron cómo cuatro o cinco jetones, a mi mamá la tiraron a un lado,
pero yo firme con mi mamá y asustada, yo siempre estuve asustada y no
le quitaban la vista al baúl, donde mi papá se metió entre medio de la
ropa. Entonces entraron para adentro y revisaron todo, pescaron la ropa
del baúl y luego la dejaron ahí mismo, y no pillaron fíjese, yo creo que mi
papá se tuvo que haber meado ahí mismo. No sólo lo buscaban a él, se
hablaba mucho de cholo renegado y chileno renegado, no eran
carabineros por que andaban de civil y andaban con cordeles, me
acuerdo que le preguntaban a mi mamá; “ya, donde esta”, entonces mi
mamá les dijo; “mis hijos no han comido nada, mi marido salió a trabajar
temprano y no ha vuelto”, mi mamá se los dijo llorando, si era artista, yo
no despegaba la vista del baúl, pero menos mal que no se dieron cuenta,
después le dijeron ellos; “nosotros vamos a volver”, amenazando a mi
mamá y ella les respondió “no vuelvan por que ustedes mismos ya se lo
llevaron, ya me lo quitaron”, así que no volvieron más, así que cerramos
la puerta, mi viejo se estaba ahogando, le sacamos toda la ropa de
encima, salió mojado mi papá de ahí. Había muchos sapos en esos
tiempos, a esos les pagaban, había un tal saturnino que decían que
traicionaba a los negros, a los puros negros si, siempre se hablaba de
que habían chilenos renegados y cholos renegados, el cholo renegado
era peruano, pero también podía ser chileno, se les pagaba mucha plata
a los sapos, pero después, los estaban buscando por que les iban a sacar
la cresta, todos esos se fueron para Sama, como estaba oscuro en la
noche, se fueron por la orilla del chinchorro se iban por eso lado de
Chacalluta.

Si hubieran pillado a mi papá, no se, a lo mejor ya no existiría yo, se supo
de que mataron bastante gente, sí, había hartos desaparecidos, no se
sabían por donde, mi mamá tenia familiares que habían desaparecido y
no se supo más, pero mi papá tenia un tío que a los años apareció en
Tacna, que se fue a las escondidas por la playa.

Toda mi vida la he dedicado a realizar actividades de distintos tipos como
por ejemplo; Las comparsas callejeras, en las famosas fiestas de la


primavera, que junto con mi hermano; “El Negro Rufo” realizábamos. Eran
tiempos muy lindos y alegres en donde la comunidad Ariqueña participaba
y se integraban. Me acuerdo que para las comparsas nos disfrazábamos
de africanos poniéndolos un hueso en la cabeza y echándonos tizne del
hollín de la olla. Recuerdo que pescaba grasa y le echaba a todos en todo
el cuerpo y de ahí le pasaba el hollín negro, teníamos que hacerlos dormir
con unas esteras tiradas en el suelo en mi casa, ya que la fiesta duraba
dos o tres noches.

Otras de mis actividades que he realizado es el Atletismo, desde los 11
años me he dedicado a competir, me acuerdo que cuando niña no me
gustaba correr con zapatillas, me sentía mas cómoda corriendo a “pata
pelá”. He viajado por muchos lugares compitiendo, teniendo buenos
resultados, incluso ya no tengo lugar en donde dejar mis Diplomas y
Medallas. Hasta hace poco seguía participando en los Senior, pero ya no
corriendo, sino que tirando la bala. Uno de mis nietos esta siguiendo mis
pasos, en donde ya ha salido fuera de Arica a competir, obteniendo
buenos resultados.

También soy devota de la Virgen de las Peñas, incluso ahí fui bautizada y
nunca he faltado a una fiesta, sino puedo ir a la fiesta grande, voy en
diciembre a la chica. Durante toda mi vida he participado en un baile
religioso de Las kuyacas, ahí he bailado desde niña, actualmente sigo
participando, pero no con el mismo ritmo de antes, pero si con el mismo
amor y devoción.


Yo soy Inocencia Tusnelda
Baluarte Meléndez, nací en
Azapa el 28 de diciembre de
1917, bajo bandera Peruana,
hace muy poco me
nacionalice Chilena. Nunca
quise arreglar mis papeles,
¿por que si mis Padres eran
Peruanos de esta tierra, por
que yo iba a cambiarme?,
pero pasaron muchas cosas
por no tener la nacionalidad,
perdí varios beneficios por el
solo hecho de ser peruana.

Mi padre se llamaba Manuel Baluarte Soto y mi madre Saturnina Meléndez
Sontanera, vivíamos en el valle de Azapa, en la Parcela San Francisco de
Asís, ubicada en el Km. 13, en donde cosechaba de todo tipo de verduras
y La caña de Azúcar por supuesto, mi padre tenia un cañaveral grande,
ahí hacían Chancaca y el Guarapo.

Recuerdo que mi mama bajaba en burro desde el Km. 13 hasta la ciudad,
para vender las verduras que cosechábamos en la parcelita, yo a veces la
acompañaba, era larga la tirá que teníamos que hacer, partíamos
tempranito como a las siete de la mañana, ahí íbamos con mas mujeres,
varias tías mías de ese sector.

En el tiempo del plebiscito, mi padre tuvo que arrancar al norte del Perú,
por que lo amenazaron de muerte si no se iba, me acuerdo que un Chileno
malo de apellido Quiroz, andaba a caballo por el valle asustando a la
gente para que se marchen de aquí, y si no se iban, por la noche llegarían
a matarlos. Es por eso que mi padre tuvo que irse hasta el Callao y
nosotros; mi madre y mis hermanos, después cerca del año que mi papito
se fue, nos fuimos en un barco a reunirnos con mi padre al Callao. Ahí
vivimos cerca de 4 años, después nos fuimos a vivir unos años al puerto
de ILO, en el mismo Perú. Al final, cuando todo se había calmado,


volvimos a retomar las tierras en Azapa, que mi padre se las había dejado
a un caballero. El periodo del plebiscitario, fue para nosotros, los
Ariqueños, muy doloroso, ya que tuvimos que separarnos de nuestras
familias y algunas veces ver la perdida de familiares, pienso que el golpe
de estado de 1973 no fue tan duro como el periodo plebiscitario, también
yo escuchaba decir a ese tiempo como chilenización. Recuerdo que este
caballero achilenao llamado Quiroz, un día, llegó a la parcela cuando mi
taita ya no estaba y solamente estábamos mis hermanos y mi mamita, él
llegó con otros hombres a caballo y le dijo a mi mamá; “oye, pásame esas
dos gallinas”, y mi mamita asustada se la tuvo que dar, eran muy malos la
policía chilena, yo no sé porque le decían policía, si ni siquiera tenían
uniforme, andaban de civil.

Yo soy muy devota de la Virgen de las Peñas, esta tradición viene ya
desde mis abuelos, según lo que me contaron mis padres, cuando le
bailaban en las compañías de Morenos y que hasta hoy mis hijos y nietos
mantienen esta tradición, siendo mi padre el fundador de la compañía Nº
1 del baile religioso de Morenos; “Hijos de Azapa” y los primeros en ir a
bailarle a la Virgen. Todos los años subimos a ver a la chinita, como se le
dice a la virgencita de las peñas, pero yo ya no voy por problemas de
salud, igual siempre estoy con la Virgen en el corazón. Actualmente suben
a saludar a la virgen, para las dos fiestas, pero antiguamente la fecha
oficial para nosotros los antiguos morenos de Azapa, era el 8 de
diciembre.

Recuerdo que antiguamente en nuestra compañía de bailes de moreno,
han pasado muchas generaciones, yo me atrevo a decir que es una de las
mas antiguas, ya que antes estos bailes nacían de las propias familias, yo
recuerdo que hasta los años sesenta, nuestra compañía tenia un
personaje que se disfrazaba de diablo, anda con una mascara, su capa
roja y un trinche, el siempre andaba jugando, pero a la vez iba ordenando
la comparsa, al bailarín que se salía o se movía de la fila, le pegaba con el
trinche en las piernas, era muy alegre este personaje, recuerdo que
siempre cuando veníamos bailando por el pueblo hacia la iglesia, para ir a
saludar a la virgen, este diablo andaba jugando, quitándoles las sopaipillas

o los picarones a la gente que vendía dentro del pueblo y como era un
personaje que iba dentro del baile, la gente solamente se reía por la
diablada que hacía. Finalmente el diablo cuando llegaba a la entrada de la
iglesia, se sacaba la mascara, y el trinche lo dejaba afuera para así poder
entrar junto con la comparsa. Que lindos tiempos eran esos,
lamentablemente, sino recuerdo mucho, hubo un cura que no le gustó eso

del diablo y lo prohibió, nunca mas se volvió a tener a este personaje del
diablo, me gustaría mucho que se volviera a rescatar, pero creo que el
Obispo no lo dejaría. Muchas veces al recordar esto, me dá mucha pena
ya que no es lo mismo hoy en día, hasta la misma familia nuestra se ha
alejado de esta tradición, se han peleado, creo que no entienden que esta
tradición es de nuestra familia.
Mi familia por parte de los Baluarte, también tenemos la tradición de
celebrarle a la Cruz de Mayo, esta fiesta tiene mas de 200 años de
antigüedad, en donde bajamos la cruz que está ubicada en el alto del
cerro, frente a la parcela de nuestra familia, el día 2 de mayo se baja, en
esos días se le canta a la cruz hasta el día 10, que es cuando la subimos.
Yo me sé muchos versos a la cruz y se las he enseñado a mis hijos Félix y
Miguel, este ultimo es el que actualmente sigue cantando a las cruces, ya
no quedan muchos cantores de cruz, Miguel, incluso es miembro de la
asociación “Cruz de Mayo”, en donde durante ese mes, visitan a las
distintas familias que tienen cruz y les cantan. Los cantores de cruces se
buscaban por todo Azapa, para que le canten a las cruces de otras
familias, por lo general, todos eran morenitos.

Recuerdo que también, cuando era niña, veía mucho las fiestas de
carnaval allá en Azapa Grande, donde vivía con mis papás, me acuerdo
que salíamos con el carnavalón arriba del burro, bailando por el pueblo; en
el día se jugaba con agua y harina, y por las noches se bailaba harto. Sino
mas recuerdo creo que el último domingo de carnaval, nos íbamos todos
para el cerro y enterrábamos al muñeco carnavalón, ahí mismo a un
costado de la cruz de mayo, le ponían una botella de pintatani o vino
cualquiera, para que al próximo año, cuando lo desenterráramos, se
abrían estas botellas y las tomaban entre todos los que asistían, dicen que
quedaba bien rico el vino al estar un año enterrado bajo tierra.

Hoy en día vivo en la ciudad de Arica, me gustaría tanto vivir en Azapa,
para recordar los lindos días que pasé en mi niñez y juventud, pero por mi
salud no puedo… pero igual sigo siendo Azapeña.


Mi nombre es Pedro Cornejo
Albarracín, pero todos me
conocen como “Pedro Chañal”,
soy nacido y criado en el valle de
Azapa, por ahí por el Km. 18.
Tengo 91 años de edad.(2005)

Toda mi vida trabajé en Azapa
como agricultor, trabajando con la
Lampa (pala), en la aceituna, el
camote y la caña de azúcar, pero
siempre fui bueno pá cosechar
camote, del blanco y del
morado… ¡no hay nadie que me
gane en sacar camotes ricos y
grandes!, todas las tardes me
servia un té caliente, acompañado
con un camote cocido y aceitunas
negras, muchas veces cuando no
había pan, siempre comíamos el
camote por el pan, aquí le dicen
“la papa Azapeña”.

En la Caña de azúcar trabajé en la Molienda de la hacienda de don Juan
Choa, ahí trabajé de capataz, pero antes hice de todo; cortaba la caña, la
cargaba, después en el trapiche, moliendo la caña pá sacarle el jugo,
hasta que terminé siendo catador, probaba el dulzor de la caña cuando
estaba lista, después de haberla hervido. Hasta que llegué a ser el patrón,
quien era el que fiscalizaba la producción, me tenía que preocupar que la
chancaca quedara bien rica, bien dulce y no se pase del cocimiento.

También recuerdo que cuando mas cabro, preparábamos un trago, le
llamábamos guarapo, claro que siempre lo hacíamos cuando el dueño se
iba para su casa, se lavaba la paila grande de cobre, que se cocía el jugo
de la caña, a la paila siempre le quedaba en sus paredes, restos del néctar


del jugo, era tan dulce, que cuando lavábamos la paila con agua, igual
quedaba dulce, era ahí cuando echábamos el jugo dulce a unas barricas,
le echábamos unos ataditos de yerba luisa y lo dejábamos fermentar unos
7 días, ahí tomaba un grado de alcohol que quedaba bien rico. Te
tomabas dos vasos y quedabai bien cañoneao, te curaba bien rápido,
¡pero que rico era!
A los 17 años me llevaron para Antofagasta, a realizar el servicio militar,
ahí me enseñaron a ser chileno, los obligaban para que nos
aprendiéramos varias canciones de guerra y de memoria. Ahí fuimos
varios azapeños en esos tiempos, siempre llevaban a los jóvenes a hacer
el ejercito fuera de Arica, no dejaban que la mayoría lo hicieran aquí.
Después volví y nunca mas he salido de Arica, incluso no conozco ni
Sama, que es en donde tengo familiares, no voy a Sama porque yo soy
chileno y no tengo nada que hacer allá yo.

Cuando joven salía a jugar carnaval con mis amigos por todo el valle, claro
que mas jugábamos por Azapa grande, recuerdo que antiguamente los
tambores eran hecho con terciados y cuero de llamo o vacuno, a esos les
decíamos bombo y a los mas chicos se les llamaban tamboras, esos
bombos tenían cuero por los dos lados, tensados con una pita o un
cordelillo de cuero, nunca se hacían tambores con los barriles, eso es
mentira, ¿Quién habla que con los barriles se hacían tambores?, mire;
desde niño siempre ví que se tocaba bombo, tambora o a veces con un
redoble y la quijada de burro..Ah y también la guitarra. Claro que cuando
hacían fiesta familiares antiguamente se ocupaba el cajón y de repente las
cosas de la casa, platos, cucharas, chuicas y también a veces el barril
para hacer sonido musical, ahí lo dábamos vuelta y por el poto le
pegábamos.

Tengo un solo santo de mi devoción, ese es San Miguelito, el patrono de
Azapa, nunca he dejado de ir a la misa los 29 de septiembre, que es el día
de su santo, mi papá era muy creyente en san miguelito y yo también tenia
que serlo, eso es lo único que me dejó mi taita.

Nunca me case ni tuve hijos, aunque uno nunca sabe…jajajaja, así somos
los negros…actualmente me cuida mi sobrina Esther Cornejo, ella se ha
preocupado de mi como una hija al cual nunca tuve. Siempre me han
gustado las mujeres blancas, son mas linda pá mi, no me gustan las
negras, porque yo también soy negro y no pasa ná, es como comer pan
con pan, en cambio la blanca y el negro se ven mejor, yo siempre he


dicho; “Las blancas son pá los negros y las negras son pá los blancos”.
Hasta hoy me siguen gustando la carne blanca jajaja.


Mi nombre es Segundo
Quintana Ugarte, nací un 1
de abril de 1931 en Azapa,
criado entre medio de los
chañales y cañaverales, allí
en pago de Gómez, hijo de
Casimiro Quintana y
Graciela Ugarte, pero todos
la conocían como la “Chelita
Ugarte”, tengo una unica
hija que se llama Jacqueline
Quintana.

Estudié hasta el segundo año de primaria y después me dediqué a
trabajar en la agricultura, ayudándole al papá, anduve por Lluta
aporcando maíz, por Cuya y muchas veces acompañaba a mi mamá, iba
a vender para Arica en burro toda la verdura que cosechábamos; lechuga,
cilantro, perejil, zanahoria, porotos verdes, también leche de cabra, de
todo. Me acuerdo que teníamos tres burros y lo cargábamos con toda la
verdura con las anchacas. Partíamos como a las siete -ocho de la
mañana, mi madre esperaba a otras morenas que bajaban de mas arriba
en burro a vender, y se iban juntas; la tía Julia Corvacho, doña Cata, doña
Martina Bravo, buuuu… hartas morenas….era una risotada de mujeres
que iban conversando y riéndose. Casi todos los días bajábamos a
vender, menos el día domingo.


Siempre me ha gustado la música, yo tocaba con mis hermanos en un
conjunto que teníamos en Azapa, ahí tocaba batería, mis hermanos
Miguel y Bernardo, junto a los hermanos Ordóñez; el Enrique, Jorge y el
Marcelo, ahí tenía 12 años. Tocábamos para todas las fiestas de Azapa,
especialmente para las cruces de mayo. Luego me fui detrás de mis
hermanos a la pampa, a trabajar en las salitreras, ahí volvimos a
rearmarnos para tocar, andábamos por todas las salitreras tocando…¡ahí
vienen los hermanos Quintana nos decían!, estuve casi ocho años
trabajando y tocando.

Algunas oficinas salitreras donde trabaje fueron; La Aguada, Santa Rosa
de Huara, después Mapocho, pero siempre nos juntábamos con mis
hermanos, sino era para tocar, nos juntaban para jugar pelota, éramos
muy bueno nosotros, fuimos seleccionados de la pampa, me acuerdo que
bajábamos a Iquique a reforzar un equipo famoso que había en ese
entonces llamado; “Jorge Quinto”. Después cuando volví Arica, jugué por
“Salitre Sporting”.

Cuando estuve en la pampa aprendí a tocar piano, yo nunca he aprendido
a leer las notas o partituras, siempre aprendí tocando al oído no mas,
hasta ahora a mi edad que tengo, solamente toco al oído.

Ya al volver de la pampa, me puse a trabajar en lo que a mi me gustaba,
tocando, así es que empecé a trabajar en watt; en el Gato Negro, que
después se llamó Blue Star, el Manhatan y otras mas chiquitas, pero mas
toqué en el Blue Star, tocando acordeón, en esos locales venia mucha
gente importante; turistas, marinos, empresarios, de todo. En ese tiempo
aprendí a tocar órgano con un boliviano que me enseñó. Un día llegó un
empresario peruano y se acercó hablar conmigo, porque le había gustado
como tocaba, porque dominaba tres instrumentos musicales y por eso
quería contratarme y llevarme para tocar en su local en Cuzco Perú. Era
una watt de lujo, solamente daban coñac y whisky. Así es que me fui yo y
cuatro chiquillas; dos streptisera y dos bailarinas que me había pedido el
caballero y que tenían que ser blancas.

Una anécdota que me pasó cuando me iba al Cuzco, cruzando Tacna me
detuvieron el órgano, el policía de Aduana peruano me preguntó; que
para donde llevaba ese órgano, yo le explique que era mío y me lo
llevaba a tocar al Cuzco, el policía peruano no me creía y me dijo que
muchos dicen lo mismo y ni siquiera saben tocar, solamente lo pasan
para venderlo aquí en Perú, yo le dije que yo tocaba, era músico, ahí me


dijo; “Haber tóquese algo…..tóquese un bals”, que me habían dicho a mi
po, me puse a tocar, el caballero me dió la mano y me dijo; “usted sabe
tocar”….me preguntó si acaso yo era peruano, yo le dije que tenia
parientes, al final me hice amigo de él. Ya en Cuzco estuve un año y de
ahí me salió un contrato a una wat de un dueño chileno, se llamaba “La
Sirena”.

Estuve por varias ciudades del Perú, como un año y dos meses, anduve
por Arequipa, después fui a Lima por un año, conocí varias partes del
Perú, hasta Chincha, donde están los parientes nuestros, es muy bonito,
había un pianista bien negro, tocaba muy bien y también zapateaba, yo
igual aprendí a tocar el cajón, mi mamá tocaba también, pero ella no me
enseñó, yo aprendí a tocar solo, yo compré un cajón allá y aprendí a tocar
tacatatacata. Iba a tocar a varias partes, estuve en Chimbote, Trujillo,
Chillana, Tumbes y otros pueblitos.

Yo cuando estaba en Arica, siempre iba a ILO y después me Salió un
contrato para Guayaquil, así es que tuve que sacar visa de trabajo,
siempre con las chiquillas que bailaban, en el mismo Lima aprendí a tocar
los pasillos ecuatorianos, como habían artistas ecuatorianos igual, y
aprendí, me contactaron para ofrecerme contrato, nosotros mismos
negociábamos. Así es que partimos a Ecuador, estuve casi 6 años,
recorrí muchos lugares, también trabajé en la radio y en el canal 4
también. Después estuve en el canal 2 y en la radio principal, esa que era
del Estado. Lo que hacia en el Canal era promover artistas y cantantes.

Igual conocí el valle de chota, donde están los negros, recuerdo que en
Ecuador trabajé con hartas chilenas, les llamaba la atención por ser negro
y ellas no me creían que era chileno, creían que les estaba contando
cuentos, le tuve que contar que yo estaba en el tiempo del Perú, en el
tiempo del plebiscito, así es que era chileno y que hablaba como chileno.
Los ecuatorianos tienen otro modo de hablar, ni los peruanos, ni los
ecuatorianos creían que yo era Chileno, “este peruano hijo de puta”
decían las chiquillas.

Yo decidí regresar a Arica por que mi mamá me escribía y me decía que
estaba súper mal, claro en tiempo de la “UP”, volví el año 1976 y el golpe
militar me pilló en Ecuador, yo lo ví en la tele, ahí me avisaron que hubo
golpe de estado en Chile, me decían que ponga la tele. Como mi mamá
estaba enfermita, decidí volver, igual yo le mandaba encomiendas con
dólares, me enseñaron allá los artistas que con la pasta de diente, le


botas la pasta de diente y le metías los dólares, en el puro taco para que
no los robaran, también le enviaba cajas de mercaderías. Después me
dijeron mi familia que no mandara más, porque se las robaban en la
frontera de Perú con Ecuador, en Guaquilla.

Bueno, cuando vuelvo acá, me dedico a la música, ahí con el negro
Quintana quien se dedicaba a la salsa acá, cuando llegué acá conseguí
pega altiro con el dueño del Manhattan, los artistas venían de Argentina a
tocar el tango, las niñas y las chiquillas que andaban conmigo, se fueron
a cantar a Panamá y Costa Rica, les fue bien, después… tiempo después
a una la ví que venia a comprar cosas para Arica.

Cuando yo escuché por primera vez la salsa, me gustó mucho, el Perú
me encanta a mí por la salsa, por eso yo pongo muchos los videos que
traigo de Tacna, por que allá llegan salsa de distintos lados;
centroamericana, caribeña, puertorriqueña, cubana todos esos cantantes
que vez ahora; Marc Anthony, Oscar de León y los he visto, yo los
conozco en Perú y Ecuador cuando llegaba un show estaba allá, con
decirte que una vez cuado estaba por Ecuador, fui a ver a la Sonora
Matancera, estuve hasta con ellos, ahí donde se inició Celia Cruz, Tito
Puente y varios cantantes más, como yo era fanático de la sonora
matancera, me sabía todos los temas, recuerdo que ese día, como a las
cuatro de la tarde, los seguía donde estaban ellos y toqué con ellos
cuando preparaban sonido, ahí igual con esa calor tomando Whisky con
ellos… chis comía bien.

En Ecuador también tuve la oportunidad de trabajar con Chicho Asúa,
gran artista chileno, igual después pasaron varios artistas chilenos por
acá; Enrique Maluenda, Luis Dimas, el Pelao Buddy Richard, lo
acompañábamos allá y también la que trabaja con don Francisco; la
Gloria Benavides también, la que fracasó un poco fue la Palmenia
Pizarro, los Ángeles Negros también llegaban pero no eran tan famosos..

Después estuve un tiempo en Colombia, recuerdo que me preguntó un
colombiano allá; “oye hermano… cuando llegaste… cuando te vas” y le
dije; “como que cuando me voy… si tengo Visa de trabajo, mira” le
preguntaban así a los exiliados, creía que yo le iba a quitarles la pega en
Calí.

Cuando volví para Arica, una mina ecuatoriana que tuve allá, se vino
desde Ecuador siguiéndome y yo le dije; “ ¿por que te viniste?”… “es que


quería verte”, me dijo…mi mamá me preguntó; quien era esa mujer y yo
le dije; “no, si me trajo unos cigarros”… jajajaa…así es que la dejé donde
mi hermana, estuvo el día viernes y el martes la mandé al tiro, me siguió
la mina, estaba enamorada de mi, era cantante, las cantante me siguen a
mi, igual también me pinché a una panameña cuando estuve en Panamá,
también estuve con una Argentina, yo era internacional jajajaja.

Mi mamá no tocaba el cajón, pero cuando había una festividad lo tomaba
y se ponía a tocarlo igual, me recuerdo algo de algunas palabras que
decía mi mami Chela como; “curicurufa…este negro no es de acá”. A mi
mamá le gustaban todos los ritmos, bailaba; marinera, cueca… mi mamá
todos los bailes bailaba.

Hasta hoy sigo tocando algunos instrumentos musicales, hoy me he
dedicado a dar clases de órgano o piano, percusión y otras cosas mas, en
Lumbanga apoyo a los jóvenes para que tengan disciplina para tocar
percusión.


Mi nombre es Digna Zarela
Zavala Ríos nací el 14 de
junio de 1929 en el valle de
Azapa en Pago de Gómez,
en el sector La Palma,
cuando mi madre iba
bajando a vender verduras
para Arica en su burro
conmigo en la panza, justo
le empezó a darles
contracciones así es que se
bajó del burro, tiró su chal al
suelo y en una chilca se
recostó para sacarme a mi y
ahí nací yo, en plena chilca.

Mi madre se llamaba María Luisa Ríos Albarracín y mi padre Juan José
Zavala Fernández, mi mamá era de allá, del Perú y mi papá era de
Antofagasta, se conocieron aquí en Arica en calle Gral. Lagos, ahí
vivieron un tiempo y luego se fueron Azapa donde mi papá hizo una
ramada debajo de la chilca en una finca que se lo habían comprado a don
Carlos Werling, suegro de don Humberto Mozo, esa finca tenia puro
chañales, así es que mis padres tuvieron que limpiarla, no tenia nada de
frutales ni olivos, incluso parece que las plantas de olivo la trajeron de
Tacna.

Tenia nueve hermanos, yo estudié hasta los 12 años en pago de Gómez ,
murió mi padre y me tuve que venir pa arica a trabajar cuidando niños ,
recuerdo mi primer trabajo fue para cuidar la guagua de un Cónsul
peruano que era negro…no me acuerdo como se llamaba….el se había


recién casado y alcanzó a estar siete meses aquí y luego lo trasladaron a
Santiago, desde ahí empecé hacerme mujer, trabajando por todos lados,
fui lavandera, niñera, cocinera, costurera hasta fui bailarina , pero tengo
buena mano para la cocina, me acuerdo que cuando llegó el señor
Paniagua aquí a Arica trabajé en el Restorán de ese señor. Después
cociné en muchos lugares y la gente quedaba sorprendida de muchos
platos que no todos conocían como el ceviche con su camote y cebolla
morada, el picante de guata, ese de mondongo como se le decía antes,
cazuela, porotos con arroz, de todo hacía. Después cuando me casé ya
no trabaje mas, pero cuando el me dejó, yo empecé cocinar aquí en mi
casa para vender para la calle, muchos años cociné para vender, podía
haber tenido mi propio restaurante pero no había ayuda en esos tiempos,
menos pa una negra.

Tuve siete hijos, tres muertos y cuatro vivos; se fue el mayor que se
llamaba Alfredo, después una guagua de cinco meses de embarazo y
después una niñita de seis meses de nacida, dos hombre y una niñita, la
niñita murió de una fuerte diarrea o colitis, el otro el mayor le dio una lepra
en la pierna, se le salía los pedazos. Mi madre lo cuidaba, lo único que yo
sé es que en ese tiempo yo tenia un pinche (novio) entonces, había una
señora que estaba celosa conmigo y esa señora decía que el esposo de
ella era padre de mi hijo, entonces yo iba siempre con mi pinche a comer
a un restaurante junto con mi hijo y esta mujer mala le echó algo en el
plato de comida. Un curandero le dijo a mi mamá que al niño le habían
hecho la macumba, un mal y no tenia sanación, así es que poco a poco
se fue muriendo, saliéndose de a pedazos la carne de la piernita. Cuando
murió yo me fui de pena a Santiago trabajando de empleada.

Antiguamente arriba se hacían muchas cosas de brujerías y males me
acuerdo que un día a mi hermana Juana le enviaron un balde con
aceitunas y dentro del tarro había un bicho que estaba con mal.

A Carlos mi hermano, era bailarín de una comparsa de Morenos por allá
en Pago de Gómez, esos que bailan para las peñas y san miguel, el
bailaba de diablo en esa comparsa, un día hicieron tallarines cuando se
reunieron la comparsa y mi hermano no quiso comer pero se lo llevó para
la casa, al llegar a la casa se lo comió y al rato murió reventado todo el
estomago, el era muy mujeriego y por reírse de las mujeres le hicieron
ese mal.


A mi sobrina Nolfa, la suegra de su esposo le hizo un mal por medio de la
ropa, se hinchó como si estaba embarazada, dice que sentía los mismos
dolores cuando iba una mujer a tener hijo. Después de tanto sufrir
arrancando de aquí, finalmente murió en Santiago. Antiguamente volaban
muchas brujas por azapa, se subían al cerro y ahí volaban toda la noche.

Me acuerdo que había muchas cosas naturales para poder sanarse, dicen
que con el cuye, ese animal que parece ratón, lo pasaban por todo el
cuerpo rezándoles para que el mal que tenía se le traspasara al animal, al
terminar el rezo, el o la curandera abría el animal, así como una cirugía, y
salía todo lo malo que le habían hecho y también alguna enfermedad
natural que tuviera, finalmente moría el cuye.

Para sacar el mal del ojo, se pescaba una vela se rezaba para santiguarlo
y sacarle todo el mal de ojo. Otra cosa para sacar el mal del ojo, se usaba
el huevo de casa de preferencia de color negro y se le pasaba en todo el
cuerpo rezándole a la vez, luego, al terminar el rezo, se le echaba en un
vaso todo lo de adentro, donde salía en el medio de la yema una forma de
ojo y dependiendo del tamaño del ojo, era el mal que le habían hecho,
finalmente se iba a tirarlo lejos de donde uno vivía pero se votaba de
espalda.

La gallina negra también servia cuando uno paría, se le daba el caldo de
la gallina negra a la parturienta y las plumas de la gallina se quemaba y la
ceniza se le echaba al ombligo del bebe recién nacido.

También cuando te mordía el perro, tú le sacabas el pelo a ese mismo
perro que te mordía, lo quemabas el pelo y esa ceniza también se le
echaba en la herida y se te sanaba. El perro también servia cuando tenia
una herida, hacías que el perro te lamiera, te pase la lengua en la misma
herida y te sanaba. La leche de perra negra te sirve para el estomago
pero tiene que ser de perra negra, nunca te hacia mal nada ni tampoco te
enfermabas.

El gato servia para sanar el asma, tu matabas dos gatos, pero tienes que
ponértelo altiro apenas lo mates, lo abrías rápido y te colocabas uno
adelante por el pecho y el otro por la espalda, ahí se le vé después, en la
parte del estomago del gato, lleno de bichos, ya terminado todo, pescas a
estos animales ya muertos y lo lanzas de espalda en un lugar que nunca
vayas a pasar por ahí.


Para el reumatismo sirve esta hierba que se llama Altamisa más la hoja
de la trenza del ajo pero sin ajo y un poco de palque se hace hervir, le
echas un poquito de sal y te lo tomas. La Altamisa sirve también para
hacer lavado, dicen que las brujas lo utilizaban para hacer lavado en todo
el cuerpo para sanar a las personas.

La leche de burra servia para los sopladores, los pulmones, si es posible
burra nueva y negra.

Al chancho, cuando lo matas para comértelo, se le saca una tela bien
delgada que tiene en toda la guata, esa tela tu lo coses, lo hierves y ese
caldo te lo tomas y no te hace mas nada que comas, te protege el
estomago igual que la leche de perra.

El tiquiltiquil sirve para sanar las heridas a los animales, cuando los
caballos o los burros tienen el lomo malogrado, le machacas el tiquiltiquil
haces una pasta y se lo colocas en todo el lomo durante varios días y se
le sana.

La lechuguilla sirve para componer la sangre, se hace hervir y se toma, es
bien amargo.

El chiriri servía para tomar té, cuando está verdecito se ocupa para
tomarlo, antiguamente no llegaba mucho el té así es que lo utilizaban
como té.

La naranja agria servia para lavarse el pelo y la hoja servia para el
corazón, también se le hacía hervir.

La hoja del olivo sirve para la hipertensión y la aceituna amarga recién
sacada del olivo sin coser ni remojar sirve igual para la hipertensión.

La cáscara del chololo negro servia para el pelo también, tu coses la
cáscara y te sirve como bálsamo, era bueno sobre todo para las personas
que tenían el pelo chirivisco ……crespo, te quedaba suave el pelo y
también te lo cuidaba.

Cuando te da tirisia el jugo de la hoja del plátano te sirve mucho para
bajártela, la hoja del plátano tiene mucha agua..


Para la terciana o el paludismo, la hoja del nogal, mas cortabas una
naranja en cuatro y haces hervir con las hojas y así te lo tomabas, eso
hace que te quite todos los tiritones.

Para la tos el eucaliptos de hoja redonda… nunca uno tiene que dejar o
plantar el eucalipto en tu casa, porque o sino se te va el marido o la
señora, eso es lo que decían en Azapa.

Malvarosa servia para el dolor de estomago y a veces los riñones.

El pimiento servía para cuando uno hace chancaca del jugo de la caña de
azúcar, se le hecha una ramita para darle sabor cuando se le hacia hervir
la miel.

Siempre trabajé, yo misma crié a mis hijos, tenía un terreno en Azapa que
heredé de mis padres pero tuve que venderlo porque era muy difícil
mantenerlo, cuesta mucho que te ayuden para hacer producir la chacra.


Me llamo Lucia Huanca
Estoraica, nací el 25 de
septiembre de 1936, nací aquí en
Arica, mis padres se llamaban
Mariano Huanta Beltrán, el era
Boliviano de Villarroel y mi madre
se llamaba Antonia Estoraica
Albarracín, ella era morenita, hija
de José María Estoraica Rosas y
Jesusa Albarracín, me crié en
Azapa, vivimos en distintos
sectores, como el papá trabajaba
así, al día, de mediero,
pasábamos cambiándonos de
parcela en parcela por todo el
valle, desde pago de Gómez
hasta arriba.

Me acuerdo que allá arriba, mi abuelo tenia un terreno mas arriba de San
Miguel donde todo era puro peladero y no había casi nada de agua, mi
abuelo hizo un pozo para poder tener agua pá los animales y un día nos
dijo mi abuelo; que porque no nos íbamos pá arriba en la bajada del río y
aprovechar de cosechar en ese peladero. Mucha gente subía en tiempos
cuando bajaba el río y se ponían a sembrar hasta por cerca de tres
meses, hasta que se acababa el agua y luego se iban para abajo. Resulta
que cuando el río baja en tiempos de verano, ese invierno boliviano que le
dicen, baja el agua bien chocolate trayendo harto abono, en esos
tiempos, allá arriba, el río se salía del cauce y se metía por toda la rivera,
así que ahí muchos subían para aprovechar de cosechar.


Me acuerdo que cuando yo era mas chica que mis hermanos mayores; el
Opazo y la Elvira, los acompañaba a la escuela de las Maytas, al lado del
reten, ya que a mi me gustaba mucho la escuela. Luego cuando vivíamos
arriba, bajábamos en burro hasta San Miguel a estudiar, ahí estudié hasta
tercero de primaria, luego cuando pasé a cuarto lo hice en la ciudad, en
Arica, ahí en la escuela modelo. Teníamos una madrina que vivía por el
mercado central y ahí me quedaba para poder estudiar, pero viví ahí
hasta cuando estaba en sexto, porque resulta que donde mi madrina la
pase mal, me maltrataba mucho, me pegaba, estaba toda enferma, así
que le envié una carta a mi papá con una señora, era la señora de
Rosendo Gutiérrez me acuerdo, ahí le decía que no quería vivir mas con
mi madrina y me sacó de ahí, y se llevó una camioná de caña de Azapa,
esa caña hueca para hacer quincha. Me acuerdo que me hizo una pieza
al lado de Napoleón Kar, en la calle Ohiggins entre San Martín y Gallo.
Así pude terminar mis estudios, a veces mi mamita bajaba a
acompañarme y me traía cositas del valle. Luego me quedé en casa de
Napoleón Kar y seguí estudiando, me gustaba mucho estudiar, fui bien
aplicada, era la primera del curso, con decirle que hasta una beca me
gané para ir a estudiar a La Serena, para ser profesora de educación
básica, pero mi papá no me dió permiso, porque pensó que nunca mas
me iba a ver, así es que rechacé la beca. Luego seguí estudiando en el
comercial hasta segundo año, hasta que conocí a mi esposo…jajaja y mi
papá me sacó en noviembre por que no quería que tuviera nada con él,
tenía lindas notas, el director y los profesores no quería que me saliera,
iba a ser secretaria. Así es que mi papá me llevo a vivir pá Azapa y como
castigo, me hizo hacer 150 pozas de olivo.

Un día el esposo de mis hijos vino un día pal valle a insistirle a mi papá
para estar juntos los dos, pero al final le doblo la mano a mi papá de tanto
insistir y nos casamos, ahí fue cuando me fui a vivir Arica.

Ya casada, mi esposo igual tuvimos problemas, pero ahora con mi suegra
porque nunca me quiso por el color mío, siempre le decía que su hijo no
se debía casar con una negra, pero mi suegro me quería mucho , el decía
que no se ve el color de la piel, sino lo que hay dentro, no fue tan fácil mi
vida… mi esposo se dedicó al comercio para Iquique y un día se quedó
en Iquique y no volvió mas , se quedó con otra mujer, así es que me tuve
que ir donde mis padres en Azapa con mis tres hijos chiquitos. Luego, al
poco tiempo enviudé así es que me quedé definitivamente con mis
padres.


Cuando estaba en el colegio era buena deportista, mi especialidad era
lanzar la bala y también para correr, pero me dediqué desde los cincuenta
años. Actualmente estoy en el ranking…. nadie a rompido mi record en el
lanzamiento del martillo, desde el año 1991, ahí fui campeona
sudamericana…le gane a toda las mujeres de mi categoría que era
categoría 55, después, ese mismo año fue el mundial de seniors que iba
ser en Sudáfrica, pero lamentablemente no pude ir por el billete, así es
que la que sacó segundo lugar, que era de concepción, fué ya que ella si
tenia plata.

Mi mamá contaba que en las noches, en tiempos de la chilenización, ellos
tenían que esconderse por las noches para que no los matara la policía
chilena, dice que se escondían en los chañales en la hacienda grande de
Chong. Mi padres nunca quisieron arrancar al Perú, como sí muchos
otros lo hicieron, ellos aguantaron escondiéndose en los valles. Me
acuerdo que mi abuelo tenia terreno ahí cerca de esa escuela en san
marcos con general lagos, por ahí por lo corralones y en ese tiempo lo
perdió y nunca pudo reclamar esa propiedad.


Me llamo Carmelo Baluarte
Meléndez, nací en Azapa,
ahí en el mismo valle en la
hacienda de los Baluarte el
año 34 el 16 de julio, tengo
6 hermanos; 4 mujeres y 2
hombres, la hacienda era de
mi papá Manuel Baluarte,
era dueño de la parcela,
resulta que en el plebiscito
mi padre tuvo que huir a
Lima y se la tuvo que dejar
a cargo a don Ismael
Gandolfo la parcela, a este
caballero muchas familias le
dejaron las parcelas hasta
que pasara el plebiscito.

Mi papá estaba legalmente casado con otra mujer que vivía en el Perú y
resulta que cuando murió mi papá, vino esta mujer a reclamar
supuestamente lo que era de ella, en esos tiempos, a pesar que nosotros
éramos reconocidos, no teníamos derecho y resulta que esta mujer vino y
vendió la hacienda con unos hijos que tenia y nosotros tuvimos que salir
todos pá fuera, mi mamá y mis hermanos, pero resulta que mi papá ya
sabia que algo podía pasar y nos compró una parcela allá arriba por el
Km. 18 a nombre de mi hermana mayor la Inocencia, pero era pá todos
nosotros

Cuando niño estudié en Azapa en una escuela que había en la misma
hacienda de nuestra familia, resulta que mi taita le había dado este
pedazo al estado o gobierno para que se hiciera una escuelita, ahí


estudiamos casi todos; mis hermanas, primos, todos, me acuerdo que era
una sola profesora que se llamaba Sofía, ella era blanquita, parecería que
viniera del sur. En esa escuela estudié hasta cuarto primaria y después
mas abajo por el pueblo San Miguel, estudié quinto y sexto, después me
Salí a los 12 años de la escuela , me aburrí, me acuerdo un día iba
tempranito a la escuela y a mitad de camino me arrepentí y hice un hoyo
y enterré los libros, de ahí me fui a la hacienda de mi primo Andrés
Baluarte y le dije que quería raimar, eso para sacar aceituna del árbol,
como era tiempo de cosecha y mi primo me dijo; que ya pó, toma un saco
y hazte una comba y ahí hay una escalera , así es que contento pesque el
saco con una vara de granao, la redondeé y pesque el saco y así hice mi
primera comba, luego pesque la escalera y me puse a raimar. Mi mamá
no sabia que había dejado de estudiar, pero resulta que el día sábado era
el día de la paga, así que cobré y me fui adonde mi mamá y le di el dinero
y ella me preguntó que de adonde había sacado ese dinero, yo le dije; ¡de
la raima! , ella me dijo, ¡y los estudios!, ¡deje de ir! , le respondí, ¡voy a
volver cuando termine la raima!, ella se enojo y pescó un palo para darme
de chicotaso y yo arranque a donde la casa de mi hermana Inocencia y
me puse a vivir con ella hasta que se le quitara lo enojada a mi mamá.

De ahí ya no pare mas de trabajar, tiraba lampa, cosechando, en todas
las cosas trabajé. Después mi mamá me llevo pal Perú, en el Callao,
donde trabajaba mi hermano y ahí me puse a trabajar con ellos. Allá
vivíamos en el sector de Bellavista en un sector donde llegó mucho
chileno de Arica, a ese lugar se le llamaba los tarapaqueños.

Después me fui a Tacna como a los 18 años trabajé hasta los 20, hasta
que volví definitivamente para Arica. Aquí trabajé en la agricultura en
Azapa, después me fui al departamento de riego en el año 60 manejando
camiones en el canal del Lauca.

Después estuve manejando en las liebres para Azapa junto con el guatón
Butron, después manejé en los camiones aljibe y de ahí me fui a trabajar
en la junta de adelanto, después en la municipalidad de Arica y finalmente
me trasladaron a trabajar a la municipalidad de Putre, allá a mas de dos
mil metros de altura, viví mucho tiempo en ese lugar, al principio estaba
solo y mi familia estaba en Arica, pero al tiempo empecé a llevar a mi
señora y le puse un restaurante,, yo le ayudaba hacer comida para los
trabajadores. Después llegamos a tener tres restoranes, hasta que al final
agarramos la concesión de los militares. Nunca me afectó la altura,


mucha gente dice que “negro no canta en puna” pero yo no tenía
problema.

Allá en Putre, las tradiciones son distintas que las de Azapa, por ejemplo;
la cruz de mayo se le cantaba distinto incluso muchas veces llegaban
cantores azapeños a cantarle a la cruz, la gente lo iba a buscar hasta allá
por sólo cantarle.

Mi papá llevaba las compañías a las Peñas a cantar y bailarle a la virgen,
la compañía que llevaba era la que hoy día es la de los Hijos de Azapa,
esa compañía tiene muchos años, imagínese que cuando yo nací ya ellos
subían a bailarle a la virgen.

También mi familia, los Baluarte, éramos y somos muy devotos del santo
patrono San Miguel que se celebraba en el pueblo de Azapa Grande, mi
familia era como los dueños de este santo, ya que ellos organizaban todo
para la fiesta donde todos los pobladores del valle iban a saludarlo. Esta
fiesta empezaba el 27 de septiembre y duraba una semana, me acuerdo
que a las 12 del día 29, Anacleto Baluarte hacia explotar dinamitas para
que se sintiera en todo el valle y así avisar que empezaría la misa
principal. Luego se hacía procesión y por las noches se bailaba en las
ramadas que se instalaban a las afueras de la Iglesia, yo te estoy
hablando de hace como cincuenta año atrá.

En los carnavales me acuerdo que la gente se disfrazaba de varios
personajes; la viuda era un hombre y andaba llorando al lado con su
comadre, luego había el patrón ese que iba guasqueando a los que
bailaban con un látigo, el carnavalon era otro personaje, pero hecho de
trapo. Me acuerdo que en la comparsa se tocaba quijada de burro,
guitarra, porongos largos esas calabazas, le echaban semillas , algo así
como esto que les llaman maracas, el cajón solo cuando estaban en las
casas y el bombo grande y chico; estos bombos se hacían en las mismas
casas, al grande se le cortaba un tambor de lata por la mitad y se hacia
una argolla con palo de granao y se tensaba el cuero de llamo que era
mas grueso y el tambor chico era igual, pero con cuero de chivato, tenían
cuero por ambos lados, son muy parecidos a los que tocan los indígenas.
También cuando apareció el terciado se hacían los bombos de eso.

En esta fiesta de carnaval cuando se velaba en las casas a carnavalon,
se cantaba el tumba carnaval, se hacían redondelas donde el hombre iba
detrás de la mujer, intercalaos, y la comparsa cantaba los versos,


nosotros los hombres y las mujeres contestaban con el mismo verso y en
eso las mujeres nos tumbaban con sus caderas a los hombres. Después,
el último día de carnaval, se subía al cerro a enterrar a carnavalon, en eso
ya todos teníamos nuestras parejas que habíamos conquistado durante la
fiesta, si po, el carnaval servia para buscar amores, ese último día lo
enterrábamos y subíamos a la viuda arriba del burro y bajábamos a seguir
la fiesta.

Hoy día vivo en la ciudad de Arica, muchas veces pienso que hubiera
sido, si mi padre no hubiéramos perdido todos los terrenos que teníamos,
es una pena, lamentablemente a veces por el color creen que uno es
tonto. Por que somos negros, muchas veces teníamos que agachar la
cabeza y eso no era bueno, estaba malo.


Me llamo Marcos Segundo
Carrasco Corvacho nací el
20 de diciembre de 1919

(Q.E.P.D 11 marzo 2010)
nací en el valle de Azapa,
mis padres fueron Adelina
Corvacho Ugarte y Marcos
Carrasco, mi papá vino del
norte, el era blancon, mi
mamá era morena hija de mi
abuela Juana Corvacho,
estudié en las maytas ,
estuve muy poco , primer
año o segundo, de chiquito
me puse a trabajar, me
acuerdo que donde
Belaúnde trabajé cortando
plátanos para darle a los
chanchos y después de ahí
me fui mas abajo, donde
Gandolfo a trabajar.
Ahí un día me hice una herida en el pie, la yegua me golpeó y don Ismael
Gandolfo me decía que vaya al santuario para que se me sanara la herida,
desde ahí no paré nunca de ir a la virgen, me sané. Cuando me compraba
auto nuevo, iba a agradecerle a la virgen.

Trabajé en los pozos covando para sacar agua, un día Ángel Blas me dijo
que me fuera a trabajar en Sanidad y de ahí me vine de Azapa a la ciudad
a trabajar, ya ahí me casé con Vicenta Alfaro Bravo, la conocí en las


Maytas, ella trabajaba en la escuela de ese pueblo, ella también era
morena.

Al tiempo entré a trabajar a la mosca azul, ahí estuve 17 años, trabaje en
el valle de Azapa colocando cebos para la mosca, también me mandaban
pá la frontera a requisar los quesos, las mantequillas, las paltas que
venían de Tacna…. luego jubilé y me compré un auto pá trabajar, soy uno
de los fundadores de la línea de taxi para azapa, se llamaba Valle Verde,
éramos puros morenos los que fundamos esa línea de taxi…puro
azapeños. Ahí trabajé por muchos años….. Ahí le ponía mi pencaso pá
trabajar jajajaja... no aguantaba y todos los días partía a tomarme un
pencaso, así trabajaba con ganas, nunca caí preso.

En esos tiempos el fisco me había pasado un terreno en el sector de
Sobraya en Azapa, ahí plantaba de todo, cuando trabajaba en Las Maytas,
al mediodía me iba a caballo hasta arriba para ver la parcela, pero me
aburrí, mucha envidia por las demás personas, así que lo entregue,
devolví la parcela.

Ya casado, yo vivía en Azapa y le arrendaba a Humberto Palza unas
piezas aquí en Arica, ahí por el hospital mas abajito, era pá que mis hijas
pudieran estudiar en el grupo escolar. Luego me fui a vivir después de
haber vivido en varios lados, un día Humberto Palza me dijo que me fuera
a vivir en un lugar donde estaban entregando sitios y desde esa vez estoy
aquí en mi casa, nunca mas me moví de acá, aquí en Loa con Chapiquiña.

Los años que trabaje en el taxi para Azapa, nunca se me apareció la
novia, a otros si se les apareció, pero a mi nunca, según cuentan, esta
mujer se volcó en el camión de Félix Zegarra hace varios años atrás, esta
mujer iba a casarse a las peñas y su novio la estaba esperando pero
nunca llegó porque se accidentó antes de llegar al pueblo de las maytas,
en el sector que le dicen “mata zorro”. De ahí dicen que la novia aparece
en el valle de Azapa a los taxistas, pero a mi nunca se me subió a mi auto,
a lo mejor cuando se me subió andaba copeteado jajaja.

Mi familia tiene un baile religioso de Morenos, se llama Sacramento, le
bailan a la virgen de las Peñas, la fundó mi hija la Edith, yo fui los primeros
años bailando, era chuncho, vestido con mascara, con pantalón y corbata,
habían otros que se vestían de diablo con máscara, su capa y su trinche,
estos diablos bailaban junto a las compañías de morenos, ellos estaban a
cargo de ordenar la comparsa, eran bien jodidos esos diablos , cuando


pasaban por el pueblo, con el trinche le robaban las sopaipillas o los
picarones a los comerciantes.

Me acuerdo cuando niño acompañaba a mi mamá a vender en burro hasta
Arica, la ciudad, vendíamos guayabas, camote, leña, leche de burra y
otras cosas. Mi mamá ganaba plata porque era curandera de huesos,
arreglaba fracturas, así es que aprovechaba de vender y arreglar los
huesos… ¡Ahora que hace falta mi mamá!, ella con una copa le colocaba
donde estaba la fractura y le sacaba lo malo. Me acuerdo que una vez mis
hijas con mi señora se dieron vuelta en un camión en la subida de las
Maytas, en el camión del chato Terrazas, la señora de este señor, pescó el
camión porque su esposo estaba tomando en San Miguel y mis hijas con
mi señora se subieron al camión porque tenían que venirse a la ciudad,
esta señora no sabia manejar muy bien pero igual se arriesgó y mis hijas
con mi señora también, iban por la subida del camino de las Maytas y fue
ahí donde el camión subió con una marcha que no era para subir y se le
apagó el motor hasta que se devolvió para abajo dándose vuelta, ahí me
fueron avisar y fui corriendo en un caballo, menos mal que no les había
pasado nada, la gente las querían llevar a la posta y les dije que no,
porque mi mamá se encargaba de curarlas de los golpes.

Hace tiempo me pusieron de sobrenombre “Pisoro” , mis familiares de la
corvachada me lo pusieron, no se porque, creo que por raja diablo que
era… jajajaja… pero nunca supe porque me pusieron así.


Me llamo Augusto Barrios
Carrasco, nací el 31 de julio
de 1931, mi madre se
llamaba kenita Carrasco
López y mi papá se llamaba
Sebastián Barrios Corvacho,
Era de los Corvacho y mis
abuelos paternos…. uy, ya
no me acuerdo ya, era
Barrios, mi abuela si me
acuerdo de la abuelita que
era la mamá Corvacho, no
me acuerdo de mi abuelita.
Yo la relación qué tenia con
la tía Julia Corvacho era de
que ella era mi tía por mi
mamá.

Yo tengo 5 hermano, todos somos del mismo padre y madre, primero
viene Zunilda, que parece que ella era la mayor, después viene
Hermogenes, después Teresa Barrios que también se fue para arriba,
después viene Agusto que soy yo, después viene la Nelly, ella está viva.

Yo tuve tres hijos sus nombres son; la mayor, María Barrios Cáceres, el
segundo Sebastián y después Elizabeth solo tuve tres no más, mi señora
se llamaba Rosa Cáceres ella era chileno -peruana radicada allá. En el
tiempo del plebiscito, sus padres llegaron del sur del Perú, ella era
Blancona.


Yo estudie en Azapa por las Maytas, ahí me críe también, por el sector de
Sobraya cuando niño también viví allá y estudié también, yo llegué hasta
quinto básico, no seguí estudiando por que empecé a ayudar a los viejos,
ya no me podía venir para Arica, allá era hasta quinto no más.

Mis papás plantaban generalmente tomates, lechugas y hortalizas, mi
papá era el dueño de la parcela, su mamá, mi abuela, se la dejó en
herencia por que él la trabajaba. Con respecto a lo que pasó con la
parcela, no voy a entrar mucho en detalle, un tío vendió la parcela y se
fue al Perú como se llamaba… ah, era mi tío lucho, no espera mi papá
se la vendió a mi tío lucho parece, por eso te digo no te puedo detallar
mucho de lo pasado, pero lago raro pasó ahí.

Yo me vine a Arica a los 14 años, tuve la suerte que trabaje en la caña de
azúcar en Azapa, bueno, yo tuve la suerte de que alcancé a trabajar la
caña con Cornejo Albarracín, el Pedro Chañal, él estaba a cargo de la
molienda, era jefe. Todos hacíamos distintas funciones yo cargaba, había
otro que cortaba, en ese tiempo se usaba la carreta, era como el chofer
iba a cargar la Caña y la traía para la molienda, había otros que vaciaban
la caña, también hacíamos guarapo, el Guarapo no se como se hacía, yo
tomaba no más…. El guarapo es como una chicha y era dulcecita por que
también era hecha de caña, pero siempre me tomaba dos vasos, solo
para la sed no más, yo solamente cargaba no más. Harta caña había en
Azapa, ahora se acabó, aparte que murió Juan Choa, el último que tuvo
molienda.

En Arica trabajé en el puerto, ya cuando se fue mi papá y quedo sólo, así
es me fui al puerto a trabajar, bueno, yo en el puerto hacía por ejemplo;
venían muchos polimetales, entonces ese era el trabajo nuestro,
descargar los barcos como las bodegas que habían y venían en tren. No
recuerdo cuanto tiempo trabajé ahí por que fue hace tantos años y
después me casé, ahí después junté plata, claro era el tiempo de este
caballero Pinochet, ahí ya dejé de trabajar en la cuestión del puerto, ahí
me compre un auto y después una camioneta CR-30, la cual era para
andar en la carretera.

Yo soy uno de los fundadores del taxi Arica – Tacna, con otra persona
que ya se ha ido, ya con otra persona más claro de piel que yo, fuimos los
fundadores con Ignacio, que ya no me acuerdo mucho del nombre, no
había pista, había un camino lleno de calaminas para ir a Tacna, en ese


tiempo era huella prácticamente y con Ignacio empecé a pedir una huella
de Chile a Tacna, así es que empezamos a reparar esta huella que
también ya venían de Tacna para acá. Estamos hablando de 45 años
atrás, después yo empecé a trabajar en la línea que creamos en ese
tiempo, se llamaba ADSULIATA, en ese tiempo si no me recuerdo éramos
ocho.

Yo llegué a ser presidente en una época de esta línea. Nosotros llegamos
a tener cinco autos por un chofer, los manejaba yo no más me gustaba
tener uno dos o tres así. Si, prefería tener varios autos y trabajarlos yo no
más, cómo era joven yo tenía trabajo mío, de ese tiempo ya no quedan de
esos tiempos nadie, solo quedo yo, después llegaron otros.

Tengo algunos familiares en Lima, Julio Barrios después Jacqueline, que
es familiar de quién iba a visitar varias veces, ahí en el Callao existía
mucha gente Ariqueña que se fue para allá….nunca se perdió la relación,
sí con los hijos de mi tío de los que se fueron a Lima, el se fue a vivir allá,
no quiso quedarse en Arica…se fue a Lima por esos tiempos…mi familia
vive en la Avenida Buenos Aires, el Callao antiguo es ahora el Barrio
Bellavista y Buenos Aires es una avenida como decir Santa María el gran
Callao, yo conozco, tengo hartos amigos allá también.

Me acuerdo que en Azapa, igual nosotros teníamos un Equipo de Fútbol,
el Alianza y desapareció después de Azapa, sólo se que le decía Alianza.
Su camiseta era roja con líneas negras, igual yo jugaba con Márquez y
Telente, siempre jugaba de once de delantero…después yo jugué acá en
los viejos Cracks y de hay jugaba en San Cristóbal, llegué a jugar hasta la
edad de 62 años en los viejos Crack, de los 17 años jugaba.

En mi vida también tuve oportunidad de viajar al sur ahí por una parte que
llaman la laguna de Acúleo, es de Santiago para adentro, cuando
llegamos hasta Santiago, hasta ahí era la cuestión del paseo para allá y
era muy rico, entonces donde estábamos alojados fuimos a comprar el
vino, eso si siempre, nunca pensaban que era chileno, decían que era
extranjero, yo les decía que sí, que era de Arica, aunque casi todos
éramos de color los que andábamos.

Yo sabia bien que descendemos de Africanos, pero se conversaba poco
entre la gente, nunca me dijeron negro como algo insultante, aunque


nunca falta que a uno le digan negro de mierda, aunque dentro de los
mismos negros nos llamábamos así, era normal, nunca me fui a los
golpes yo era de boca no más y toda la aniñada.

Nosotros somos de familia alta, mi papá era alto, yo mido como 1, 85
cms, igual la estatura me sirvió para dedicarme al deporte, corriendo
pude conocer Antofagasta, había un zonal en Antofagasta había que
correr cinco mil y 10 mil metros acá e iba a Antofagasta a competir, en
ese tiempo fui de la selección de Atletismo de Arica no gané, pero salí
como cuarto parece.

Hoy día tengo otro nieto que esta en el deporte que juega en Deportes
Arica y ahora está peleando por ir a la selección sub. – 17, quedaron de
responderle si queda dentro de los veinte seleccionado, pero mientras
sigue entrenando por deportes Arica.

Bueno igual yo me acuerdo de los carnavales antiguos andaba jugando
en las Maytas en la Rivera yo me acuerdo que íbamos y que había bailes
y toda la cuestión, no los recuerdo bien, se jugaba con membrillo y
granada también y otras cosas más, yo participé mucho en los bailes,
igual a mí me gustaba cabalgar veníamos con mi tía, no era jinete pero si
tenía caballo.

Había mucha mezcla de gente en Arica antiguamente, hasta hoy, por eso
que tu ves blancos con negros, negros con indígenas y así, hay de todo
acá.


Me llamo Octavio Cecilio
Butrón Corvacho, nací el
22 de noviembre de 1932,
tengo 79 Años, me
inscribieron después como
dos años después de
casarse mis papás y la que
me inscribió fu mi abuelita
me tuvieron así no más… a
pura pata pelaá andaba
pateando…

Mi mamá se llamaba Julia Corvacho Ugarte y mi papá Felipe Butrón
Butrón, mi abuela materna se llamaba Juana Ugarte y mi abuelo paterno
es Corvacho, pero no me acuerdo el nombre yo no lo conocí, pero la
tumba de él ya no existe en San Miguel por que hicieron las calles y ese
terreno hay que reclamarlo, donde estaba mi abuelita enterrada ahí en
mármol.


Nosotros somos 13 hermanos, seria primero la Gladys, después el
Miguel, yo seria como el 10 y el Gonzalo seria el último a él le dicen
Carincho sin amor el que trabaja en los camiones le dicen así por papurri
jajaja.

Yo no he estudiado mucho, en las Maytas estuve estudiando unos meses
no más, es que el burro me hacía cagar a patadas… me empezaba a
patear, a patear con el chivato.

En las Maytas habían chivatos, habían caballos también y burros bonitos
todos, y millonarios también, pero ellos eran fachos, no andaban en
caballo, andaban en auto, yo tenía una carreta, mi burro se llamaba
picaflor y pisker mi perro, después se fue al regimiento este animal, se fue
a meter donde los milicos y el perro se arrancó, después lo ví desfilando
en Arica al perro ahí estaba con la banda de guerra de los militares, lo
que pasa es que los milicos iban al sector de Alto Ramírez a realizar
campaña, ahí se quedaban una semana en campamentos, fue ahí donde
se fue este perro jijunas porque le daban mejor comida jajaja.

Después al burro Picaflor lo cambiamos por un chivato por que estaba
viejo el burro y además el burro era flojo… se soltaba y tenía que estar
detrás de él, se pisaba a las burras y tenía que estar detrás de él. Yo lo
ocupaba para pasear y para ir al gallito para transportar agua. Yo el agua
la llevaba en lata en esos como se llama… en esos barriles de madera
esos chivatos de cuero y los metía ahí.

Yo no me críe con mi viejo y mi mamá tampoco me quería, yo vivía con
los Osorio familiares míos eran. También bajaba con el burro picaflor
acompañando a mi Tía a vender verduras, llegábamos al Lazareto por
que los animales iban a tomar agua, ahí había un aguadero y también era
el paradero, los maldadoso de Arica le echaban no se que al burro y
salían arrancando. Después con mi tía íbamos gritando ¡naranja,
naranjas, camotes, leche de burra, choclos!, yo no gritaba mi tía lo hacía,
yo iba como wueón atrás, era el chofer de los burros no má. En el
mercado central se entregaba la leche de chiva, la leña y lechuga.

Mi mamita Julia Corvacho también bajaba en burro a vender verduras a la
ciudad, fue la primera comerciante y la más grande que hubo, iba para la
hacienda grande, vendía harto la negra oh. Era una comerciante grande,
les vendía a los camioneros que venían de Antofagasta. Mi mamá era
como los que hoy hacen los embarcadores, estos sureños que andan


ahora por Azapa comprando por todo el valle, así mismo hacía mi vieja.
Hoy se ven camiones cargado de verduras, eso lo hacían los burros no
más. Ella venía a venderla mercadería llena de tierra jajajaj… claro y
después llegaba enojada por que al burro se le metía la tierra en la orejas
y al burro no le gustaba, y te llegaba a morder por que le tocaban la oreja
al burro cuando le querías sacar el polvo, era más malo.

Mi mamá Julia, se traía harta mercadería para revender en Azapa y
también harto trago, todos los azapeños venían a comprar y a tomar
también, hacia una fiesta, así era mi mamá y tenia cualquier cuerda, tenía
una victrola y se ponía a bailar la negra, con una escoba esas que usaban
pá barrer, esas que se hacían de palmeras, a la palmera también le
ponían ramas y después la amarraban.

Yo soy criador de gallos de pelea, hasta ahora lo sigo siendo, aprendí
sólo a criar gallos. Antiguamente había un coliseo en la calle Chacabuco,
por ahí por Esmeralda estaba el huaso Mendoza, ese fue el primer
gallero que había y todos se fueron para allá, ya que donde Garibaldi
mataban a los perros y los enterraban para luego darles los gusanos a los
gallos que salían de los perros muertos. También tenía Salvador Humire,
era negro, se fue para el Perú.

Yo empecé a criar desde los trece años, les ponía traba para dejarlo igual
que el cordero, yo no los criaba en jaba, lo amarraban de la pata como a
la antigua. Aprendí yo mismo a pelear, hasta el Casimiro Palza tenia
gallos de peleas, el papá de Humberto Palza el senador. En esos
tiempos uno apostaba 50 centavos.

Para criar un gallo, uno lo empieza a criar si está bueno, como al año lo
tira para pelearlo. Un gallo te puede durar varios años si lo cuidas bien, yo
tuve uno bien bueno, el gallito “Peter”, fue el mejor que tuve, también
tenia al “Llamo” que fue bueno, tenia el cogote largo y lo tenia torcido, ese
entraba y los mataba al tiro, un día le tiraron dos en una misma pelea por
que le tiraron el gallo y el Llamo lo mató al del tío José Martínez, le
dijeron; no se meta con Butrón y entró… pum pum, muerto el gallo, el
gallo en la misma cancha no lo saqué y el gallo se mató dos al tiro. Gallo
que moría se hacía picante, si gallo que moría a la olla, menso plato de
picante, ahí cocinaba la Edith y la Victorina Q.E.P.D. esas negras
cocinaban muy rico las cazuelas y los picantes, todas las negras son
buena pa cocinar.


En Azapa, las peleas más se hacían en casas, decían; ¡vamos para tu
casa! y eso fue, ahora último pelean en la parcela no más, hay un gallo
bueno para pelear altiro no más se prepara la cancha y se pelea.

Hoy en día sigo criando, pero más de lujo no más por que ya no hay
peleas de gallos, por que como ahora salió lo de la sociedad protectora
de animales. Ellos no entienden que los gallos solo se matan sino los
tienes separados, nacen así.

Antes yo pertenecía al Sintralo, era un sindicato de fleteros, una vez en el
año 72, nos citaron para que compremos camiones, entonces por
intermedio del presidente Allende, la mitad la iba pagar el gobierno y la
mitad nosotros. Así es que empezamos a ir de a pocos a buscar los
camiones a Santiago, ahí siempre se acomoda la directiva primero, a
nosotros nos tocó justo pal golpe, llegamos a la capital el día 10 de
septiembre, éramos como diez personas, cuando llegamos tuvimos que
comprar los cordeles, todo el camión estaba con carrocería, tenían que
entregarlo completo, el mío era rojo, uno bonito. Tuvimos que pagar una
plata y era entregar no más y cuando fuimos a hablar con el presidente en
la Moneda, con Salvador Allende, como se decían… ah compañero. Ahí
nos entregaron las llaves de los camiones y en el mañana quedó la cagá,
ví los tanques en la calle,… que chucha era 19 de septiembre andaban
los tanques y se escuchaba tekkekeke las metralletas en ese tiempo.

Ahí tuvimos que devolvernos pelados, muchos reclamaron y le dieron la
plata a los que eran dirigentes no más y que tenían abogados, al final me
quedé sin plata y ni sin carro, sin ninguna wuea. La carpa quedó botada
en la carrocería en Santiago. Yo nunca reclamé, ¿que iba a saber?, si mis
hijos eran cabros chicos, si estuvieran grandes ellos hubieran reclamado.
Pá mas remate se perdieron los papeles, se quedaron en Santiago y pá
buscarlos, ya se murieron hasta los dirigentes, ya del Sintralo son
poquitos los que van quedando por que ya todos se han muerto.

Después cuando me venia por tierra y en Copiapó nos pescaron, nos
hicieron bajar y me sacaron la chucha los pacos, creían que era cholo por
el color de mi piel, los milicos me decían que no era chileno, que era
Cholo, yo soy Azapeño le decía, le dije que era primo de Humberto Palza
Corvacho, que ese tiempo estaba de Diputado, ahí me soltaron, en ese
año era diputado el Humberto no era bueno nombrarlo, aunque me
dejaron tranquilo igual.


Al final, nunca recuperé la plata que invertí en el camión por culpa del
golpe militar, lo perdimos todo, así que entré a trabajar a Lombardi y
hasta ahora estoy ahí trabajando de capataz. Si hubiésemos tenido ese
proyecto, nuestra vida seria otra, tendríamos tres a cuatro camiones a lo
que seria antes por que los transportistas de ahora valen callampa.

Antiguamente había muchas brujas y brujos en Azapa, con decirte que
había un lugar en el camino viejo a la altura del km 10 que se le llamaba
“malaya” donde los burros no querían pasar. Una noche, tenia a mi hija
Rosa recién nacida, para el cumpleaños de mi mamá, devuelta como a
las cuatro de la mañana me levanté y me vine con mi señora y mi hija, la
envolvió mi señora y me la llevé en el caballo, cuando íbamos cruzando al
río al frente de malaya, salió un chancho así de grande y la Yegua no
quería pasar patadas prruuuuu, se hacia para atrás se asustó y el
chancho nada, necesitábamos cruzar y la yegua no cruzaba, mi señora
asustada porque estaba con la guagua me decía; “dile a Dios que te
ampare” lo único que decía ampárame señor y así desapareció el
chancho, adonde se habrá metido, quien sabe, pero de la nada salió y se
decía de que la fruta se transformaba en chancho o en pato.

Una vez compramos un gato, había una señora que compraba los gatos a
uno se le ponía en la espalda de uno para que absorba todo lo malo, me
habían hecho un mal por desordenado que era, me acostaron en una
mesa grande y me empezaron a rezar con el gato pasándome por mi
cuerpo, de repente el gato murió en el cuerpo mío.


Mi nombre es Justina
Cornejo Cornejo, tengo 70
años y nací el 1 de enero de
1940. Mi madre era morena
y se llamaba Andrelina
Cornejo Albarracín.
Tuve 7 hermanos, yo soy
casi la penúltima seguimos
siendo tres…bueno yo me
críe en varios lugares y nací
en Sama, no me acuerdo el
pueblo, nací un poquito más
abajo, por donde hay una
cruz plástica más o menos,
no me acuerdo y de ahí que
nací, dice una prima que me
regalaron, que me dieron
como criada y yo tendría
unos tres años o cuatro
años…

Ahí yo me fui con un hermano que se llamaba Irenio a Lima con estos
patrones, con estos caballeros, mi mamá me tuvo que haber dado, me
dieron a unos… no me acuerdo bien, europeos blancos eran, de ahí
estaba como una empleada, dormía bajo una escalera.

Un día salí con mi hermano a comprar en Lima y se me perdió mi
hermano y de ahí ya no lo ví nunca más a mi hermano, también era
chiquitito… después recuerdo que nos vinimos a Copacabana, por que
algo recuerdo yo donde había una iglesia grande, unas bolivianas con
pollera, había unos como esos … que se venden que yo de repente que


me acuerdo. En ese lugar me mandaban a pastear ovejas, los mismos
patrones me mandaban a pastear todo el día, me mandaban con unas
ollitas chiquitas a llevar unas ovejas y unos chivos a pastear y después
de ahí cuando me tocaba lavar había una batea de lata chiquita, entonces
granizaba y se ponía nieve, yo me acuerdo que con una piedra y después
cuando había una acequia, yo jugaba con sapos, aunque fue muy triste la
vida de niña que yo me acuerdo.

Con los años llegué a Tacna… cuando llegue yo acá a ver… como a los 8
años 9 años de edad más o menos ahí recién yo conocí a mi mamá. En
realidad me trajeron a Tacna, si me acuerdo hasta de la casa, fue la
misma señora que me llevó a Lima la que me trajo y me entregó a mi
mamá, yo no sabia que era mi mamá, lo único que yo trataba de
recordarme que había sido mi hermano, yo nunca supe nada de él…
tampoco nunca supe porque me regalaron o me vendieron, quien sabe.

Mi hermano se perdió en un mercado grande que había cuando
andábamos los dos por Lima, yo llegué sola y mi hermano no llegó, bueno
con los años yo llegué acá con mi madre me he puesto a estudiar en el
colegio, en el San Andrés, después ya me casé, después vine a conocer
a mi papá, el era Corvacho, en ese entonces me di cuenta que yo era una
arrendada, trabajaba como si fuera una esclava chiquitita. Esto con el
tiempo lo pude entender.

No eran muy afectivos estos patrones de Lima, no me hacían cariño, con
decir que yo dormía debajo de una escalera y yo sentía el olor de la
parafina, además nos encerraban con llave, bueno yo tampoco tenia
derecho a estudiar y éramos niños ni siquiera podíamos jugar, aunque yo
igual jugaba con los chivatos, ahí por Copacabana para la sierra, me iba
en la mañana y llegaba en la tarde, me llevaba a los chivatos y los traía a
encerrar. Si yo me equivocaba en algo me retaban, en Lima me pegaban
por que meaba la cama.

Yo lloraba por mi hermano que se me perdió en Lima, nunca más supe de
él hasta que me trajeron a Tacna, yo recién cuando me casé vine a
encontrar a mi hermano y fue por mi mamá, por que le dijeron a ella que
conocían a un niño que era Corvacho y que lo tenia una señora, una
madrina que lo había encontrado y esa señora lo había criado a él, la
madrina lo quería mucho a él era como un hijo de ella y le dijo a mi mamá
que ella podía hacer contacto, le dijo que manejaba la micro que va para
Lima y le dijo que en Ormeño trabaja. Con los años llegó a Tacna cuando


yo estaba ya casada, con hijos vino para acá y ahí lo vine a conocer, y
conversamos de cómo el se perdió, el se extravío, lo encontró una señora
y se lo llevó para la casa, al final tuvo un lindo destino por que la señora lo
adoraba.

Yo me críe acá en Arica no en Azapa e iba si para Azapa donde mi
abuelo que se llamaba Pascual Cornejo y estaba en la hacienda Sabona,
ahí trabajaba mi Abuelo, cuando trabajábamos para allá mi mamá nos
mandaba para allá… entonces yo con mi prima salíamos de la hacienda
Sabona a pie hasta Sobraya y los veíamos andando para allá y mi tío
siempre se escondía.

Mis estudios fueron hasta tercero básico no más, por que siempre mi
mamá me sacaba de la escuela se iba a Tacna, mi madre si era chilena
pero le gustaba irse a Tacna…bueno en Arica vivíamos en Silvia
Arriagada, después nos cambiamos a Colón y después me vine para acá
cuando conocí a mi esposo, siempre andábamos arrendando con mi
mamá y tenia a su marido, el cual era mi padrastro, después que se casó
con él, siempre me mandaba a trabajar, ella estaba en la casa me
mandaba igual a comprar, recuerdo que me decía; “anda a comprar
carne”, en ese tiempo cuando existía la moneda del escudo, me pasaba
retando por que me daban poquita carne y me decía que vaya a devolver
la carne a esos tal por cual entonces, yo iba y me paraba al lado del
mostrador, bien paradita y la carne siempre la ponían en filita en el
mostrador, entonces, apenas se descuidaba el carnicero, le robaba la
carne, le robaba un pedacito y me lo echaba a la bolsa para evitar que no
me pegaran mi mamá, así es que me iba a la otra carnicería y a la otra
carnicería y hacia lo mismo y una vez que ya estaba pesadita, le decía; ya
mamá, ya lo devolví y acá esta la carne, pero generalmente siempre tenia
que hacer eso o sino me chancaba.

A los quince años tuve a mi hijo mayor y ahí conocí a mi esposo Enrique,
me acuerdo que me ponía al balcón con mi guagua por la calle Colón y
entonces como yo tenía mi niño, mi guagua, mi mamá igual me pegaba y
entonces me iba al balcón, era alto, y miraba y siempre me decía; “como
esta noche no pasa un carretero para irme esta noche” y esto era por que
estaba aburrida, por que me pegaba y, justo paso este caballero y lo
miraba de ahí mi mamá me mandó a comprar parafina, él trabajaba en la
calle 18, en una esquina había una bomba, ahí yo lo conocí y me dijo yo
conozco a tú mamá, ya le dije, lo invite para la casa a tomar té y
después me dijo; “vamos al teatro, me llevó al teatro” y le dijo a mi mamá


Angelina a lo que termine me traería devuelta y cuando llegue… ta-ta-ta…
la puerta no me la abría nunca mi mamá y ahí en enrique me dijo;
vámonos para mi casa, mi guagua estaba adentro y no me la abrió nunca
la puerta y que iba a hacer, yo parada en la puerta, y al otro día el me
trajo, fui a ver mi guagua y no me la quiso dejar ver mi mamá, no me la
quiso pasar y después ella se quedó con mi hijo, siempre me lo traía en
las tardes para acá y no me lo dejaba, yo me junté con Enrique y después
empezamos a vivir como familia hasta que nos casamos, cuando nació mi
hijo José, después nos casamos fue un historia tragicómica por que
fuimos a casarnos y no llevamos testigos y no sabíamos nada nosotros,
ya Enrique estaba solo por la muerte de su mamá, en la salida
encontramos a dos personas, ahí encontramos los dos testigos, entonces
me preguntaron “¿usted no quiere hacerse chilena? Yo le dije; no para
que si son todas mis familias es peruana, todavía en ese tiempo no tenia
residencia. Bueno, el permiso para casarme me lo dió mi mamá por que
yo era menor de edad, no me costo que me diera el permiso, me lo dio
altiro mi mamá como queriendo decir me deshago de esta negrita, un
cacho menos….igual fue muy triste mi vida, yo de repente lloro porque me
hicieron trabajar de niñas, no pude jugar con muñecas, no tuve una
infancia de niña.

A otro hermano mío que falleció, también lo dieron para trabajar con otra
señora ahí por donde estaban los juzgados, también trabajó un hermano
que se llama Manuelito, la señora lo quería harto y siempre que me veía
me decía… Hola ¿cómo estas?, siempre ella me preguntaba por mi
hermano, lo recordaba mucho, no se a que edad se fue mi hermano a
trabajar por que yo lo vine a conocer a él grandecito, a lo mejor esa es la
razón por que somos tan desapegados, por que no había una
comunicación, no había una persona que nos uniera, se murió el papá,
triste fue para mí, muy triste, ahora yo estoy saliendo de eso es como que
lo he superado, a veces me daba una fuerte depresión me ponía a llorar,
por que me daba pena por mis hermanos, con mi hermana me daba
mucha pena por que ella es más blanquita que yo, salió del color de mi
papá, es más clarita. Dentro de mis hermanos yo soy la más negrita al
igual que otro hermano, el boxeador, era más negrito el Alfonso, el se
llamaba Alfonso Corvacho Cornejo, el venía a pelear acá le decían
siempre; “Corvacho viene a pelear”, Corvacho era bueno para los combos
el era de Tacna el esta vivo y vive ahí en Tacna.

Bueno yo tengo hijos, al Adolfo que está en Santiago, ese fue el que lo
adoptó mi mamá, las mamás siempre adoptaban hijos de los hijos,


aunque a una le hace muy mal, por que los hijos siempre te recriminan
eso del por que me dejaste y no luchaste por mí, pero es un hijo muy
querido lo quiere mucho Enrique, después tengo dos mas el José y el
Juan y después esta el Enrique, que vendría a ser el mayor de todos,
había un hijo que era de una hermana de Enrique que el lo adoptó
cuando estaba soltero, mi cuñada se fue y lo dejó y no volvió mas, fue
hacer su vida. Mi cuñada nos dió un papel y lo adoptamos, yo lo crié
igual que a mis hijos, me recordó mucho mi vida, yo asumí el rol de mamá
con el niño. Finalmente murió mi hijo el enrique murió botadito de cirrosis.

Nuestros hijos naturales son dos los que tuvimos en el matrimonio; José
vive actualmente en Arica y Juan vive en Santiago, después mis nietos
son doce y bisnietos tengo seis, ¿que más le puedo pedir a Dios si ya
conocí a mis bisnietos?

Yo en Azapa trabajaba recogiendo aceitunas, después escogía aceitunas
y las iba a vender al mercado, después trabajé en la ciudad en una
bodega grande y ahí escogía aceitunas, trabajaban no solo gente negra,
blanca también de distintos grupos, estuve ahí harto tiempo. De ahí me
dediqué a criar a mis hijos, después seguí trabajando como asesora del
hogar con buenos patrones, siempre con médicos, ah pero me acuerdo
que trabajé también con una señora del registro civil que no recuerdo
como se llama, también trabajé con el doctor Sepúlveda, después trabajé
con el doctor que era muy conocido… ah, doctor Montalvo. Después que
me enfermé de la columna no trabajé más.

Yo cuidaba a los niños de contenta no más lo hacía, por que ellos fueron
muy buenos patrones, era muy querida por que era honrada, limpia y
negra, parece que lo negra uno lo lleva en la sangre, cuando estas
lavando, estas cocinando o limpiando. Siempre yo estaba con mis tenidas
deportivas, yo salía de la casa a trabajar bien elegante a pesar de que era
una empleada, así me vestía, siempre fui reconocida trabajando, yo
siempre bien vestía allá llegaba y me ponía mi delantal blanco, me venia
me bañaba y me ponía mi cartera, todos pensaban que yo trabajaba en
otra cosa. También trabajé en la mutual de lavandera lavando la ropa de
todos como se hace. Mi esposo trabajó en el Servicentro, ahí trabajó
hasta que jubiló mientras tanto criábamos a nuestros hijos.

Después empecé a asociar que muchas de las situaciones que me
pasaban era por el color de mi piel, mi mamá me pegaba por ser negra
por que a mi hermana no le daba el mismo trato, por que esta era más


blanca, era un trauma que yo tenía que por ser negra, a mi me pegaban
más, entonces tu te vas quedando con eso…entonces cuando yo veo a
los negritos que vienen de los Barcos yo les grito primo y siempre los
saludos y les digo ¿cómo estas? y ellos me saludan en inglés… no se
pues, me contento ver un negro, pero a la vez me da rabia cuando los
grupos te echan a un ladito y tú lo estas viendo, como que hay racistas
todavía en los mismos grupos de personas tuyas, creo que eso no va a
terminar nunca, entonces tú te cohíbes un poco, es el mal mejor o sea yo
saco mis palabras de que yo soy negra y que no caigo por lo que yo soy
negra y creo que eso no se va a terminar.

En mi juventud yo reclamaba y decía; por que seré negra me preguntaba,
¿sabes cuando yo me di cuenta de que no debía reclamar por que soy
negra?, cuando cantó esa canción Libertad La Marque, esa canción de
por que los negros y los blancos todos eran hijos de Dios, fue esa canción
la que me hizo cambiar, la cantó en una película en el teatro nacional que
fuimos a ver.

Yo igual no reniego de ser negra ahora soy una mujer feliz y dichosa por
ser negra, incluso mis hijos y mis nietos se sienten orgullosos de mi ¡ay
mi abuelita, yo quisiera ser como mi abuelita!, nos salió un nieto negro, el
menor.

A veces siento mucha pena, porque como uno es negra, siempre te dicen;
“mira ahí va la negra”, o sea, te pasan a llevar por que uno es negro, uno
tiene que superarlo al menos yo ya lo superé, aunque yo he sentido
discriminación hasta hace dos años atrás, a veces uno se sentía mal y le
daba vergüenza ser negro y ni siquiera quería salir. Entonces yo siempre
he visto que con mucha gente con la que te juntas hay discriminación, si
por que aunque te vistas bien, estamos con otro traje o estamos juntos, la
discriminación va a estar por que tu eres un poquito más negra y tú eres
un poquito más blanca y ahora mismo actualmente yo siento
discriminación.


Me llamo Eulogia Baluarte
Baluarte, yo nací el 13 de
septiembre, pero mi papá
me inscribió el 13 De
Octubre, en Azapa nací, mi
mamá se llamaba María
Oviedo Meza y mi papá
Rufino Baluarte Soto, somos
ocho hermanos; Irene
Baluarte, Lupo Baluarte, el
tercero es Carlitos Baluarte
que vive en Tacna, hay 3
muertos ya, Y después mi
otra hermana murió Jesusa
Baluarte, después de ellos
sigo yo, Eulogio después
viene Aguido, después
viene Lino Baluarte, ellos
son Oviedo.

Quise arreglar mi nombre pero me dijeron que tenía que hablar con un
Abogado para poner mi nombre a Oviedo, pero me dijeron que estaba
demás.


Tengo cinco hijos; Nancy (Q.E.P.D), Sara, Valdemar (el Tuco), Walter y
el Gabriel la guagua. Mi marido se llama Ciriako Huanca Estoraica el es
hermano de Lucia y Elvira, ellos también son morenos.

Yo me crié allá en Azapa Grande donde hoy es el pueblo San Miguel,
antes se llamaba Azapa Grande, estudié hasta segundo básico nomás en
una escuelita que estaba más arriba de Azapa Grande, esa escuela
estaba ubicada en la parcela de mi familia.

Mi papá trabajaba en la Chacra, él era el dueño, plantaba algodón, caña,
aceituna, camote y zapallo. Con la caña hacían chancaca en la molienda,
ahí en la parcela tenia una maquinita que le decían trapiche, el era dueño
de la maquinita. Esta molienda era compartida entre varios que eran
familiares Baluarte, después murió mi papá y ahí la maquina quedó, todo
se perdió. Me acuerdo que para ocupar el trapiche con el caballo, le
ponían una herramienta en el lomo y el caballo se daba vuelta y ahí salía
el jugo, pero ese jugo lo hacían hervir en chancaca en un molde de
madera con una tapita y de ahí mi primo Nicolás Gómez, limpiaban la
paila y de ahí le echaban agua helada y de ahí sacaban el caramelo, y ahí
nos comíamos el caramelo jajaja, ya ahora no tenemos ni dientes ya.

Mi papá tenía trabajadores, era de billete mi papá, y cuanta gente iba a
pedirles prestado billete, el le pasaba y ahora todos se han muerto. Antes
no había papel y se hacía de boca no más y le prestaba, la palabra valía
mucho. Mi papá fue como un prestamista.

Mi papá, antes que yo naciera, se tuvo que arrancar al Perú, se fue por
que a las otras semanas los iban a botar, les dieron 24 horas para irse, mi
papá partió para el norte y el dejó acá al compadre Alvarado a RigobertoAlvarado, él era chileno y a él le deja la parcela. Él era blanco y era su
compadre, de antes se conocían y deja su compadre ahí, lo bueno que
cuando volvió, su compadre le devolvió la chacra, Le dijo; “ahí dejé
compadre su terreno” y se los devolvió. Es que muchos cuando volvieron
perdieron muchas tierras, algunos no se las devolvieron.

Yo soy muy devota de San Miguel, bueno, mi familia completa lo es, me
acuerdo que se iban todos a festejar al pueblo, Azapa Grande, tenían
unas casitas en San Miguel eran con bandas, habían morenos bailando
estaban con bandas no más, las bandas que venían a tocar a la fiesta
eran de Bronce, venían de Perú y mi papá era el encargado de traerlas y
las traía de su bolsillo.


Antes había unos arcos antiguamente, tres parece que eran, esos arcos
los adornaban familias del valle, estaban en la calle principal del pueblo
donde pasaban en procesión con el santo.

La fiesta era en el día, la gente se ponía a bailar de todo… cueca
bailaban, ahí en San Miguel donde hay unas canchas, subía el río San
José y la gente estaba a todo bailar cueca, venían de todas partes habían
comparsas y ahí le bailaban al patrono y había harta gente, ahora no va ni
gente. De Ahí nace la ramada esto que le dicen el 18 chico, pero era la
ramada de ahí nacen las ramadas les pusieron por que caían el 28 y 29
de septiembre las ramadas nacen de la fiesta de San Miguelito.

Me acuerdo que antiguamente hubo mucha sequía, para que pueda
haber agua en abundancia y bajara el río San José, para el 19 de marzo,
hacían misa para que se acabara la cuestión de la sequía y la gente le
cantaba al río, hacíamos procesión hasta el río San José.

Para la Cruz de mayo, el día uno o dos se bajaba la cruz y en el día la
gente iba a sacar las ramas y los olivos, las palmeras, los sauces, de todo
lo que había, se le adornaba a la cruz. El último día el 9, se ponía una
estera se sentaban todos los niños y los viejos repartían frutas que se le
colocaba en el altar. Arriba del altar mi abuelo le hacia un cielo disfrazado
con estrellitas y luna.

Antes hacían chocolate caliente, venía con té, canela, clavo de olor y
hacían hervir eso, caliente se le decía. Antes el té también se hacía con
caliza, pero ahora esta caro, hay que volver a lo tradicional, nosotros lo
hacíamos antes, como para subir tres días antes, se hacían chocolates y
sopaipillas, se le cantaba a la cruz.

Me acuerdo que en mi familia había quien le cantaba a la cruz
antiguamente, antes era Irenio después mis tíos Tranquilino Cornejo y los
Siles también venían, cantaban bonito los hermanos Siles. Cuando se le
cantaba la cruz, se le hacía caliente, empanadas y pan amasado, era
Grande la fiesta y venía harta gente de Arica. el caliente es un trago que
se hace con anis, cocoroco, té bien cargado, se toma a media noche o al
alba cuando amanece.

Antes se le cantaba acompañado con zampoña. Al bajar después de
haberla colocado en el cerro, antes se le volvía a cantar y cuando se iba


bajando se le cantaba otra canción, pero no puedes bajar dándole la
espalda a la cruz, tienes que bajar de espalda hasta que ya no veas la
cruz. Esta canción es de agradecimiento, el coro es; “Gracias a Dios,
gracias a Dios y a la Madre de Dios y a la Madre de Dios”.

Al llegar a la casa, se la baila una cueca, el primer baile que se hace es la
cueca y son tres. A la cruz no se invita, si venían, se recibía a la gente a
todos, a la cruz no se le puede negar el acceso, yo casi ni los conozco
pero igual los dejo entrar.

Yo me casé con un negrito porque no había más jajajaja, había blancos,
pero cómo me iba casar con un blanco si yo tenía puros conocidos negros
e indios, me invitaban a salir, eran buenos los cabros. Yo no soy tan
oscura de piel, me acuerdo que me decían; “oiga, usted es hija de
carabinero, es igual que el gringo ojo como mar, así como el gato”. Yo era
rubia antes.

Yo tengo muchos familiares en el Perú, en Tacna, en Lima tengo caleta
de hermanos. Hace poco fui a Lima, los conocí a todos, mis familiares son
caleta, viven en una parte terrible de Lima, creo que es el Callao, dicen
que entra y no sale uno de ahí, en ese lugar dicen que es donde se
pusieron los chilenos para el plebiscito, los que arrancaron de aquí.
Fuimos a conocer la familia de mi mamá… mejor no le digo nada… y por
qué digo yo, eso es aceite quemado jajaja. Mi papá conoció tanto al Perú
cuando arrancó para allá en el tiempo del plebiscito.


Mi nombre es Guillermina
Flores Corbacho, Flores
por mi Padre y Corbacho
por mi madre son apellidos
de afrodescendientes,
porque mi mamá por parte
del lado de ella es Cornejo y
mi mamá es Sansoro, esto
son apellidos de familias
Afrodescendientes, después
Cornejo es también de
Afrodescendientes, el
apellido de una de mi
Bisabuela era Lucero y el de
la otra; Bravo mi Bisabuela
de apellido Bravo era
Africana neta.
Fíjate que el Corbacho es
con “b” larga porque ese es
el apellido original.

Mi bisabuela venia con las marcas con la letra, la que le ponían a los
esclavos y ha sido descendientes de esclavo, eso me contaba mi abuela,
porque eso ya era del tiempo de mi tatarabuela, pero cuando mi abuela
estuvo bien mal y enferma nos contaba cuentos, aunque ellas nos decía
que no son cuentos, son realidades, por que antiguamente siempre se
juntaban todos para que les contaran cuentos de miedo de los fantasmas
y cosas y mi abuela decía esto es verídico, yo le estoy contando las cosas


de mi bisabuela que cuando la trajeron como esclava encadenadas la
vendieron a un señor que se apellidaba Bravo, y ella tuvo que tomar el
apellido del que la compro el dueño y le ponían la marca, era mi
Bisabuela o Tatarabuela que venían de África y ellas venían en un Barco
destinada para otro lado y se desvió, para Arica, así que desembarcaron
a los esclavos y los llevaron al valle de Azapa.

Según nos contaba que a los negros no los podían llevar al Altiplano, a la
altura, porque no aguantaban mucho, no era bueno llevarlos para la sierra
para la altura. Hay un dicho aquí que dice que; “Gallinazo no canta en
puna”.

A ellos los trajeron a la cosecha de Algodón, trabajaban la Caña de
Azúcar que trajeron los españoles de ese país, la planta de la caña.

En un principio me avergonzaba de mi color, porque en el colegio te
miraban mal, no podías ir a un colegio de puro blanco, tenía que ser un
colegio de puro negro, incluso muchos negros no iban a la escuela,
muchos no sabían leer y escribir por lo mismo de la discriminación, eran
como burros de carga, ellos no tenían educación.

En Azapa lo que yo recuerdo cuando estaba chica, que yo iba a un
colegio y que nos íbamos con mi hermana en burro, así que en burro
teníamos que irnos al Colegio íbamos montados de a dos y llegábamos
allá. Yo sólo alcance a llegar hasta tercer año de primaria, porque ya no
había más enseñanzas y sólo les importaba aprender a leer y escribir,
después se retiraban, a lo más era siempre saber firmar y su nombre, eso
era lo principal, porque me acuerdo que el libro que había con los que nos
enseñaban, nos recibían a la edad de ocho años, recién uno con los ocho
años cumplidos se podía ir al colegio, si se imagina del tercer año uno
salía a los 14 a 15 años y uno que iba a seguir estudiando… a trabar no
más, ya a esa edad uno trabajaba.

Ha sido triste la vida del negro campesino, ha sido muy trabajador, desde
chico tenia cada uno sus obligaciones, yo con mi papá tenía un cañaveral,
porque tenía que trabajar y tenía un hermano que era mayor, tenia
catorce años, el tenia que pasar el caballo, el arado. Luego se iban a la
molienda donde molían la caña, iban metiendo la caña entonces por un
lado iba saliendo el jugo y donde salía la chancaca, el azúcar y por el otro
lado, otro iba tirando y otro tiraba por el otro lado y después que tiraban
eso uno salía y habían unos calderos grandes donde tenían que echar a


cocer ese jugo de la caña, lo hacían hervir y una vez que espesara tenían
unos tablones grandes donde echaban la miel y se usaban las tapitas de
chancacas, se formaban las tapitas una vez que se endurecía hacían, de
ahí hacían los maitos de totora, en ese tiempo había mucha totora en
Azapa. El maito eran como una forma de un canastito, ahí tapita con
tapita se amarraban y ponían las otras dos y otra amarradita y hacían los
maestros, todo eso lo llevaban para las pampas salitreras, porque para
allá usaban mucho la chancaca porque en ese tiempo no había Azúcar, la
única que había era la negra hecha de chancaca, por eso que se usaba
mucho esa de chancaca y las plantaciones casi todas eran de caña de
azúcar, por que el río bajaba todo el año, no habían escasez de agua,
habían bastantes cañaverales.
También igual había muchos mosquitos, y traían muchas enfermedades
cómo las tercianas que le llamaban y después venían los granos se
llenaban de los mismos que picaban los mosquitos, uno se llenaba de
grano, uno se rascaba todo el rato. Pero la gente antigua se curaba con
los mismos remedios que tenían, ellos se lavaban las heridas con las
hojas del guayabo, se usaba mucho las guayabas, la echaban en el agua
hirviendo y con esa misma agüita, después ellos le echaban una pomada
después una especie de manteca con azufre y ahí ellos mismos se
hacían sus remedios, no habían médicos, no habían hospitales, todo era
medicina natural, así igual moría mucha gente no habían doctores.

Bueno yo soy de Arica, mis padres vivían de Azapa, aunque yo nací en
ILO – Perú en el año 1928, pero para el tiempo del plebiscito, para el
tiempo que pasó la guerra, porque mi abuelo peleó en la guerra también,
el relato de mi abuelo es harto chistoso; a él los trajeron de las pampas
salitreras cerca de Calama a los 14 año,s entonces dicen que acarrearon
a los niños como venían de allá, porque Arica era antes de Copiapó para
el Sur y de allá para acá era , Perú…perdón Antofagasta era Boliviano y
Iquique para acá era del Perú, entonces a mi abuelo lo trajeron de las
pampas salitreras, entonces dice que lo dejaron echando leña al fuego,
haciendo fogata, entonces en eso empezaron los tiroteos de la guerra y el
no sabía pescar la carabina y dice que se fueron a donde está la Virgen
de las Peñas y allá se fueron ha esconder, las Peñas está como yendo pá
la cordillera. Entonces los chilenos venían a atacar y dice que todos los
que estaba con él echando leña se fueron al morro y el con otros se
perdieron, en ese tiempo no habían poblaciones, no había nada, entonces
dice que un arriero les dijo; “no si ya la guerra terminó… ya todos se han
ido para el Perú”. En realidad todos se han ido para el lado de Tacna, así
que ellos se quedaron por el lado de arriba, pero después, para el tiempo


del plebiscito, mi papá tuvo que irse con mi mamá al Perú, por qué Arica
pertenecía para Chile y Tacna al Perú y los peruanos que estaban ahí
tenía que regresarse al Perú.

En ese tiempo estaban los “cachacos”, que no eran carabineros, eran
como pacos, pero eran lo más malo que habían, eran prepotentes y no
era gente educada la que mandaban para acá, era de lo peor, dicen que
sacaban gente de las cárceles, para que viniera a votar gente de Azapa
para que se fueran al Perú y sino se iban, les hacían una cruz en la
puerta, los mataban por la noche. En ese tiempo dice que mi papá le dió
la cruz a un amigo para que se la cuide y se vinieron para acá a la ciudad,
llegaron a un muelle donde estaba fondeado un barco que puso el
presidente peruano para que nos los mataran. Según cuentan, la gente
desfilaban al barco. Esta policía chilena era mucha gente del sur de Chile;
gente mala y que no sabían leer ni escribir tampoco, decían que
abusaban de las niñas, no había respeto no había nada y es por eso que
yo nací en ILO en el puerto, dos hermanos míos, los mayores, nacieron
aquí en Arica y la guagua, que era mi hermano menor, y yo nacimos en
ILO y cuando regresamos nuevamente, por que mi papá había dejado la
chacra hipotecada a un caballero apellido Gandolfo, después del año
treinta y tanto volvimos para acá, yo estaba muy chica, no me acuerdo
mucho, volvimos para Azapa, a la Chacra que tenía mi papá y después
no la recuperó todo, ya que no tenia como pagarle a este caballero
Gandolfo por haberle cuidado la parcela, así es que le pagó con tierras,
pero alcanzó a sacar dos partes no más del total de la chacra, la que
tenemos es una actualmente y la de San Patricio, la otra Chacra, no la
recuperó porque este caballero no la quiso entregar porque él tenía que
pagarle más…era el doble mas…mmmm entonces eso se perdió, luego
este caballero se lo regaló al sobrino nieto, al Santiago Arata Gandolfo
que fue Alcalde un tiempo Acá en Arica y después este caballero lo
vendió.

Bueno, después yo me casé en Arica, tuve tres hijos dos hombres y una
mujer, pero toda la juventud mía la pasamos en Azapa, yo en Arica me
vine a trabajar de niñera porque yo ya tenía quince años ya…y me había
cabreado de estar pasteando Chivos, de ver los Chanchos por que allí
había que hacer de todo, yo podía estar sentada un rato y lueguito que
me mandaban a hacer algo; que vaya a la chacra a traer maíz, que vaya
a traer la leña, que en ese tiempo se cocinaba con leña, que si no vaya a
buscar el agua al río. Así que me buscaron un trabajo de niñera. En ese
trabajo crié a dos niños que eran hijos de un jefe de aduana, que después


lo trasladaron a Valparaíso y querían llevarme, por que las niñas se
habían acostumbrado conmigo, pero mi mamá no quiso y me dijo; “¿que
vas a ir hacer allá con los chilenos?... ellos son unos bandidos”, si los
peruanos no podían ver a los chilenos, tenían esa rivalidad, así que me
quedé con otro jefe de Aduana que venía remplazando al otro que tenia
niñitas mujeres y este tenía dos hijos Hombres Carlos Arturo y Carlos
Eugenio eran chiquititos, ya yo los críe hasta hombres.

Yo no alcancé a trabajar en el algodón eso sí, pero si trabajé en la
aceituna, sí por que después poco a poco se fue terminando eso, primero
se terminó con la cosecha de algodón y después las cañas de Azúcar.

La vida en Azapa era muy sacrificada, muy dura, uno no conocía lo que
era el zapato, andaba a pata pelada no más….yo recién llegué a ponerme
zapato cuando llegue acá en Arica y después ya empecé a vestirme bien,
ya después me empezaron a pagar sueldo también, ya no era como antes
de que me pagaban por lo servido y lo comido, antes a usted lo ponían a
trabajar en una casa día y noche y lo único que le daban era el plato de
comida y la ropa que le daban, cuando yo llegué a trabajar, los patrones
me dieron mi sueldo, me sacaron hasta una libreta de seguros, tuve
suerte con los patrones, era poco si lo que me pagaban, pero era grande
la consideración que me tenían.

Estuve un tiempo viviendo en Sama, íbamos por una temporada por las
fiestas de las cruces, nos quedábamos uno dos meses y luego volvíamos,
tengo familiares allá, muchos de estos familiares eran de Azapa, los que
no volvieron, se quedaron allá, dejaron todo botado y se fueron; dejaron
los terrenos, las casas, por eso yo tengo familia en el Perú. También
dicen que el barco que llevaba ariqueños en el tiempo del plebiscito,
pasaba por el puerto de ILO y ahí se desembarcaban algunas familias y
después otros se fueron muchos a Pisco y al Callao también, muchos
Ariqueños se quedaron allá para establecerse, actualmente nos visitamos
todavía.

Bueno, yo igual participé en la cruz de mayo, la de mi papá, la subí
muchos años en Azapa cuando, nos fuimos a Azapa con mi marido a
vivir, así que nos conseguimos una casa y entonces me dije; “voy a
festejar la cruz de mi papá” y llevamos unos tremendos chanchos, por
que el dueño de casa invita y tiene que poner la comida para la gente que
va ha velar la cruz, hay que atenderlas, teníamos bastantes amistades en
Arica, venían harta gente, habían hasta tres orquestas, una que tocaba


era la de mi hijo mayor que es músico y mi otro hijo que también es
músico. También tocaban la zampoña, eso fue lo que llevo el Yanko que
dijo; “ yo voy a poner la compañía de morenos para subir al cerro”. Uno
del cerro la baja la cruz, la velaba los ocho días en la casa donde venían
los vecinos y familiares, ahí se preparaba el caliente que unos le dicen, o
sea, usted pone hervir el agua con canela y le echa pisco, pero ahora le
echan cocoroco que lo traen de Bolivia que es mas curador, le echaban
pisco con leche, se les prepara a la gente que está acompañando la Cruz.
Ahí vienen los cantores de cruz, unos morenos roncos con una voz bien
linda, ya no quedan de esos, le cantan las alabanzas al señor y toda la
gente atrás te contesta en coro, es súper bonito. De ahí también se
ponían a bailar la compañía de morenos, ahí le bailan, le cantan; dicen
que eso de las cruces es una herencia que han dejado los abuelos a sus
descendientes por que los patrones no dejaban que los negros entraran a
la iglesia, los negros iban y acompañaban a la señorita a la entrada de la
iglesia y de ahí se quedaban afuera los negros y las mucamas se
quedaban afuera, no podían entrar, entonces lo que hacían los curas,
ponían afuera una cruz para que los negros, por lo menos ahí, se
persignaran.

En Azapa yo tuve tiempo de celebrar los carnavales, me daban permiso
los días domingos, era de que nos pintábamos la cara con harina, los
fregábamos con la sandia la cara y en la noche eran los bailes, en el día
era puro juego se tiraban baldes de agua y la noche se hacían los
carnavales. También en el día se jugaba a la challa, se usaban también
chisguetes, que se les tiraba a los ojos porque las hacia llorar por un rato,
se les tiraba un chisguete cuando les gustaba alguien, este chisguete era
perfumado y si te respondían, significaba que igual esa persona quería
contigo y si no, se iba para otro lado, se enojaba…eran bonitos los
carnavales.

También se festejaba la fiesta de la primavera, ahí uno se iba a bailar, me
iba a buscar una amiga para ir, aunque a mí no me daban permiso hasta
muy tarde, nos juntábamos una patota de cinco y allá nos juntábamos con
los chiquillos, así que ya teníamos un grupo, así que con ese grupo
bailábamos, jugábamos a la challa.

Yo en la actualidad me siento orgullosa de ser descendiente afro, tengo
orgullo en decir de que soy de raza negra, raza noble que hemos luchado
por sobrevivir y estoy feliz porque tuve mis tres hijos, que los tres son
profesionales; dos son profesores, la mujer tiene tres profesiones; estudió


parvularia, después se especializó para los niños ciego y después estudió
lo que le enseñan a hablar a los niños; Fonoaudióloga, por eso le digo
que tiene tres profesiones, el otro es profesor de Música, el compone su
música, lo llaman de todos lados, compone hasta la música cuando los
candidatos están de campaña. La música la llevamos de adentro, mi
abuelo era músico y mi papá también era guitarrista y mi hermano igual,
tenía muy buena voz, estuvo un año acá en Arica, a la ciudad, se vino
para acá a estudiar pero no terminó, lo sacaron por que el era muy
inteligente, el componía su música, y de ahí fue que lo sacaron, tuvo sus
problemas y se tuvo que retirar, de ahí se fue a trabajar no más a la
chacra, después el empezó a hacer las canciones con el saxofón,
acordeón, clarinete, trompeta y guitarra todas esas músicas, el las tocaba
y les enseñaba a sus otros hermanos. También tocaba la guitarra, era
bueno para tocar la guitarra, el componía las canciones para la virgen de
las peñas para varias compañías, para los peruanos también lo
mandaban a llamar, esa eran las compañías de Tacna, a la numero le
componía las canciones, es por eso que mis hijos les gusta la música, por
que lo llevan en su sangre, yo también tocaba el cajón, era buena y los
panderos y las maracas, ya no hay maracas, yo agarraba las maracas, mi
hermano tocaba la guitarra y hacíamos las parrandas grandes…ah… y yo
tenía mi bombo e íbamos a las fiestas, yo iba a la fiesta del Molino. El
negro tiene la música en la sangre al igual que para bailar, ¿a donde
usted ha visto un negro malo para bailar?, son bien sueltos, a mi me
gustaba bailar el afro, a mi hija igual, aunque como ella es profesora ya
no lo hace ya, pero cuando nos juntamos en familia si lo hace, se desata
bailando el afro.


Mi nombre es Benda
Benancia Quintana
Ugarte, mi taita me puso
ese nombre cuando veía las
novelas. Yo nací el 17 de
mayo de 1929 y mis padres
eran Casimiro Quintana
Labbé y Graciela Ugarte
Ugarte, ella era prima con la
tía Julia Corvacho, mi madre
era la afro y su madre, o sea
mi abuela, se llamaba
Edelmira Ugarte y mi abuelo
se llamaba Delfín Cornejo
Galeano ellos son de Perú y
después se vinieron para
Arica.

Yo me crié en Azapa, en el sector de Pago Gómez hasta que tuve 13
años, después mi mamá nos trajo a Arica por que éramos muchos
nosotros y no le alcanzaba para vestirnos, para comer y cuando vine para
Arica me trajeron a una casa de empleada, recibía como pago $60
escudos me pagaba la patrona.

Yo estudié hasta los 7 años y a los 18 años me vine a trabajar a la casa
de una matrona en 21 de mayo con San Martín, en la escuela Pago de
Gómez estudié hasta tercero de primaria, después me vine a estudiar a la
escuela Tres, la escuelita que esta en San Martín.


Me pude trabajar con una matrona que después fue mi madrina, cómo yo
la ayudaba mucho a ella me decía; “tú tienes mucha experiencia para
trabajar en hospital, tienes experiencia”, ahí me presentaron y al mes me
dejaron trabajando en el hospital y yo llevé a mi hermana la flaquita, la
Daniela, para que me ayudara a cuidar a mi primer hijo que lo tuve a las
19 años, es el que está ahora en Copiapó, el papá de la Camila, y de ahí
seguí. Yo era habilosa, en el hospital empecé a mirar no más para
aprender, pero como al hospital entré lavando ropa, era más terrible sobre
todo los lunes y los martes porque que las Monjas igual pertenecían al
hospital en esos años y tenia que lavar un montón de ropa esos días,
pura sabana del hospital y mas encima mi mamá me metía a la escobilla
en la casa. Recuerdo que yo me sentaba arriba de los montones de ropa
a lavar, estuve como 3 meses ahí y después le dije al director del hospital,
llorando le dije que yo no era para eso, que yo quería estar en otro lado
del hospital y el me dijo; “ya doña Benda, usted es muy buena funcionaria
así que la vamos a traer para acá”, oye… y me trajo… yo más contenta,
ahí trabajé el primer mes en cirugía y de ahí cuando era poco personal
me mandaron a trabajar a pabellón, hacia todas las cosas, era arsenalera.
Después el director le preguntó al Jefe; “¿puta la Benda esta bien o no?”
y el jefe le dijo; “ella es bien habilosa, sabe bien, vamos a ascender a esta
niñita de Auxiliar”, en ese tiempo no era paramédico, así que gane otro
sueldo.

Así que empecé a trabar tratando de aprender todo lo que me enseñaban
y lo que no me enseñaban, también lo aprendía sola, así que salí, salí ,
salí, hasta que me egresaron como auxiliar, estamos hablando… a ver yo
entré el año 1952 al hospital y me pusieron en turno, y al mes estaba lista
y después fui al liceo en ese tiempo a sacar el segundo medio que se
habían presentado 70 auxiliares, al principio dije; por que me traen a esta
payasada, hice el curso en el liceo A–5 en la noche, terminaba el trabajo y
cuando estaba en el trabajo, me daban permisos para ir a clases cuando
estaba en el turno de noche, después tenia que atender mi casa, mi
mamá, mis niños y toda esa cosa, me las arreglaba, hasta que se terminó
el curso, nos presentamos en el curso de auxiliares 70 y sólo quedamos
40 no mas. Así que después de egresada trabajé en pabellón, luego
cirugía y después a pensionado y de ahí ya no me moví, yo trabajé en el
hospital como unos 42 años, después jubilé para ganar unas monedas de
unos 85.000 pesos de jubilación, salía con las piernas, para la cagada y
¿para que?, para sacar una cagada de jubilación, estaba todo el día de
pie trabajando día y noche, yo hacía turno de noche, uno termina mal de
los pies y toda la pierna en ese trabajo.


Yo tuve dos hijos uno se llama Juan Rivera Quintana y el otro Rolando
Contreras Quintana el es hijo de mi marido y Juan hijo de Juan Rivera, …
gracias a Dios que hicimos un esfuerzo y los dos se recibieron de
tecnólogo médico y los dos trabajan en Copiapó.

En el tiempo que yo trabajaba en el hospital habían auxiliares morenas; la
Zamudio, las Flores, la Luisa era una y la otra no me puedo acordar el
nombre, fallecida sí, cuando yo entré a trabajar ya estaban ahí ya, casi no
habían muchas, eso si, nunca tuvo una mala experiencia en el trabajo por
ser morena, no tuve ningún problema, a mi me querían mucho, me dejaba
querer por la gente y mis compañeras igual me querían mucho y me
ayudaban con mis pacientes, igual me querían mucho.

Viví toda una vida con mi mamá hasta que falleció, que en paz descanse,
en la casa, la vida con mi madre en Azapa yo la acompañaba siempre a
todos partes… mi mamá tenia verdulería ahí cerca del museo, mi papá
tenia terrenos allá en Azapa en Heriberto Harry, ahí tenia mi papá su
parcelitas unos terrenitos, desgraciadamente mi papá se puso bueno para
el copete no quiso venirse, se quedo allá.

Antes que yo naciera mis padres vivían en el valle de Sama en Tacna
Perú, cuando ellos se vinieron ya no volvieron a Sama, ellos se quisieron
venir porque tenían muchos problemas con los peruanos, por que ellos
querían venirse Arica, por que eran Chilenos y los Peruanos los estaban
fregando, después cuando ellos se vinieron para acá tuvieron por mucho
tiempo con carnet peruano.

Mi madre eso si era muy alegre, hace poco conversaba con mi esposo delos Vals y todo eso de Renato Álvarez que canta, también mi mamá era
buena para el baile, bailaba de todo y sobre todo… era buena para el
pencazo, en ese tiempo lo que más se bailaba era el vals, la marinera y la
cumbia, mi mamá tocaba hasta el cajón, recuerdo que iba a tocar y a la
vez bailaba, eso lo aprendió sola de mi abuelita, yo antes bailaba igual,
pero ahora ya no, yo también era buena para el baile,

En Azapa hay distintas familias afro o morena, de ahí nos conocemos a
varias familias como; los Zavala, los Corvacho, aunque no nos
relacionábamos mucho con ellos, eso si, somos familiares de algunos
Corvacho como los hijos de la tía Julia, éramos primos por los Ugarte. Los
Corvacho son grande la familia, no sé bien porque ellos le decían tía a mi


mamá, pero como le dije nunca hubo una relación, eso sí siempre íbamos
a ver a la tía julia, siempre nos juntábamos allá arriba, después con la otra
gente nunca hemos compartido y mis hijos mucho menos, si ellos no
pasan acá lo que pasa es que yo ya estaba trabajando y mis amistades
que tenia en Arica eran blancas, tuve una amiga morena, era la Lupe
Jofre, una que falleció y que otra igual que tenía yo era la Zamudio,
aunque eran pocas las morenas que habían en el Hospital.

Bueno, cuando me vine a vivir acá en Arica viví primero en 21 de mayo y
después en la Juan Noé y después nos cambiamos a O´Higgins, más o
menos cerca del Hospital y finalmente me dieron esta casita, presenté
una solicitud para la junta de bienestar del hospital y estaban dando casa
en ese tiempo las de la Junta de Adelanto, entonces ya me la dieron la
casa, estaba construida, era chiquitita y era de ladrillos, casi era puro
patio, habían unas matas de mora, eran dos piezas y el baño y nada más,
así que pedí que me la dieran no más, mas menos me la dieron por el
año 62, para el año del mundial.

Mi hijo el Juan, que le dicen Memo, se separó hace años de su esposa,
mas bien se fue y se tuvo que hacer cargo de sus tres hijitas que tenía, el
vivía en Copiapó en ese entonces ya, fue muy difícil para él poderlas criar
a las tres y trabajar a la vez, así es que yo tuve que viajar a Copiapó y
estar tres meses allá, después de eso me vine no más, pero resulta que
la mas chiquita, la Camila, no se acostumbraba y echaba de menos,
entonces el Memo me dijo; “mamá te voy a mandar a la niña, está llena
de piojos nadie la cuida”, más encima que en ese tiempo no daban
comida en la escuela, entonces yo le dije; “mándamela no más” y se
acostumbró con nosotros y mira ya tiene 21 años ya, se acostumbró la
niña, se puede decir que yo la crié y las otras dos hermanas se quedaron,
eso si con su papá, ellas ahora ya se casaron, pero la más chica es la
Camila. Mi hijo él estaba con las tres niñas, sufrió harto. Al tiempo, la
mamá apreció y se quería llevar a la Camila y ella le dijo; “tu nos dejaste
botadas a nosotras tres y a mi papá, así es que a la única que tengo que
agradecer es a mi abuelita”, ahí la paró, pero si ella me quiere, me adora,
es que no tenemos niños nosotros ahora, es ella no más y los perros.

Bueno nosotros sabíamos que éramos negros, pero no sabíamos que
éramos descendientes de africanos. Yo he viajado al sur, pero ya casada
con niños debo haber tenido unos 40 o 50 años, a mi me preguntaban si
era peruana o muchas veces si era brasileña, el único que era más


blanquita era el Pin pero la Janina, la Camila el memo y yo todos éramos
negritos, entonces pensaban que nosotros éramos brasileños… jajaja.


Me llamo Segundo Jorge
Llerena Llerena, nací el 14
de octubre de 1937 todos
me conocen como “Chilo”,
mi madre se llamaba
Catalina Llerena Corvacho,
hija de Julia Corvacho
Ugarte y de Carlos Llerena
Oviedo, él era de los negros
con plata, la suegra de mi
abuela Julia, Mercedes
Oviedo nunca la quiso a mi
abuelita porque ella era de
los Corvacho pobre, estos
Oviedo tenían muchos
terrenos en Azapa y dueño
de toda la cuadra de
Canepa en Arica, ahí por
Chacabuco con San Martín.

Mi padre se llamaba Jorge Carvajal Flores, pero fíjate como son las
cosas, yo no llevo el apellido de mi taita y mis otros hermanos sí, eso que
yo soy el primero, mira tu, así eran los antiguos, quien sabe porque no me
reconoció.

Como dije anteriormente, nosotros prácticamente nos criamos con mi
abuelita Julia, ya que mi mamita murió cuando éramos chiquitito, recuerdo
que ese día cuando murió mi mamita, nosotros estábamos en el colegio
en las Maytas y mi tío Perete nos fue a buscar al colegio, recuerdo que


habló con nuestro profesor para retirarnos, ya que la mamita estaba mal.
Resulta que la noche anterior mi amita salió a una fiesta que lo invitó un
tal Romero, a una fiesta en Pago de Gómez, este caballero Romero
pololeaba con mi mamita y creo que antes de ella anduvo con una
morena de Pago de Gómez, entonces unas amigas de esa ex polola, lo
invitaron a esa fiesta y le dijeron que porque no venia con su polola, que
era mi mamita, entonces ellos fueron inocentemente a la fiesta, ahí
estuvieron bailando toda la noche. Pero mi mamita cuando llegó de la
fiesta se trajo una malta, esa cerveza, creo que se la tomó en la casa y de
ahí empezó a agonizar, la llevamos al hospital y duro una noche no más y
murió. Según cuentan, esas mujeres de envidiosas le hicieron un mal en
la malta…es que antiguamente había mucha brujería. Recuerdo que
cuando falleció la velaron varios días y luego la fueron a enterrar al
cementerio de San Miguel, imagínate, se la llevaron a pie en el hombro,
caminaron mas de cuatro kilómetros.

Un día me acuerdo que cuando niño estábamos jugando en la casa de mi
abuelita Julia con mis hermanos, ya era como a las ocho de la tarde, y de
repente se empieza aparecer unas luces allá por la el cerro, justo por
donde está la cruz de mayo, nosotros mirábamos como se encendía y
apagaban las luces en el cielo y le dijimos a la abuela; “oiga abuelita, que
son esas luces”, ella respondió; “ah, deben ser las brujas que andan
volando, seguro debe ser; la comadre tanto, la fulana y la otra”…jajaja. Mi
abuelita las conocía a todas.

Bin Ban… me acuerdo que siempre iba un caballero que le decían Pablo
Dulce por que una señora que se llamaba doña Juana, venia a vender de
Tacna alfajores y este caballero comía harto. Resulta que este caballero
bajaba pá Arica y cuando volvía de Arica, ya medio cañoneado, se iba a
donde mi abuelita Julia Corvacho y se ponía a conversar con mi
abuelita , me acuerdo que siempre se acordaba cuando el era cañero ,
cortador de caña, era bien negrito el caballero, y le decía a mi abuelita;
“julia, julia , que pasa Pablo , le respondía ella , te acuerdas cuando yo
cortaba caña , nadie me ganaba , cierto? , sii Pablo le decía mi abuelita,
te acuerdas que yo pescaba el machete y tomaba la caña con una mano
y con la otra el machete y de un golpe le hacia “bim ban”, “bim ban”…
jajaja, este caballero le explicaba que con el machete primero cortaba la
caña en la parte de abajo de la mata y luego le cortaba en la cola , bim
Ban, jajaja. Se sentía orgulloso de ser uno de los mejores cañeros para
cortar.


Un día cuando niño yo estaba pasteando chivatos por ahí por la media
luna, la media luna era una vertiente bien grande que existía por el
kilómetro siete, pero que ahora se secó hace muchos años ya, y me
acuerdo que siempre pasaba un caballero que le decían Morro, le decían
así porque andaba con un saco harinero lleno de pan y otro atravesado
por el hombro y en el brazo el canasto con dulce…me acuerdo una tarde
lo llamé cuando ya venia bajando y le dije; ¡Morro, véndeme un dulce!,
entonces este caballero saca de su canasto un dulce y me lo pasa, yo lo
pesqué y Salí ¡buum! Arrancando dejando solo a los animales… jajajá , y
el Morro me gritaba “oye, oye chiquillo ven pacá” , era muy travieso yo.

Recuerdo que había en Azapa un señor muy conocido, se llamaba don
Claudio Lucero, el era bien morenito, este caballero se colocaba su terno
azul marino y con un clavel rojo en el bolsillo cuando iba a la fiesta del
patrono del valle san miguelito. El traje azul marino era muy
representativo del hombre azapeño moreno, se veían bien elegante, me
acuerdo que Enrique Zavala Ríos (Q.E.P.D), también andaba de terno
azul cuando bajaba a la ciudad, también andaban con un sombrero
blanco. Era muy chistoso y raro porque casi todos los sábados los
hombres adultos se terneaban bien bonito, elegantes y todos de azul
marino, salían pá la carretera y bajaban para Arica, pero mira la cosa,
bajaban para finalmente ir a Tacna y adivine a que iban… ¡a puro
comprar pan o dulce!... jajajaja…nada mas. Como que le gustaba mucho
ir pal Perú, como que se sentían en casa o en familia estos morenos
antiguos.

Mi abuela Julia era una gran mujer, ella nos crió a mi y a mis hermanos,
nos contaba tantas historias y nos enseñaba varias cosas, recuerdo una
vez que en el valle de Azapa hubo una sequía grande y no quería bajar el
agua del río San José, pero una vez, un verano me acuerdo que
estábamos durmiendo y de repente se empieza a sentir; bum buum bum,
un sólo sonido de rocas, parecía temblor y adivine que era…estaba
bajando el agua del río san José… así es que mi abuela pescó un
chonchon, eso pá alumbrar por la noche, y nos llevó a mi y a mis
hermanos hasta la orilla del río, nos hizo arrodillar y nos pusimos a rezar
para agradecer por la bajada del río, ya que así iba a llenar las napas
subterráneas, acabándose así la sequía. A los días siguientes el agua
chocolate entraba por toda la parcela, traía harta greda que servia como
abono, se formaba un puro barrial… que parecíamos nosotros jugando
como chanchos revolcándonos en el barro… pero cuando esta greda se
secaba, salía como una cascarita parecida a la galleta de pura greda,


esas galletitas de greda bien fina, mi abuelita Julia nos la hacia comer, si
verdad, decía que era buena para no sufrir de reumatismo, ah, pero no
tenia mal sabor.

Recuerdo una de tantas historias de mi abuela Julia, resulta que ella iba a
darle agua a los burros a la media luna y estaban jugando en el río unos
sobrinos, estos chiquillos malcriados , ahí vieron a mi abuela Julia y se
dijeron; “mira ahí esta la tía julia” y estos maldadoso le tiraron a los
perros; “pisca pisca” le decían a los perros y salieron los burros corriendo
para abajo, una polvadera se veía, la tía Julia cuenta que no podía parar
el caballo donde ella iba montada, hasta que allá abajo pudo parar el
caballo y los burros y enojá estaba, decía; “mira estos chiquillos
malcriados, cuando los pille les voy a dar un par de cañazos”.

Me acuerdo que mi abuela Julia la escuchaba decir “ zape” cuando quería
botar a un gato que estaba molestando y a las gallinas las llamaba con la
palabra “shoo”, antes se criaba harta gallina y cuye también.

Recuerdo que antiguamente se hablaba muchas historias que pasaron en
el tiempo del plebiscito, incluso mi abuelo Carlos Llerena Oviedo arrancó
al valle de Sama en Tacna Perú para ese tiempo, porque lo habían
amenazado que lo iban a matar, así es que se quedó un buen tiempo allá
en Sama. Recuerdo que una vez apareció por los cerros mi abuelo Carlos
y todos se pusieron contentos y se avisaron en la familia que Carlos
Llerena había llegado por acá, ese día mi abuelita Julia mató unas
gallinas para recibirlo y se juntaron hartos familiares, ahí estaba también
un personaje que se llamaba Saturno y en eso que comían y compartían
tragos, mi abuelo Carlos se paró y enojado le dijo a este señor Saturno;
“te acuerdas cuando tu vendías a los peruanos y a los negros, los
sapeabas a los chilenos”, este señor respondía; “ay Carlos para que te
acuerdas de esas cosas que ya pasaron”, y mi abuelo le decía; “si weon,
no te acuerdas que después a ti también te querían matar después y de
picao fuiste a la refinería de azúcar, allá en la ciudad y le metiste una
piedra a la maquina y nunca mas funcionó, ahí arrancaste al Perú, o
no”…jajaja estos negros eran muy chistoso, a pesar de que hablaban
serio, siempre se sentía como que si estaban bromeando.


Mi nombre es Miguel
Jerónimo Quintana
Ugarte, nací un 29 de
septiembre en el sector
de Pago de Gómez en
el valle de Azapa, mis
padres se llamaban;
Casimiro Quintana y
Graciela Ugarte.

Cuando niño trabajaba y estudiaba, siempre quise aprender y a leer, así
es que como en Azapa en la escuela de pago de Gómez llegaba solo
hasta tercero de primaria, tuve que bajar a estudiar a la ciudad, mi papá
me dejó ir a estudiar ya que yo era el único que tenia mi propio transporte,
mi propio vehiculo…un burro que crié desde chiquito.

Desde niño aprendí la construcción y la albañilería, empecé a trabajar en
eso por varios lugares del valle de Azapa y la ciudad, hice muchas
construcciones que hasta hoy están como son por ejemplo; el cine Tacora,
el Hotel King y otros departamentos. Yo era jefe de obra, me codeaba a la


par con los arquitectos, aprendí a leer los planos que los profesionales
hacia, incluso hasta aprendí a dibujarlo y no tuve que ir a la universidad
para eso. Claro que cuando niño aprendí haciendo casas quinchas, esas
que son de caña hueca con barro y paja, para construir las quinchas
también tenían su ciencia, primero tienes que cortar la caña, esa hueca
que antes salía como chilca en las vertientes, pero ojo, la caña tienes que
cortarla en luna llena para que así no le entre polilla, si en luna llena ,
incluso para levantar la quincha también debe ser en luna llena, tu armas
con palos los pilares y toda la estructura de la casa, después empiezas a
trenzar las cañas, después preparas un barro que tenga harta greda, bien
gredoso y la mezclas con paja que haya en el alrededor, por lo general era
paja media seca, ese barro tienes que compactarlo con paja, ahí con los
pies tienes que apretarlos y mezclarlo, igual como cuando tu pisas la uva
para el vino, igualito, de ahí empiezas a echar como estuco en la
estructura de la casa que está armada con caña, tapándola que no quede
ningún agujero. Ya terminado de haber estucado por dentro y por fuera
con barro y paja todo, durante varios días la remojas con agua para que
así se compacte y se quede bien firme en la pared, vieras tu como eran
esas casas, cuando hacia calor adentro era fresco y cuando hacia frío …
calentito bien abrigadito, eran casas muy temperadas.

Cuando joven la cosa en Azapa se había puesto mala en lo de la pega, así
es que le escribí a un caballero amigo que conocía aquí en Arica, que se
había ido con su familia a la pampa a las salitreras con unos negocios,
este caballero se llamaba Roberto Camp Wong con su señora Esperanza
Jiménez, el era chinito y su señora negrita, el me invitó a trabajar a la
Salitrera Josefina. Ahí trabajé varios años en la pólvora. Resulta que don
Roberto y doña Esperanza tenían una hija, la Juana, ella tenia 19 años y
ya era viuda con un hijito de un añito, como esta familia era bien buena me
dieron alojamiento en la misma casa de ellos, yo ahí me enamoré de
juanita, la encontré una buena mujer y nos casamos allá mismo en la
pampa, ah pero no en la oficina donde vivíamos la Josefina, tuvimos que
irnos en carreta hasta la oficina Negreiro, antes solo había carretas pá
trasladarse.

Así es que nos casamos y de ahí nos fuimos a vivir a otra oficina, a la
Aguada, yo de ahí empecé a trabajar en lo que mas sabia, la carpintería,
ahí nacieron mis hijos; Aladino, Esperanza y Roberto. Mi esposa como le
había comentado antes, ella tenia un hijito de un año, el Lito, a él lo crié
como si fuera mi hijo, le di el mismo cariño que mis otros hijos.


A la Salitrera me traje a todos mis hermanos; al Bernardo, Segundo, Pedro
y el Oscar, ahí formamos un grupo musical con otros amigos, nosotros
hacíamos nuestros propios instrumentos musicales; bombos, tumbadoras,
guitarras y los que teníamos los reparábamos. Yo tocaba el clarinete y
también cantaba, me gustaba mucho cantar los valses, la gente decía que
cantaba bonito los valses. Nos invitaban de todas las oficinas a tocar con
nuestro conjunto musical, tocábamos de todo; chachachá, wawancó,
cumbia y los valses, éramos buenos pá la música, todos nosotros, como
que lo llevábamos en la sangre, ninguno de nosotros aprendió leyendo las
partituras, sino que a puro oído, tocábamos de todo lo que estaba de
moda.

Ya cuando empezaron a cerrarse las salitreras, tuvimos que volver para
Arica, yo ahí volví a dedicarme en lo de siempre, la albañilería, la
construcción. Aquí nacieron mis otros hijos; Jaime, Ivone y Kenia.

Luego mis padres murieron y tuve que hacerme cargo de mis dos
hermanos pequeños; el Pedro y el Oscar, vivieron con mi familia hasta que
cumplieron su edad de adulto y se fueron a trabajar por la de ellos.

Cuando volvimos acá, le pedimos al fisco que nos diera un pedazo de
tierra para hacernos nuestra casa, así es que nos dieron aquí donde hasta
hoy vivo, la población Maipú Oriente, nosotros fuimos los fundadores de
esta población, fuimos los primeros que llegamos acá, así que de a
poquito empecé a construir mi casita junto con mis hijos, si, a todos los
hijos hombres le enseñé la carpintería y la albañilería, de chiquitos los
llevaba a trabajar conmigo, ahora todos saben construirse sus propias
casas.

Después con mi señora pedimos al fisco un terrenito en el sector de Alto
Ramírez en Azapa para criar gallinas y dedicarnos al negocio de las aves,
así es que mi señora se dedicó a las gallinas mientras yo seguía en la
construcción. Nos íbamos para Azapa todas las tardes a dormir allá arriba
y en las mañanas yo me iba a trabajar y mi señora pasaba a ver a
nuestros hijos que vivían en la casa de la ciudad, ya que ellos estudiaban.

Yo trabajé muchos años en el valle de Azapa, pero no en la agricultura,
sino en todo lo que era hacer casas, bodegas, acequias de todo. Trabajé
muchos años con Aldo Lombardi y con Jorge Lombardi, fueron buenas
personas ellos, muchas veces me daban ganas de dedicarme a la
agricultura a criar chivatos, volver a tener mi burrito pero no se pudo.


Recuerdo cuando niño las familias en Azapa hacían muchas fiestas, eran
buenos los negros pá bailar y pasarla bien, puura risa, con lo que tenían
hacían fiesta. Recuerdo un baile que siempre hacían cuando habían
fiestas familiares, un cumpleaños o bautizo; sino mas recuerdo le decían
chavarí o parece que yavari , este baile empezaba cuando ya era la mitad
de la noche , donde ya estaban medios pasados de copa, tanto tomar
guarapo, sipo, ese trago se tomaba harto, ese del jugo de la caña pué,
recuerdo que uno pescaba el cajón y se ponía a tocar, mientras que otro
negro se ponía a zapatear fuerte, luego otro se levantaba de su asiento y
le respondía también zapateando, ahí empezaba una pelea de zapateos
mientras el otro seguía tocando el cajón y los demás que estaban en la
fiesta le hacían barra a los dos, le avivaban la cueca, era como una pelea,
parecía como que trataban de lucirse antes las morenas lindas que habían
en la fiesta, acuérdese que los negros siempre hemos sido bien
coquetos… jajajaja. Pero este baile se encendía y se ponía más chistoso
cuando estos dos negros empezaban a golpear en el suelo con sus
palmas como si estuvieran tocando tambores, luego, empezaban a
transformarse en animales haciendo gestos de distintos animales, como
que se transformaban en leones, perros o a veces algunos empezaban a
saltar como sapos…jajajaja, que alegre eran esos tiempos, claro que yo
todo lo que cuento te lo digo por lo que yo veía era a escondida, ya que a
los niños los mandaban a acostarse tempranito y no se podían meter en
cosas de adultos.

Nuestros antepasados sufrieron mucho para llegar a estos lugares, por
eso siento que es muy bueno que una vez por todas, los negros seamos
respetados en este país.


Mi nombre es Marína
Jiménez Chamorro, nací el
23 de Febrero de 1938, ya
voy a Cumplir 73 años, ah,
me inscribieron el mismo día
en que nací, yo soy
descendiente de azapeña.
Nací en la Ciudad de Arica.
Yo me críe sola, mi mamá
murió a los 36 años y mi
papá estaba vivo y
trabajaba, pero después de
cierta edad yo empecé a
andar solita no más…mi
papá, se llamaba Eulogio
Jiménez Ríos y mi mamá se
llamaba Sara Chamorro
Cornejo, no se el nombre
del papá y de la mamá de
mis padres, así es pos si yo
fui creciendo, creciendo y no
supe nada no más, yo tuve
que apechugar sola muchas
cosas, yo me hice mujer
sola.

Bueno, yo tuve 8 hermanos, no me acuerdo bien cual era de todos era el
mayor, cuando vivíamos por Azapa, viví al lado del gallito por que ahí



estaba mi papá, creo que tenia cómo siete años cuando mi papá me dió a
una familia de apellidos Donoso, desde ahí me dicen Piola, me decían así
por lo flaca que era, mi papá me pasó a ellos, yo tenia siete años mas o
menos hasta los doce años y de ahí mi papá me mandó a buscar para
irnos a vivir todos juntos, es que igual mi papá era llevado a sus ideas
igual, después dijo que teníamos que vivir juntos, igual en ese tiempo
hubo ventarrón que dejó la embarrada en Azapa, sobre todo con los
animales, ese ventarrón no se de donde vino, creo que se reabrió un
volcán, yo en ese tiempo estaba con la señora Marta Donoso, yo tenia
doce años cuando fué ese ventarrón, cómo en los años cuarenta hubo
ese ventarrón ahí y resulta que mi papá, que me tenia con la señora
Marta Donoso, al ver ese ventarrón y dejar todo en oscura el valle, pensó
que el mundo se iba acabar. El señor Donoso era el administrador de la
casa de colonización agrícola, ellos eran blancones por que eran de
Santiago…ya me acuerdo… Don Juan Donoso Pardo se llamaba,
recuerdo que esta familia me pidió a mi taita, no se porque me habrán
querido, creo que por lo negrita que era, resulta que mi mamá le iba a
dejar leche y yo la acompañaba, ahí siempre ellos me miraban y le decían
a mi madre; “ay mira la negrita”. Cuando mi madre murió, mi padre me
dió a esta familia que le gustaba como era yo.

Mis estudios los hice en la hacienda del Arte esa que esta en Azapa al
lado de los carabineros ahí por Azapa Grande para adentro, ahí estaba la
caja de provisionalización Agrícola, ahí ya vivía con don Juan Donoso,
recuerdo que la directora de esa escuela era una blanca gorda, que tenia
sus nietos ahí el Adaye y el Cote, algo me acuerdo, bueno ahí estudié y
no en pago de Gómez, aunque yo era de allá abajo.

Yo era niñita, y la esposa del señor Donoso me llevaba y me iba a poner
al colegio y todo eso, entonces ahí me chamullaron a mí, como hasta los
doce más o menos estuve con ellos y ahí hubo ese ventarrón que digo
que había sido por causa de un volcán y traía pura tierra, estaba todo
oscuro, todo botao y estábamos súper asustados, no entiendo cómo
nadie más no se recuerda de eso, si destruyó todas las cosechas, los
tomatales, todo en ese tiempo. Ahí fue cuando me mandó a buscar mi
taita, por que creía que el mundo se iba acabar, en ese tiempo me fue a
buscar el Aquiles mi hermano y el me trajo corriendo, por que el viento ya
no se podía, en ese tiempo mi papá estaba viviendo donde Juan Vásquez
que creo que ahora es el sector de mata zorro por las Maytas, cerca de la
parcela de los Palza. Desde esa vez que pasó el ventarrón volví a vivir
con mi papá y mis hermanos.


Mi papá trabajaba de Agricultor pero antes tenia parcela, era dueño pero
se la quitaron para el día del plebiscito, esta parcela esta por el mismo las
maytas, al lado de Focacci, la chacra se llama “La Huanca”, esa era de mi
papá, nunca pudo reclamar, en ese tiempo mi papá se tuvo que arrancar
para el Perú por que en ese tiempo estaba la pelea de Perú con Chile y
no le dieron más la chacra cuando volvió, esa se la quedó un abogado de
apellido Tello, no se lo que pasó, después con este caballero, creo que la
vendió, eso no más me decía mi papá. El habló con un abogado que le
decía; “no te preocupes negrito, yo te voy a sacar la chacra”, mi papá ya
lo había posesionado, dice que cosechaba arándanos, aceitunas y todas
esas cosas y después los chilenos lo sacaron y lo quisieron matar, se
tuvo que enterrar debajo del Chañal, como lo querían matar, chis, en ese
tiempo había puro Chañal y con la hoja seca del Chañal, se escondió
debajo, se acostó en el suelo y se tapó con toda la hoja. Lo perseguían
para matarlo a mi papá, le decían que era peruano y el decía que era
peruano y no lo sacaban de ahí, le habían hecho hacer el servicio militar
que estaba en Copiapó, igual que Pedro Chañar y allá lo obligaron a ser
Chileno, pero igual decía que era peruano, fue bien amargo mi taita, ah y
allá tuvo dos hijos que todavía no los puedo encontrar, el se casó con una
mujer en Copiapó.

Mi papá se llamaba Eulogio Jiménez Ríos, el primer apellido Jiménez no
era de su papá, sino que de mi abuela, su mamá, por que estaba enojado
con su papá y después era Ríos, mi papá nos decía que se puso primero
el apellido de su mamá y después el de su papá porque estaba enojado
con él porque no lo había hecho estudiar.

Mi papá poco nos contaba de su familia pero últimamente antes de morir
nos comentó que éramos familia con la Rosa Ríos la hija de Juan Ríos
Albarracín, al que le decían Juan Grande, como hizo la embarrada con los
apellidos nos contó después al tiempo que éramos parientes con los Ríos,
creo que el papá de él era hermano con Juan Ríos.

A mi taita le decían; “Pisacandela , le pusieron así por que siempre
andaba a pata Pelá y le gustaba bailar en las brasas medias calientes y
en las fiestas, también le gustaba zapatear igual a pata pelá, incluso iba a
las guaneras a pata pelá. El se dedicaba a vender guano para el interior y
el valle de Azapa, en el interior lo cambiaba por Charque, allá lo conocían
mucho a mi papá, él era de las guaneras de allá de corazones, por
Cruzales. Mi papá se iba con hartos burros como cinco o seis burros y le


encargaban por allá harto guano. Recuerdo que cuando niña lo íbamos a
ayudar y había que subir un cerro alto, después teníamos que bajar, ¡ay
mamá! yo como era chiquita bajaba llorando por el miedo que tenia. El
repartía por todo el valle de Azapa, lo Conocían por Guanero, después mi
hermano el kile, también fue guanero iba a buscar el guano blanco, ese
guano es recontra bueno para las plantas. Antes no se echaba tanto
azufre, no había tanto gusanos en las plantas como ahora, le echaban
cenizas eso que le dicen Leguía, era bien bueno para la planta.

Yo tuve 8 hijos primero está el Cucho, en realidad se llama Ricardo,
después viene Rosa que le decimos Pirincha, después viene la Roxana,
después viene Daniel, la Marina, Enrique, la Noemí que le decimos Mimi y
después el Obed, mi esposo se llama Jorge Enrique Jorquera Ferreira, su
familia es oriundo de Antofagasta, yo conocí a mi esposo en la ciudad,
éramos vecinos cuando vivía en Arica.

Yo he vivido casi toda mi vida en Azapa, después yo me vine para Arica,
yo vivía en el valle, yo estaba ya acostumbrada, pero toda mi vida casi la
he hecho en el valle, era comerciante recogía aceitunas y las vendía,
también trabajaba con don Hugo Mozó, ahí escogía aceituna y después
trabajé como empleada de él y después me fui a trabajar al negocio como
independiente. Pero ante de niña trabajaba de comerciante, empecé
acompañando a mi mamá, ella trabajaba en el Burro vendiendo, recuerdo
que siempre entregábamos leche de chivata donde las monjas, mi mamá
nos ponía a mi y a mi hermano en una anchaca, que parecíamos los
negritos bien empolvado. Entregábamos casi todo ahí donde las monjas,
ahí donde ahora es el colegio Santa Ana, toda esa cuadra era de ella.
Estas monjas le gustaban que fuéramos nosotras porque éramos bien
negritas y parece que a ellas les gustaba mucho vernos.

Mi padres llegaron a tener 335 Cabras, no había en ese tiempo vacas,
todos tomábamos leche de Cabra, pura leche no más vendía mi mamá en
Arica, a veces llevaba verduras, pero toda la vendía al convento, recuerdo
que ahí se crió mi hermana menor, también se crió con las monjas, pero
mi hermana era hedionda de trabajadora, nunca le hizo el quite al trabajo,
pero mi papá también fue igual, los viejos igual eran trabajadores. Yo
siempre trabajé en la aceituna, pregúntele a la Rosa Ríos, ella sabe,
trabajé la aceituna, ahí entré al negocio, algunas veces trabajando en la
lechuga y en el tomate, claro ganaba más plata vendiendo aceituna en
distintos lugares.


Ya no se hace la aceituna verde machacá, mucha gente me pregunta
porque ya no se hace, pero no sé porque será, como que la gente se
olvida de su historia. También la aceituna seca se machaca con una
piedra, pero poquito, se golpea y se va machacando con una piedra chica
del porte de tu mano, luego le echas un poco de sal, se va pasando la sal
para abajo y queda sequita, queda bien buena. Esa sal salía del cerro, mi
papá iba a buscar la sal del cerro, esa sal comíamos nosotros, había de la
sal embasada pero mi papá decía; “para que vamos a estar gastando”,
así que mi papá se iba para el cerro con una picota y un saco, es más
natural esa sal. Otros tipos de aceituna aparte de la machacada y la seca
era la sin amargo, ahí aprendí a trabajar con la soda, es cosa de lavarla
bien y la ceniza también puede ser para eso, queda rica la aceituna.

Recuerdo que en Azapa tomábamos agua de los canales o de las norias,
esos pozos de agua, pero en veranos cuando bajaba el río San José se
ponía el agua toda chocolate, no ves que traía harta greda, bueno,
después lo que hacíamos para aclarar el agua del Río, echábamos en
tambores o barricas el agua chocolatada, cortábamos una penca de tuna,
la partíamos en dos, le sacábamos la cáscara y la dejábamos de un día
para otro, vieras tu como salía el agua, clarita, se iba al fondo el
chocolate… rica quedaba.

Actualmente vivo en el valle de Lluta, ya hace mas de 25 años estamos
viviendo en la ladera de un cerro, ya que antes teníamos al frente una
parcelita donde cultivábamos cositas para vender, pero lamentablemente
cuando bajó el río fuerte hace como diez años atrás, se llevó toda la
parcela y no quedó nada, fue muy duro lo que nos pasó, de ahí tuve que
volver a bajar a vender aceituna y queso de cabra pá la ciudad, tuve que
volver como lo hacían la negras antiguas. Hace años que hemos estado
pidiendo a Bienes Nacionales ese pedazo de tierra para poder vivir
tranquilamente, pero hasta hoy los tramitan y tramitan, si es para vivir no
más. Creo que a nosotros los negros nos deben ayudar mas, sobre todo a
los que más lo necesitan en este tipo de cosas, ya que estamos desde
hace mucho tiempo aquí en esta tierra.

Yo estuve a punto de morir hace unos años atrás, me dió un paro
cardiovascular y me agarró la cabeza, estuve 4 días sin conocer a nadie,
fue así cómo un golpe en la cabeza, me hicieron un montón de cosas,
pero yo no supe lo que me hicieron y el doctor salió para afuera a decir
que yo ya no volvía y mis cabros gritando y llorando en el hospital estaban
todos, eso fue ya hace cómo dos años ya…pero me salvó Jehová, la fe es


los más fuerte que tiene uno, yo soy adoradora de Dios todos las cosas
que uno hace cómo las mentiras y todas esas cosas no son buenas, uno
debe ser una buena persona para que Dios lo escuche.


Mi nombre es María Centella
Huanca, yo Nací el 12 de febrero
de 1924 tengo 86 años, mi papá
se llamaba Félix Centella, yo no lo
conocí recién lo vine a conocer
después de mucho tiempo que
regresó del Perú cuando tenia 8
años, yo no creí que era mi papá
y mi mamá se llamaba Helena
Huanca. Mi papa era moreno,
motudo, medio crespo, dice que la
mamá de mi papá era morena,
era trigueña y vivía en Humagata
del Santuario para abajo.

Tenia una tía que era bien patriota, era plebiscitaria, la tía Paula Centella,
se llevó a toda su gente al Perú, a Lima, dicen que vino un barco y se
llevó a todos los que no querían ser Chileno y se desembarcaron los
barcos. Mi papá se fue con su hermana y nosotros nos quedamos
votados, porque mi mamá tenía tres hijos hombres y yo era la única mujer
en Azapa. Teníamos la tremenda hacienda y de revoltijo ahí vendieron la
parcela y todos los vendieron y se volvieron al Perú, luego vendieron la
parcela con la entrega de Tacna en el tiempo del plebiscito, todos
regresaron a vender sus propiedades y se volvieron a ir para allá, por que
el gobierno les dió terreno en el valle de Sama, ahí les dieron terreno a
todos los plebiscitarios que regresaban.


Plebiscitario significa que cuando se perdió la guerra de 1879 Perú con
Chile, porque antes esto era de Perú, como ganó Chile, el que quería se
quedaba acá para ser Chileno o si no, se iban para el Perú. Por eso que
le digo que no alcancé a conocer a mi papá, porque yo no nací en ese
tiempo, estaba en la guata o recién nacida, mis hermanos si. Mi papá
arrancó al Perú porque fue amenazado y volvió al tiempo cuando yo ya
tenía 8 años. Me costó mucho decirle papá. Su hermana lo animó a que
se fuera porque si no lo iban a matar.

Antiguamente cazábamos palomas con escopeta, juntaban tres bolsas
más menos y los cocinaban, quedaba bien rico, aquí todos los azapeños
cazaban y cocinaban palomas con tallarines.
Yo tuve dos hijos hombres uno se llama Jaime y el otro se llama Lorenzo
Baluarte Centella, yo no me recuerdo cuando conocí a mi esposo, pero si
me recuerdo que yo tenía 18 años, el se llamaba Lupo Baluarte Oviedo.
Mis dos hijos cantan la cruz, ellos aprendieron por sus tíos, tengo quince
bisnietos, nietos son 11. El Jaime es mas clarito, en cambio el Lorenzo es
moreno. Yo quería tener una mujercita y se me salía un hombre, también
igual, pero como tener otro hijo si mi marido era flojo, era yo la que
trabajaba, yo cosía, trabajando firme, con el favor de Dios, igual hice esta
casa y eduqué también a mis hijos. También era mujeriego mi esposo, le
gustaba la carrera de caballos, los juegos y no ganaba, y yo siempre tenía
la culpa, decía; “tú me maldijiste”, corrían aquí en san miguel, al lado del
cementerio, ahí corrían antes, no habían casa, abajo era planito y el tenía
su propio caballo y con toda la gente apostaba, por que varios tenían
caballos, en lugar de trabajar, se ponía a correr, yo quise seguir con él a
pesar de todo.

Yo también tenía puestos acá en el mercado Benedicto, cuando estuvo
Arata de alcalde, el me dió un puesto ahí, la verdura se bajaba en
camiones, claro que no alcance a usar burros para bajar la verdura.

Me acuerdo algo de los carnavales, llorábamos cuando mi mamá nos
llevaba a la plaza, había unos viejos de unas barbas postizas, estaba
disfrazado para bailar en el carnaval para hacer las rondas, había un
hombre que se vestía de mujer y el otro era el viejo que bailaba bonito y
también zapateaba, usaba una máscara, se ponía unos cueros en su cara
pegados, ahí se ponía una peluca con un sombrero, con unas plumas…
el cuero era del chivato, se ponían los bigotes sueltos, también andaba
con una alforja, uno se disfrazaba de mujer vieja, el otro, un viejo que


bailaba por un lado, la vieja por otro lado y algunos iban a provocarle y
quien pasara, la vieja le pegaba. La ropa que usaban era la que
usualmente se ponía en el día a día, no más que estaban de blanco y
andaban con la huasca, andaban buscando a gente para bailar y si no,
iban a buscar a las casas, a este hombre la viuda lo acompañaba. Hacían
una ronda y se ponían al medio los tambores y tocaban la guitarra,
bailaban los cantos, se empujaban todos al suelo y se tiraban Frutas
Granadas, membrillos y que tenían que tirárselas a las piernas, hasta que
sangren las granadas todas rojas, unas mujeres que se lo tiraban a los
hombres y al otro día tenían toda la pierna roja por las granadas. A parte
de la ronda, había otro baile; Carne algo o Carnia se llamaba ese baile y
se pegaban de lejos una patada y otra para allá y el dueño de casa tiraba
la fruta que el mismo plantaba y cuando no había nada, tiraba rodillazos,
se pegaban y empujaban entre Hombres y mujeres, tocaban Guitarras y
acordeón y un tamborcito, ya no me acuerdo de la letra, porque yo estaba
chica y teníamos que ir todos lo que me acuerdo que decían; “Hasta que
reviente sangre colorada”.

Igual yo he tenido problemas de Salud y estoy viva por que Dios es
grande, ya no puedo hacer muchas cosas como antes y me he aferrado
en la creencia de San Martín de Porres en Perú, creo harto en San Martín
de Porres, siempre he ido a verlo, ahora no he podido ir.

A mi siempre me ha gustado la música, yo siempre bailaba, hasta bailo
con bastón, las cumbias, los corridos, los valses, claro que eso lo pude
hacer cuando yo quedé viuda, porque mi marido no me dejaba hacer
nada, era celoso. Ya cuando murió, muchos negros me buscaban
diciendo; que porque no se metía con un negro, ¿acaso no le gustaban?
… shi, sino faltó con el negro que tuve, por eso, mejor era quedarse solita
con mis hijos y nietos.


Yo me llamo Claudina
Maldonado Sánchez, nací
en el mismo valle de Azapa
el 18 de febrero de 1916,
aunque según recuerdo, mis
padres me inscribieron a los
años después, hoy a la fecha
en el 2010, tengo 94 años,
según el certificado de
nacimiento. Mis padres se
llamaban Juan Manuel
Maldonado Albarracín y
María Sánchez Oviedo, los
dos eran azapeños morenos
de este valle.

Tenia puras hermanas mujeres; Natalia era la mayor, la mamá de la Rosa
Ríos, luego viene la María, Juana y la Regina, por lo que recuerdo, yo nací
en Azapa pero cuando niña nos fuimos para el Callao, arrancando de la
policía chilena que querían matar a mi taita, así es que nos fuimos en un
barco hasta el Callao.

Mis padres tenían parcela en el sector de pago de Gómez, ahí fue donde
yo me crié y hasta hoy sigo viviendo en el mismo sector donde nací, claro
que antes teníamos esa parcelita pero la perdimos cuando mi taita arrancó


al Perú en el tiempo del plebiscito, al volver no se la entregaron, creo que
se la habían vendido el hombre que se quedó a cargo.

Aquí me casé a los 16 años con un sureño de la cuarta región, el se
llamaba ….. le decían “Castillito” porque era bajo de porte, el era uno de
los mejores jinetes en Azapa, acuérdese que aquí en el valle antiguamente
se hacían muchas carreras de caballo, todos tenían y criaban caballos, a
mi esposo le pedían mucha gente que corriera sus caballos, pero el
preparaba los caballos de Hugo Mozó, puesto que el trabajaba en la
hacienda del, trabajaba en los claveles. Tuvimos doce hijos ; cinco
mujeres y siete hombres, todos ellos nacieron se criaron aquí en Azapa,
algunos nacieron en el mismo valle, no ve que antiguamente era difícil
bajar a la ciudad, así es que existía una partera por sector, ella se llamaba
Juana Bravo, una morenita, ella asistía a muchas mujeres, recuerdo que
para el parto había que tener su gallina, negra en lo ideal, para darle a la
mujer después de haber parido, de la misma gallina se sacaba la pluma y
se quemaba y la ceniza de esa pluma se le echaba en el ombligo del bebé
recién nacido, también de la gallina de sacaba la infundia que es la grasita
bien aceitosa, esa grasita se le echaba en las heridas de la mujer.
También de la ceniza, la mas blanquita, esa ceniza que esta encima que
es bien suave, se ocupaba para hacer los agujeros en la orejas de las
guaguas.

Siempre quise que mis hijos se criaran en Azapa porque creo era mas
sano que la ciudad, de los doce hijos que tuve dos murieron cuando niños
por una bronconeumonia y la otra ya cuando estaba mayor, ella era la
Victorina. Recuerdo que a mis hijos siempre cuando los hacía dormir, me
despedía con un dicho que lo aprendí de mi mamá; “hasta mañana doña
Juana, no me caso con su hija porque no me dá la gana”…jajaja.

Antiguamente, pero bien atrás hace como cincuenta años atrás, incluso
mas, bajaba en mi burrito “picaflor” a vender a la ciudad, la naranja santa
Inés que era muy conocida y cotizada en el valle, también llevaba otras
hortalizas y verduritas. Nosotras entregábamos en las mismas casas, la
gente no necesitaba salir a buscarnos ya que nosotras, todas las que
bajábamos en burro desde Azapa, tocábamos las puertas de nuestras
casera, si, cada una tenia su casera y eso se respetaba, o sea, cada una
tenia una ruta para recorrer la ciudad y no los peleábamos la clientela. Yo
debo ser la única mujer comerciante que está viva, de las que bajaba a
vender en burro a la ciudad.


Antiguamente, aquí en Azapa, se hacían muchas serenatas a las personas
que estaban de cumpleaños, recuerdo que por el sector de pago de
Gómez, estaba Epifanio Ríos que tocaba la guitarra, el buscaba a una
persona que lo acompañe con un cajón de aceituna improvisado y algún
cantante, ellos llegaban por la noche a cantarle. Recuerdo que como yo
estaba el 18 de febrero, el día anterior mataba algunas gallinas, las dejaba
lista porque ya sabia que iban a venir a cantarme serenatas, así es que
cuando llegaban, nos levantábamos de la cama y empezaba a preparar la
comida para recibirlos a los que venían a cantar y tocar serenatas, era
muy lindo eso, ya no se hace, cantaban de todo, pero especialmente
valses peruanos que tanto a mi me gustan.

Recuerdo que en tiempos de carnaval se jugaba mucho en familia, yo
participaba con mi esposo, íbamos a jugar a donde mi hermana Natalia
Sánchez, la que estaba casada con Juan Ríos Albarracín, los papá de la
Rosa Ríos que estaba casada con Armando Báez, ahí donde actualmente
está la familia Báez, me acuerdo que habían unas cosas que tenían agua
perfumada, se le llamaba chisguetes, no se, pero creo que eran
perfumado como para conquistar a las mujeres, por lo general lo tiraban
los hombres ese sprite a las mujeres. Nunca voy a olvidar una vez que
estábamos bailando la ronda del tumba carnaval y mi esposo estaba
bailando con mi hermana Natalia, cuando de repente dicen; “tuumba
Carnavaal” y mi hermana le pone un puro culaso…jajaja, le pegó con sus
cadera y lo mandó lejos chocando su cabeza con una mesa, tuvimos que
llevarlo a la posta de la ciudad, porque quedó bien mal el pobre.

Antiguamente para lavar la ropa negra ocupábamos la cáscara del chololo,
la hacíamos hervir y salía una espuma, esa espuma la refregábamos en la
ropa sucia y salía las manchas, también esa misma cáscara servia para
peinarse su pelo crespo, no ve que cuesta mucho peinarlo, entonces este
liquido de la cáscara hacia como una especie de bálsamo como para
suavizar el pelo.

Yo soy chilena, recuerdo que cuando ya tenia la mayoría de edad, fui al
consulado peruano para poder arreglar mis papeles porque yo figuraba
como peruana, no ve que yo nací en el tiempo del plebiscito, resulta que al
solicitarle al cónsul peruano que quería ser chilena el cónsul se enojo y me
votó de su oficina, me dijo; “si quiere ser chilena, entonces que hace acá,
vayase mejor” jajaja, se enojo el señor, pero que mas, como ya le dije, yo
soy chilena hasta los huesos.


.


El ser y sentirse un Afrodescendiente

Para finalizar esta importante e histórica investigación y publicación, quiero
permitirme dejar un mensaje y las palabras de un amigo que me hizo
comprender y entender sobre le concepto del RACISMO, que hoy en día
muchos y muchas compañeras y compañeros afrodescendientes chilenos,
les cuesta comprender y entender sobre las diversas ideologías racistas
que están disfrazadas y ocultas dentro de nuestro entorno social,
especialmente de personas que no son afrodescendientes que tratan de
imponer su “ideología blanca y colonialista”, desde la “cultura del favor y el
de querer ayudar al proceso”, y que debemos reconocer que el apoyo
externo a nuestras comunidades, ha sido y es importante y trascendental,
con lo que respecta a una inclusión y una integración social, que en el
caso de Chile, tenemos muchas personas que no son afrodescendientes
que han hecho un aporte trascendental, en favor del proceso de
reivindicación hacia el reconocimiento de las y los afrodescendientes como
son por ejemplo; Scarlteh Nijborg, egresada antropología; Viviana Briones,
historiadora ariqueña; Osvaldo Abdala, Sociólogo y líder político de la
región; Juan Eduardo Wolf, Etno-musicólogo; Richard Salgado, Productor
audiovisual; Víctor Ruiz, Fotógrafo profesional; Heriberto Bravo, Artista
visual; Alberto Parra, Magíster en Políticas sociales y Gestión Local;
Carola Reyes, Profesora de danzas afro, entre otros mas, es necesario
entender que existen otros y otras, que desde la ignorancia, han querido
perjudicar y a su vez quebrar las relaciones familiares y comunitarias de
los y las afrodescendientes, que ven aquellas acciones de apoyo como;
“lógicas y normales”, que confunden el concepto de integración e inclusión
a esos actos y que en definitiva son racistas, en síntesis, nos encontramos


con una nueva forma de racismo, al cual se le denomina “racismo
evolutivo”.

En esta misma línea, quiero despedirme agradeciendo a muchos amigos y
amigas afrodescendientes que he conocido en las America y que son parte
de esta gran diáspora africana, quienes me han enseñado a comprender
mucho mas mi negritud y el sentido de lucha social que nosotros los
afrodescendientes debemos de tener, gracias; Gianmarko Medina, Edgar
Vásquez, Daniel Garcés, Orlando Riveros, Diana Seniors, Jeanine Vera,
Jhon Anton, Evelyn Buenaño, Marianela Carvajal, Miguel Pereira, Jorge
Medina, Osvaldo Bilbao, Luisa Casalet, Juan Piñango y muchos otros mas
que están y han pasado por este gran movimiento afro.

Dejo estas letras finales de mi amigo Romero Rodríguez, líder afro
latinoamericano que nos reflejará sobre una de las grandes conquistas que
los afrodescendientes hemos alcanzado.

Este mensaje y todo este libro es un desafío para que las nuevas
generaciones de afrodescendientes, puedan tomarlo como una guía de
lucha y de reivindicación las diversas historias y reflexiones que estos
abuelos y abuelas han querido transmitir a través de sus vivencias…..si
bien soy consciente que aquí en este libro no está ni el 50%, de todo lo
que significa nuestra cultura ancestral afrochilena, es un libro que debe
continuar por otro u otra afrodescendiente de esta tierra, que investigue y
difunda mas profundamente alguno de estos temas aquí contados.

ENTRAMOS NEGROS Y SALIMOS AFRODESCENDIENTES

En el titulo está expresado no sólo el resultado sino el contenido y, ¿por
qué no?, el horizonte de los amplios colectivos de afrodescendientes
latinoamericanos.

Al mismo tiempo en ese amplio y duro proceso desde la más vil esclavitud
hasta ahora, mestizándose, por las malas o por las buenas, con los otros
colectivos, se va afirmando la conciencia lúcida de la pertenencia
diferenciada a una cultura que se proyecta ineludiblemente hacia un
futuro nuevo donde personas y pueblos coincidan en la defensa y
promoción de un mismo sistema de Valores y Derechos que tenga validez
universal y que sea protegido y garantizado por todos nuestros Estados e


instituciones sin sombra de discriminación. Esa es nuestra exuberante
amnesia plurietnica.

Ante nuestra afirmación de que los resultados de Santiago constituyen el
hecho más significativo y relevante en la historia de los afros de las
Américas, muchos quedan perplejos en la Conferencia Regional Contra el
Racismo que se realizó en dicha ciudad, conferencia preparatoria hacia la
tercera Conferencia Mundial Contra el Racismo (III CMR) y que se
realizaría un año mas tarde en Durban Sudáfrica. Entendemos que los
resultados obtenidos en esa instancia multiplican en importancia los
procesos de abolición de la esclavitud que los diferentes Estados
impulsaron en el S XIX.

El Documento firmado por los Estados en Santiago de Chile (2000), y
refrendado en Durban (Sudáfrica, 2001) es el fiel testimonio de que la
solución al problema “negro” fue de tal forma planificada, que su
invisibilidad social y su "no presencia" en los Estados modernos forma
parte de la ingeniería impuesta a partir de la trata y sus posteriores
aboliciones. Por lo tanto, Santiago es el reconocimiento de un problema
aún no resuelto.

La acumulación, durante siglos, de trabajo forzado, masacres,
violaciones, privaciones, llevó a la construcción, dentro de nuestras
sociedades, de un ser humano invisibilizado y estigmatizado.

Esta realidad se expresa en las cifras de pobreza y exclusión que hoy las
ciencias sociales brindan: el 92% de los 150 millones de
afrodescendientes viven bajo la línea de pobreza y sin ninguna real
participación e incidencia de desarrollo en sus propios países.

Por lo tanto, las aboliciones de la esclavitud no resolvieron ni atenuaron
las consecuencias de la trata y fueron un importante dinamizador de
políticas cuyos elementos consolidaron las bases del racismo a través de
la invisibilidad de nuestros sectores, ubicándonos en la base social como
parte de los permanentemente excluidos, y mano de obra de reserva para
los continuos procesos de reformas que los diferentes países de America
Latina promovieron.

Los Estados -Nación emergentes de los procesos independentistas no
tuvieron ninguna política diferenciada para el contingente de
afroamericanos. El otorgamiento de la libertad no trajo ningún tipo de


beneficio. Por el contrario, se profundizó el diseño de un sistema de ideas
y practicas estimuladas a partir de una concepción euro céntrica.

El centro impulsor del desarrollo social está caracterizado a partir de esta
visión y por lo tanto, la función del racismo y la discriminación es actuar
como reguladores permanentes en la aplicación de esta visión de
desarrollo.

El comprender cómo actúa el Racismo en las sociedades de América
Latina nos permite encontrar las vías y estrategias para el desarrollo
social. En esta comprensión se hace necesario detectar objetivamente
quiénes son las víctimas de este flagelo. Y en esa lectura se observará
que éstas, las principales víctimas, forman parte de un pasado histórico
donde un conjunto de ideas, leyes, decretos, constituyeron una
planificación que permitió estructurar un sistema asentado en lo que
damos en llamar “Racismo como base estructural del sistema actual”

La ideología colonial vive presente en las relaciones sociales establecidas
en A. L. y funciona a través de un conjunto de lógicas que van desde el
asistencialismo, pasando por la cultura del favor, o explícitamente la
segregación, y que los Estados en esta III CMCR, están promoviendo su
erradicación.

El comprender este complejo sistema estructural permitirá a las nuevas
generaciones un amplio y profundo sentido de los Derechos Humanos, y
situar al Racismo como parte sustantiva en la lucha y la promoción de los
DD.HH como principal tarea del presente, analizar e internalizar los
procesos de las CMCR, de la III CMCR de sus avances, retrocesos y
desafíos, y por ultimo; que cuadro existía y que panorama nos deja.

Las tres Conferencias Mundiales produjeron sustanciales cambios a
escala universal. La descolonización de África, el fin de Apartheid, fueron
hechos que posibilitaron un nuevo cambio a escala mundial, viabilizando
que vastas áreas del mundo conformasen bases de acorralamiento al
racismo. La estructuración del Racismo está basada en su permanente
mutación; y el adecuarse a nuevas formas lo hace ser un aliado
incondicional con el sistema imperante. Los diferentes proyectos de
reformulación económica a escala mundial, al mantener un criterio de
mano de obra de reserva, llevan a la existencia de vastas zonas de
exclusión, que mantienen importantes formas de discriminación como
ordenadoras del sistema social, en exclusivo beneficio de la planificación


económica que se ha dado en llamar “neoliberalismo.”

La expansión en forma desordenada y la hegemonización cultural por
parte de los actores financieros, manejando las nuevas formas
tecnológicas y la nueva ciencia cibernética en función de la globalización
económica, conlleva una exclusión real de los países productores,
generando una brecha más acentuada entre países desarrollados y
países en vías de desarrollo.

Por lo tanto, la mutación del Racismo en esta etapa de globalización trae
como principio una nueva forma de actuar que traslada lo conocido -el
Estado Nación como regulador de la mano de obra -a la Globalización
económica; verificándose que aquellos países que antes podían tener
políticas que atenuasen los efectos del racismo y la discriminación, hoy se
ven cada día más envueltos en un sistema de planificación global que
conspira contra las medidas de acción inmediata contra el Racismo.

El termino afrodescendiente lo debemos entender como una conquista,
dado que fue el colonizador y esclavista que nos definió como “negros”.

Romero Rodríguez
Oficinas Regionales para Políticas de Equidad Racial.
ORAPER.



VOCABULARIO AFROCHILENO.

1-Alsa: Saludo que se hacían entre negros...¡alsa negro!
2-Amita: Definición o apodo que los hijos les decían a la
mamá.
3-Anchaca: instrumento que se colocaba en los burros para
cargar materiales.
4-Azapa Grande: actual pueblo de San Miguel.
5-Batan: Piedra donde se molía la aceituna para extraer
aceite.
6-Baile Tierra: es un baile que nuestros antepasados bailaban
en el valle de Azapa, muy parecido a la marinera y a la cueca.
7-Bemba: Definición que se le hacia a los labios.
8-Blanquiñoso: descripción que el hombre afro le dice a la
persona blanca o clara.
9-Bomba: Expresión que se hace cuando se va a beber un
trago y se hace un brindis.
10-Buñuelos: picarones.
11-Cadillo: Pastizal como espiga con espinas bien finas.
También es un dicho que se dice cuando un hombre afro tiene el
pelo bien crespo; “cabeza de cadillo”.
12-Caliente: trago de alcohol hecho con cocoroco, aniz y té
que se toma en las fiestas de la cruz de mayo.
13-Candela: Fuego.
14-Caramba: Expresión de enojo o de impresión…..¡carambaa!
15-Caramba y Samba: Mujer del ambiente.
16-Carajo: expresión de enojo.



17-Calato: Desnudo.
18-Cavilar: pensar.
19-Chalapo: Hoja de la coronta del choclo que servia para
echarle dentro de los sacos que se hacían los colchones o payasas
como se decía antiguamente.
20-Chañal: Planta maleza que nace como plaga en el valle de
Azapa. También es un apodo a un personaje conocido en el valle
de Azapa como era Pedro Chañal. La palabra Chañal llegó a ser
un estigma negativo del valle manifestándose como un dolor de
cabeza para los agricultores por su facilidad de nacer entre medio
de las cosechas. Habían dichos por ej: “no molestes tanto,
pareces un chañal”.
21-Comba: instrumento que se utiliza para sacar la aceituna en
la raima.
22-Corvacho: Apellido de una de las familias afro mas grande
de Arica, en donde sus raíces están en el Km. 8 del Valle de
Azapa. También en el diccionario de La Real Lengua Española,
significa “Látigo con que se azotaban a los esclavos en la época
colonial”, este látigo era el cuero sacado del pene del toro.
23-Cruz de Mayo: Celebración y sincretismo de la cultura afro
y la iglesia católica.
24-Currcundenge: Apodo que se le daba a una mujer negra
muy popular en la ciudad de Arica. Los más antiguos le dicen a
las personas que le gustan andar leseando o siempre quieren
estar pasándola bien.
25-Currucundear: Es una forma de expresar cuando uno
quiere pasarla bien “vamos a currucundear”.
26-Chamba: definición que se le decía al trabajo o laburo.
27-Chambón: Hacer las cosas a medio terminar.
28-Chavari o Yavarí: Baile familiar que consistía en zapatear
al son de la percusión y que en un momento uno se lanzaba al
suelo imitando gestos de distintos animales.
29-Chileno: Persona Blanca (periodo plebiscitario).
30-Chiriri: hierba que remplazaba al Té cuando no había en
casa.
31-Chirivisca: Pelo bien motudo (crespo).
32-Chimba: Lugar de Arica en donde cultivaban hortalizas.
33-Chimbero: Persona que cultiva distintas verduras y
hortalizas en pequeños lugares.


34-Chombo: Apellido de una familia afrodescendiente muy
conocida en la ciudad de Arica. En otros países de America es la
descomposición de la palabra Sambo o Zambo.
35-De la Banda: vienes del sector contrario o del otro lado.
36-Ecolecuá: Eso es, justo ahí, Así es, le achuntaste justo.
37-Eco: abreviación del ecolecuá. También es una expresión
burlesca cuando a una persona lo retan o le llaman la atención
delante de uno, la expresión es; ¡eeecooooo!.
38-Esteras: hechas de totora que se utilizaban para los techos,
como alfombras o algunas veces como paredes.
39-Frisca: pegar, darle un sumba.
40-Gallinazo: sobrenombre que se decían entre negros.
41-Gansaso: Tirarse un pedo.
42-Guarapo: Trago hecho del jugo de la Caña de Azúcar.
43-Guarapiento: andar todo desordenado, desarmado.
44-Guasca: Curado, ebrio (estas guasqueado).
45-Guayaba: Fruta típica de Azapa.
46-Halar: Tirar algo.
47-Jijunas: disparate u ofensa aunque en algunas ocasiones
era todo lo contrario.
48-Jijunas granputa: Proviene de la expresión, hijo de la
granidísima puta.
49-Lambusco: Estar hambreado.
50-Lampa : Pala
51-Lampear: ir a tirar pala.
52-Lisuras: travesuras o disparates.
53-Locumba: Pueblo ubicado al norte de Tacna y que
antiguamente lo habitaban los negros en su mayoría siendo ellos
una relación directa con los habitantes de Arica.
54-Lumbanga: Antiguo barrio de negros que existía en Arica
en lo que es actualmente Maipú, Gral. Lagos y San Martín. En
idioma africano significa Caserío según los historiadores pero en
realidad es el nombre de un pueblo que actualmente existe en
África y que tiene más de 1000 años de existencia.
55-Macumba; Practica de brujería o trabajos de curaciones, ya
sean para bien o para mal. Este nombre antiguamente se decía
en Azapa, actualmente se mantiene en el valle de Sama.
56-Malambo: personaje afro en Azapa que le gustaba las
fiestas y celebraciones.



57-Manteo: Fiesta tradicional al finalizar la cosecha de la
aceituna (Raima).
58-Mariguansa: abreviar, etc., y muchas cosas mas.
59-Mondongo: Guata del vacuno para preparar picante.
60-Morenos: Baile ancestral religioso. Generalmente se le
bailaba a la Virgen de las Peñas.
61-Moroco: Corto, roto que le falta algo.
62-Mulata: Denominación que se le da en el valle de Azapa a
una variedad de la aceituna.
63-Mulato: Palabra que se deriva de mulo o este del latín
“mulus”, hijo de caballo y burra o de asno y yegua. De ahí nace el
concepto al individuo que procede del cruzamiento racial entre
español y negra, o entre mulato y mulata.
64-Onda: tipo de flecha en forma de horqueta o Y, usada para
cazar aves.
65-Papeo: echarle algo al estomago para el hambre.
66-Pato o Chonchón: Farol que servia para alumbrar
antiguamente especialmente cuando se salia a regar por las
noches en los valles.
67-Pitigue: cigarro hecho del excremento del burro envuelto
con la hoja más delgada del choclo.
68-Pichuncho: Pájaro, relación que le hace al hombre delgado.
69-Pisca-Pisca: Cuando se llamaba o se le daba una orden al
perro.
70-Porongo: Hecha de la calabaza en forma de pera, utilizada
para sacar el agua y para beberla. También se utilizaba como
instrumento musical parecidos el sonido a las maracas.
71-Quijada de Burro: instrumento musical que antiguamente
tocaban los negros.
72-Quincha; Casas de cañas trenzadas, cubiertas y forradas
con barro y pasto mezclado que antiguamente habitaban los
afros.
73-Raima: Cosecha de la aceituna que se realiza en los meses
de mayo hasta agosto. La acción de esta tradición se le llama
“Raimar”.
74-San Miguel: patrono del valle de Azapa.
75-Sandunga: bailar, formas de expresión corporal. De ahí
deriva la palabra o la expresión; “vamos a sandungear”.



76-Sanguito; comida que se preparaba con el maíz molido,
actualmente este es un plato que existe en África.
77-Sape o Sapi: Expresión de cuando se botaba al gato de
algún lugar donde no debiera estar ¡Saaapee!.
78-Sazón: Agregarle mucho aliño a las comidas como una
forma de darle un gusto. De igual forma se le dice cuando uno le
pone mucha fuerza o ritmo al baile o cualquier acción que se
necesite colocarle pasión y amor.
79-Sieso: Trasero, nalgas o poto.
80-Socavón: Hoyo en donde nace agua.
81-Socavar: Cavar o profundizar un hoyo.
82-Sumba: pegar a una persona o darle una frisca.
83-Sunsúla: Apodo que se le da al pene.
84-Taita: Apodo que se le da al padre de la familia. En el
diccionario español se le decía al anciano negro. También es el
nombre de una tribu ancestral africana ubicada en Kenia.
85-Tambembe: Trasero grande, por lo general se le decía al
trasero de la mujer negra.
86-Tonelero: Persona encargada de sellar y reparar los barriles
de aceituna.
87-Traposa: Andar toda desordenada sin cuidarse de si misma.
88-Trapiche; Molino donde se extraía el jugo de la caña de
azúcar y sus derivados.
89-Tumba Carnaval: Baile de carnaval, era una ronda que
consistía en tratar de tumbar con la cadera al otro.
90-Tumbar: botar o empujar algo o a una persona.
91-Weíncas: sinónimo de weon, tonto.



BIBLIOGRAFIA.


· Luis Cavagnaro; “El Corregimiento de Arica y Tacna”

Sheila Walker, African Roots, American Cultures: Africa in the Creation of
the Americas (Lanham, MD:Rowman & Littlefield Publishers, Inc., 2001).•
Jesús Chucho García; “Afroespistemologia y Afroespitemetódica”.

Rolando Mellafe en su libro “La introducción de la esclavitud negra en Chile”
· Worlmad Cruz en su libro “El mestizo en el departamento de Arica”,
· Hernán Lagos Zúñiga destaca en su libro “Arica, Símbolo de Gloria…”
· Roberto Fierro Bosso, Musicólogo y Antropólogo chileno.
· Jorge Hidalgo, María Marsilli, Calogero Santero y Rebeca Correa;
“Compraventa de una hacienda en el valle de Azapa por Gaspar de Oviedo, 1661.
Documento inédito del Archivo General de la Nación. Lima Perú”.
· Peter Neumann, investigaciones de Arica.

Viviana Briones; “Arica colonial: libertos y esclavos negros entre el
Lumbanga y Las Maytas”. (Manuscrito)

Virginia Vidal: “La presencia africana en Chile”; http://virginiavidal.
com/catastro/ensayos/article_157.shtml.

Viviana Briones; Investigaciones de Archivos sobre la mujer afro en Arica.

Tratado de Ancon; http://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Anc%C3%B3n

Fotografias; Familia Baluarte, Butron Corvacho.


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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