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Estoy recibiendo malas vibraciones constantemente en la red.
Algunas personas van dejándome mensajes subliminales de provocación, entre meteduras de pata que me impresionan con distinta gradación.
Yo sé las razones por las que navego en la red:
busco gente con la que entablar amistad sana, busco gente de la que aprender por saciar el voraz apetito de mi mente por saber;
yo busco y persigo ideas y confrontarlas con las personas con las que coincido o no en puntos de vista; yo busco la libertad tanto para mí como para todo el mundo, si pudiera ofrecérsela a todo el mundo donde quiera que esté.
Participo en foros de debates precisamente para confrontar ideas y pensamientos. Y desde luego, no participaré en ningún debate para decir sí a cualquier idea u opinión que surja; para eso, me quedo a ver debates televisados.
No soporto el victimismo que mucha gente exhibe en los foros cuando no puede rebatir otros argumentos ni defender los suyos propios;
personas como esas no me dan la confrontación dialéctica que busco; pero, por eso no dejan de ser amigos, paisanas, ni dejaría de quererlos;
no por ello dejaría de desearles todo lo mejor de la vida como mi gente, sea de la latitud que fuera.
Me gustaría, que si alguien siente o cree que le he tratado con alguna desconsideración,
condescendencia,
paternalismo,
antipatía,
desprecio,
poco tacto,
prepotencia,
con indiferencia,
acto lesivo con premeditación,
con mala fe,
con indiferencia,
con desdén,
.............
ya que no me creo perfecto, ni mucho menos;
preferiría que me lo dijera directamente,
antes de irme dejando mensajitos subliminales,
ofensivos y provocadores.
Creo que soy un privilegiado desde el momento en que puedo decir libremente lo que pienso sin faltar al respeto a nadie.
Me siento privilegiado desde mi valor más preciado, mi mente, porque puede mantenerse fuera de las corrientes de opinión que no me interesan.
Soy un privilegiado porque puedo elaborar mi propio pensamiento, mi propia opinión sobre cualquier cuestión y defender mi posicionamiento sin amilanarme ante nadie.
Me siento privilegiado porque estoy ejerciendo un derecho basíco en un Estado de Derecho, mi libertad de expresión, dentro de los términos del respeto.
Me gustaría que todo el mundo se sintiera igual.
Conste que a tod@s os quiero, y os quiero mucho a pesar de mis humanas equivocaciones.
Os seguiré queriendo hasta el final de los tiempos.
Bokung. |
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